Crítica: El Llanto

Siempre es complicado valorar el mundo de los cortometrajes. Siempre he tenido pánico a enfrentarme a su disección, pero, como diría mi socio, siempre es mucho tiempo, así que...ahí vamos!

Soy consciente de que hay que tener muchos aspectos en cuenta: la dificultad de contar una historia completa en un espacio de tiempo reducido, la habitual falta de medios para llevar a cabo semejante empresa, una ilusión desmedida por cada logro que se consigue, y el largo viaje al que se tendrá que enfrentar el corto una vez que el director le de a luz. Por todos estos motivos es imposible (e innecesario) medir por el mismo rasero un cortometraje y una película de larga duración ( y esto, me temo, que no es aplicable a las historias cortas de las antologías, pues normalmente este tipo de encargos se les solicita a directores consagrados o aquellos que , de una manera u otra ya han sorprendido dentro del panorama cinematográfico actual para bien o para mal). Ardua tarea entonces hacer bien la labor del "crítico/a" con los cortos...

Otra situación complicada cuando valoras y argumentas tus opiniones sobre el trabajo de otras persona, se da cuando tienes algún tipo de relación con esa persona, cuando te ves emocionalmente implicado, debido a un trato mas o menos cercano. En estos casos el esfuerzo es titánico, porque intentas ser objetivo desde la mas absoluta de la subjetividad, y entonces incurres en la contradicción constante.

Pues bien, amigos, yo empecé a escribir esta crítica/reseña/comentario o como queráis llamarlo, encontrándome en las dos situaciones anteriormente mencionadas, "El Llanto", es un cortometraje de 21 minutos de duración, y su director no es ni mas ni menos que mi compañero Saúl Gallego, mas conocido para vosotros como Norman Bates. Admito que cuando empecé a ver el corto, estaba nerviosa, sabía que lo que me esperaba no era fácil... después, terminó "El Llanto", sonrisa en la boca, bolígrafo en la mano y todo empezó a salir rodado, todo se escribía de forma natural, los nervios desaparecieron, las ganas de expresarme eran tremendas, y Saúl en mi cabeza...

El director nos había comentado que "El Llanto" podría pertenecer a uno de los capítulos de la mítica "Historias para no dormir" de Narciso Ibañez Serrador (Chicho para los de mi edad...), y fue así como comencé a verlo, como si volviera casi a mi infancia y las imágenes que iba a ver a partir del momento en que sale el nombre del director en los créditos iniciales, fueran a pegarme al asiento, con la mirada fija en la pantalla buscando detalles para poder descifrar el enigma antes de la conclusión final de la historia...no tenía mucho tiempo (recordad la duración de los cortos)..."El Llanto" me lo iba a poner difícil, lo sabía, pero me gusta que no me den todo lo que quiero a la primera, me gusta que me obliguen a esforzarme...

