Crítica: Shark Week

Menos mal que los tiburones no tienen copyright, ya que de ser así The Asylum no solo tendría pleitos contra las grandes producciones sino que además se le agregarían multas por usar los escualos en casi la mitad de sus producciones y es que como su título indica la película va de tiburones.

La trama es bien sencilla: un narco llamado “Tiburón” secuestra a unos personajes que a priori no tienen nada en común para hacerles pasar una semana de lo más puta. Estas personas tendrán que hacer frente a toda clase de tiburones e ingeniárselas para sobrevivir. Cada día un tiburón diferente, cada día un paso más hacia la libertad. ¿Lo lograrán? La verdad que poco importa si lo consiguen ya que les coges tanto afecto a los personajes como lo puedas coger a un cagarro.

En esta ocasión me meteré en el papel del señor “Tiburón” para contaros y hacer más amena esta crítica:

Primero contrataré a un informático para que me haga un programa donde salgan las fichas de los “concursantes” y que cuando mueran en su lugar aparezca una calavera. Luego compraré un montón de tiburones, los esparciré a lo largo, ancho e incluso dentro de una isla sin darles de comer. Seguidamente secuestraré a los que me han jodido la vida y les soltaré el rollo de lo que tienen que hacer. Me sentaré en un sillón y a través de cámaras y un micrófono iré observando y hablando con ellos.

Para demostrar que voy en serio antes de empezar haré una demostración con crías de tiburón. El primero que habra la boca, que siempre hay uno, se lo daré de comer. Así de paso acojono a los demás. Una vez los tengo acojonados ¡Qué empiece la fiesta!

Primera prueba: Una llave pegada a la aleta de una cría. Su misión será encontrar a la cría, cogerle la llave y escaparse por un conducto submarino que ¡ojo! No sé como coño lo he hecho pero si podéis pasar vosotros las pequeñas criaturas no podrán pasar. No preguntéis como ya que me veré obligado a tiraros a vosotros como carnada y… Fácil, misión cumplida. Pero unas cuantas mordeduras se las van a llevar, pillines.

Segunda prueba: Como los “concursantes” no son tontos piensan “si nos alejamos del agua no hay tiburones, por tanto seguimos por el camino”, pero eso ya lo había pensado yo antes, así que cuando pasen por el camino, éste se desmoronará y caerán en el territorio del tiburón martillo. Primero había pensado en amaestrar a susodicho tiburón para que les golpeara con la cabeza, ¿por eso se llama martillo no? Pero no tuve tiempo así que preferí la vía rápida y la que siempre da resultado, por la boca. Aunque me he quedado con ganas de decir “eso es dar en el clavo”. Aquí como mínimo caerán la mitad seguro, pero como los planes no siempre salen bien creo que les he subestimado. Ya que han cogido unas cadenas, han atado al tiburón por la cola y le han dado marcha atrás. No sabía que si a un tiburón le hacías nadar marcha atrás se moría porque se ahogaba. Bueno en fin, tiburón muerto y solo un pardillo muerto. Seguimos. Espera. ¿Qué coño hacen arrancando los dientes a mi tiburón?

Tercera prueba: Ahora lo sé. Los tipos cogen las ramas más estrechas y enclenques que hay en la isla, y mira que hay árboles, y en cada una de su punta atan un diente. Ingenioso pero absurdo. Y aunque parezca imposible logran matar a mi siguiente pececito. Que en paz descanse.

Ahora haremos una pausa y les dejaré andar por la playa, que es muy hermosa. Lo que no saben es que está llena de minas jijijiji. Pero maldita sea, he vuelto a fallar y no solo eso sino que se me llevan una de recuerdo. No sabía que estas minas al explotarte a cinco centímetros de la cara no te hacen ni un rasguño. Nota: no comprar más en los chinos.

Estoy desilusionado y me fumo un puraco envuelto en mis pantallas en blanco para ver mejor que hacen. Es curioso, este informático es un crack, pantallas en blanco para seguirles, altavoces por toda la isla que no se ven, creo que no lo tendría que haber dado de comer a mi precioso escualo.

Me debo haber distraído ya que de la playa me los encuentro en una cueva, muy parecida a la que habitaba el martillo. Bueno mejor, así me ahorro más chorradas y veremos la siguiente prueba.

Cuarta prueba: El tiburón tigre, mi más feroz bestia. En una escena de lo más patética: puedo ver como una tipa con MI mina en su mano se lanza contra mi precioso tiburcio y veo como vuelan en pedazos. Bueno ojo por ojo ¿No?

 

Ya solo quedan cuatro supervivientes, de momento, y yo me lo paso en grande. Y demostrando mi generosidad les daré un arpón para afrontar la siguiente prueba que volviendo a demostrar mi enorme grandeza les daré un bote si salen con vida.

Y, ¿Por qué coño queremos un pote? ¿Dónde demonios vamos con un pote de mierda?¡Ah! un bote, con b… (Esto no pasa pero es como una pequeña demostración de la agudeza de los personajillos).

Siguiente prueba. Tienen que ir mar adentro para cargarse a otro tiburón. He descubierto por mi sorpresa que las cosas impensables se hacen realidad. Ya que con mi mierda arpón sacan al tiburón del agua!!!! Como si lo quisieran empalar!!!! Pobrecitos. En fin, por lo menos ya solo quedan dos y espero que termine pronto porque me estoy cagando y los dos que quedan parece que quieren ponerse a follar, así que saco mi armónica y empiezo a tocar. No seáis mal pensados que me refiero al instrumento de música.

 

Por fin el acto final. El Gran Tiburón Blanco, juas juas juas. Así que los dejo con el bote en alta mar y quien sobreviva pues se larga para su casa, cosa que dudo, juas juas juas. Me partiré de tanto reír. Morid, cerdos, morid, juas juas juas, intentan matarlo con un cuchillo juas, juas, juas. Ala uno menos, y esa imagen la voy a poner en Youtube.

Bueno, estoy contento, todos muertos menos una, que ya se encargará mi mujer de darle de ostias. Ni tiburones ni nada. Donde haya una mujer con mala leche que se quite lo demás. ¿Cómo? ¿Quién a puesto una mina debajo la pierna de mi mujer?

Al final si las cosas las quieres hacer bien, hazlas tu mismo. Me enfrentaré con el único superviviente cara a cara y a ver que pasa…

Deseadme buena suerte.

Para terminar esta crítica me gustaría nombrar a la estrella invitada. A estas alturas ya sabemos que The Asylum, al igual que Tarantino, resucita viejas estrellas. Esta ocasión es Yancy Butler, que salió en “Blanco Humano” con Van Damme o “Salto al peligro” con Snipes. Aunque para mi desilusión y después de ver “Shark Week” y “Lake Placid: The Final Chapter” el mismo día he de decir que el paso de los años la ha desmejorado, tanto física como por su forma de actuar. Pero de alguna manera hay que ganarse el pan ¿No?.