viernes, 6 de agosto de 2010

Crítica: Yoga

Si algo ha temido la mujer a lo largo de la historia, ha sido la vejez, la muerte de la juventud. Esto se hace incluso mas palpable en la mujer asiática, a juzgar por lo visto en el cine de aquellas tierras, donde gran cantidad de títulos han puesto el tema sobre la mesa, sin ir mas lejos, hace un par de días tuve la desgracia de sufrir la insufrible "Three Extremes", película compuesta por tres historias independientes donde una de ellas nos relataba la obsesión de una mujer por recuperar la belleza pasada, aunque para ello tuviera que seguir una dieta de deliciosas empanadillas de feto humano (por suerte estas no suelen incluirse en el menú económico de nuestro restaurante chino habitual).

Pues bien, "Yoga" (o "Yoga Class") indaga nuevamente en esta obsesión y lo hace de la mano del director Sur Coreano Jae-yeon Jun, padre de aquella "Whispering Corridors 3: Wishing Stairs" que tan buenas sensaciones dejó hace siete años, huyendo de los clásicos clichés del cine asiático. Y como bien se puede deducir de su título, tira del Yoga, una de las seis doctrinas del hinduismo y actividad que muchos necesitaríamos en mas de una ocasión para soportar el estrés e intentar no caer en el intento de homicidio a diario, para construir una nueva historia de terror fantasmal de esas que ponen tan cachondos a nuestros compis orientales.


"Yoga" nos cuenta la historia de Hyo-yung, una estresada presentadora de un popular programa de televisión dedicado a la venta de productos de lencería que no pasa por su mejor momento, pues además de tener que soportar una fuerte competencia en su puesto de trabajo, su relación con su compañero sentimental, se encuentra en una situación crítica. Una noche, en una cena con sus amigas, se reencuentra con una vieja compañera de instituto que no era precisamente popular por aquel entonces, convertida ahora en una atractiva mujer. Hyo-yung queda totalmente asombrada por el buen aspecto que luce su vieja amiga, quien le recomienda una exclusiva academia de yoga, la cual asegura es el secreto de su belleza. Una vez en la academia, Hyo-yung comienza las clases junto a otras cuatro estudiantes con el objetivo de descubrir el secreto de la inmortalidad y la belleza eterna, algo que solo estará al alcance de una de ellas.

Cinco mujeres encerradas en un recinto en busca de la juventud eterna. Bajo esta temática de "reality show" se esconde una clásica película de fantasmas, posesiones y putadas varias del mas allá, donde rápidamente se construyen los raíles sobre los que rodará el filme, que se definen con cinco directrices básicas: no comeréis nada sin consentimiento, no os ducharéis hasta pasada una hora después de cada clase, no os mirareis al espejo, jamás le revelareis a nadie vuestro paradero y nunca abandonareis el edificio mientras duren las clases.

Esto, que recuerda a aquello tan mítico de "no le des de comer después de medianoche", "no lo mojes" y "que no le toque la luz", es en realidad la chuleta de cómo van a morir todas y cada una de las jovencitas, quienes entre clase y clase, se verán perseguidas por una fuerza maligna que intentará poseerlas, aunque para desgracia nuestra, parece ser que no tiene prisa alguna y se lo toma con calma a lo largo de los noventa minutos de metraje, que terminan siendo un auténtico remedio casero para el insomnio.

Y es que la cinta, extremadamente pausada, se pierde además en una retorcida trama de reencarnaciones y venganzas del pasado que se hace realmente difícil de seguir, a lo que si sumamos, la dura tarea de diferenciar entre el elenco de féminas protagonistas, sacadas todas del mismo molde, puede crearnos un desconcierto tal que no sepamos ni como nos llamamos, por lo que nos pasaremos todo el filme desorientados y dando cabezazos por la academia a la espera que el espíritu cabreado de turno, se ponga manos a la obra mientras cruzamos los dedos con la esperanza de que por lo menos, las muertes estén curradas y justifiquen la agonizante espera.

Por desgracia, la originalidad tampoco es el punto fuerte de "Yoga", y en esta misma tesitura se mueven las muertes, donde no vamos a ver nada que no hayamos visto ya en otros filmes de este tipo, liquido negro que emana de la ducha, serpientes que se meten por donde no deben, espectros que atraviesan espejos y demás clichés de seguro bien conocidos por todos, por lo que a la postre, lo único que mantiene el interés es el incierto desenlace de la historia (aunque ya aviso que van a hacer falta un par o tres de visionados para encontrarle sentido), sus brillantes efectos especiales y su lograda lúgubre atmósfera.

Conclusión, "Yoga" se suma a la eterna lista de mediocres "fantasmadas" orientales que siguen exprimiendo el éxito de aquellas geniales películas de terror asiático de primera generación que tan fuerte impacto tuvieron en su momento, y lo hace con un planteamiento mínimamente personal y fresco de entrada que, a la práctica, termina sucumbiendo a todos los tópicos del cine del que mama, heredando también lo peor de el, una narración confusa, una lentitud desquiciante, unos personajes antipáticos y unos fantasmas que ya hace mucho tiempo que dejaron de dar miedo.

Lo mejor lo encontramos en el buen hacer general del reparto (atención a la elasticidad de estas muchachas), donde además de buenas interpretaciones y chicas guapas, vamos a disfrutar de vistosas y relajantes sesiones de yoga, a lo que si sumamos la lograda atmósfera de terror (muy desaprovechada, eso si) que se consigue crear en la siniestra escuela y los excelentes efectos visuales que ilustran cada una de las secuencias sobrenaturales, hacen de la película de Jae-yeon Jun, por lo menos, una experiencia agradable para la vista… en el supuesto que consigamos mantener los ojos abiertos el tiempo suficiente, claro.


1 comentarios:

Darkotica dijo...

Desconozco que mosca les ha picado a las orientales para estar tan obsesionadas con la pérdida de la juventud, pero parece que lo más terrorífico que les puede pasar en la vida es que les salgan patas de gallo. Para mi resulta más terrorífico pensar en sus idas de olla, sus superfluas obsesiones y hasta donde son capaces de llegar para parecer más jóvenes. La película toca este triste tema pero falta conexión con las protagonistas y lo peor es su ritmo soporífero. "Yoga" engrosa la lista de 'películas asiáticas que resultan ser un auténtico tostón'. Su buena ambientación y su interesante premisa de poco sirven, ya que cuando te quieres dar cuenta el señor Morfeo ya te esta cantando una nana...

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