La historia arranca presentando al personaje protagonista, al eje del llanto, ante mi se mostraba Víctor Tafalla, un hombre que se convierte en alguien detestable para el público desde el primer minuto, momento desde el cual quieres que sufra, deseas que todo ocurra rápido porque quieres verle pasarlo mal, muy mal. Sin duda la intención es esa, Saúl Gallego no da puntada sin hilo, y nos presenta a una persona vanidosa (que la vanidad no llega a ser un pecado capital, pero casi casi...), egoísta, un hombre hecho a sí mismo al que el éxito ha terminado de convertir en un ser sin alma, alguien sin piedad, alguien al que no envidiamos por mucho dinero que tenga. Por supuesto, Víctor está solo, parece que no le importa, al espectador menos, pues el amor no existe para estos seres, ni en su mundo, ni en el mío. El perfil psicológico de Víctor es lo que girará el centro del universo de "El Llanto", eso es palpable por la relevancia que desde el principio se da a la marcada personalidad del protagonista, pero sigamos...Víctor es el dueño de un gran hotel de lujo, en el que vive aparentemente solo (la soledad y estas historias para no dormir son siempre buenas amigas), pero Víctor es una persona atormentada, el llanto de un bebé le acompaña cada noche, y Víctor se consume en medio de vanos intentos de sacarse ese llanto de la cabeza, o de donde quiera que venga...así noche tras noche, un niño que llora, una pelota que rueda sola por lo despoblados pasillos del hotel, luces que se apagan solas...¿entramos en el terreno de lo sobrenatural?, eso parece, y niños, agarraos fuerte, que yo ya empiezo a estar en tensión, y sigo mirando a Víctor, que cada vez está mas descontrolado, y en su habitación una y otra vez las mismas imágenes, repitiéndose en una tortura diaria que le recuerda quien es él, que a mi me indica qué es él. A medida que la historia avanza, nosotros avanzamos con él, al principio yo le miraba de lejos dentro del hotel desde una esquina, pero me doy cuenta de que cada vez me voy acercando más a Víctor... ya estamos en la misma habitación, y ahora sólo quiero saber qué está pasando en ese hotel, quiero averiguar qué pasa dentro de la cabeza de Víctor, y esa pelota que no deja de rodar, y el sonido de los botes...y el niño que no deja de llorar, y de repente la pelota que se detiene, yo me acerco a Víctor, empiezo a tener miedo, Víctor ni me mira, vive en su mundo y todo se me viene encima. En el desenlace (no chicos, no contaré nada), entendemos todo, entendemos el giro, entendemos la motivación, entendemos a la víctima, entendemos al verdugo, y otra vez la sonrisa en mi boca, la explicación, pese a que al principio se me hizo algo confusa, me ha dejado satisfecha. El hecho de que SPOILER, no se agote por sobreexplotación al genero sobrenatural, y se opte por algo mucho mas mundano y cruel, me convence bastante más. FIN SPOILER

El Llanto permanece, El Llanto se queda dentro del espectador en todos los sentidos, pues yo sigo escuchando al niño (el llanto de un bebé en medio del silencio de la noche, en la lejanía, siempre me ha parecido a mi también algo terrorífico..) y sigo con ciertas imágenes en mi cabeza... y utilizando la vara de medir cortos (y olvidándome de que este sueño le pertenece a mi estimado compañero Saúl), solo puedo decir que "El Llanto" cumple, vaya que si cumple, aprueba con nota (claramente por algo el guión ganó un concurso entre mas de un centenar de guiones).

A nivel técnico, aquí no os vais a encontrar con esa sensación de cine amateur, sino mas bien con algo muy profesionalizado. Destaco la excelente labor de sonido, ciertos e inquietantes planos de cámara para el recuerdo, la solvente labor interpretativa y un guión reescrito durante tres años. En el llanto no vais a encontrar sangre, ni crueldad explícita, aquí lo que hay es tensión y drama, hay miedo, miedo a uno mismo, miedo a intentar ver en el espejo a quien algún día fuiste y darte cuenta de que solo puedes ver el reflejo del monstruo en el que te has convertido, y con todo esto, lo que Saúl consigue al final es que sintamos cierta empatía por el monstruo (fue así como terminé dándole la mano a Víctor dentro del hotel...), y eso solo se consigue si tienes una buena historia.

Como contrapuntos negativos quiero mencionar que al final de la historia sentí que el llanto de un bebé(sabiendo que es aquello que conforma toda la historia), no tenía mucho sentido en el corto, a mi , personalmente me hubiera encantado el llanto de un niño mucho mayor, ese llanto desesperado de la infancia...y también habría venido bien detenerse un poco mas en el final, para que la conclusión hubiera sido mas impactante y no tan brusca. Sin duda a "El Llanto" le hubiera venido de perlas más duración, creo que esta historia funcionaría de maravilla en una película de duración standard, estoy convencida.

Ahora "El llanto" comienza a andar, primero ha sido en la II muestra de cine fantástico y de ciencia ficción de Zaragoza, luego seguirá por los festivales de San Sebastián, Sitges, Obuxofest... Toda la suerte del mundo para Saúl y su equipo!!!

Y como una no tiene la oportunidad de comunicarse con los directores de las propuestas que ve todos los días, tengo que aprovechar, así que esto es para ti Saúl: me siento muy orgullosa de ser tu compañera!!! Nos vemos pronto en el hotel, querido.