Crítica: Al Filo del Mañana

En un futuro no muy lejano, invade la Tierra una raza de extraterrestres invencibles, los Mímicos, que deciden lanzar un imparable e imbatible ataque sobre nuestro planeta. Al Teniente Coronel William Cage (Tom Cruise), un agente de prensa para nada valiente que se ve convertido en alto mando y que no ha entrado nunca en combate, le encargan una misión casi suicida en la que desembarca en una playa en un momento rodado muy al estilo de “Salvar al soldado Ryan” (cámara mareante en mano y contínuo movimiento) donde es atacado por una de las criaturas y resulta muerto, entrando en un loop cuántico, un bucle temporal, en el que se ve obligado a luchar contra la bestia y morir una y otra vez. Pero las múltiples batallas que libra lo hacen cada vez más hábil y eficaz en su lucha contra los alienígenas. Su compañera de combate es Rita Vrataski (Emily Blunt), una soldado de las Fuerzas Especiales que le ayuda a descubrir la manera de sobrevivir en el loop y seguir adelante en su lucha contra los invasores, convirtiéndose en involuntario héroe.

Esta es ni más ni menos la sinópsis de la cinta de Doug Liman, adaptación del manga de Hiroshi Sakurazaka y en el que se nos ofrece una mezcla generosa de cine bélico con aire clásico y la ciencia ficción más apabullante e innovadora, en lo que acaba pareciendo un remix de “Atrapado en el tiempo”, de Harold Ramis y “Starship Troopers”, del brillante Verhoeven, y que se ha convertido en el auténtico, y mejor, blockbuster de la temporada, una inyección de ánimo y vigor a los pobres estrenos que llevamos en este regulero 2014. 

El campo de la ciencia-ficción avanza a un ritmo frenético con los nuevos adelantos de fotografía y cine que año a año van obligando a los directores de sci fi a renovarse si quieren seguir sorprendiendo al respetable. El resultado es que en los últimos años estamos encontrando unos productos de altísima calidad, en la que esos efectazos nuevos, una vez acompañados de un buen guión acaban regalándonos a un público ávido de novedades auténticos peliculones inimaginables una década atrás. 

Directores como Christopher Nolan en “Origen”, Cuarón con su “Gravity” o J.J. Abrams y su revisión de Star Trek son una buena muestra de ello, son sólo parte de una cantera de nuevos-y no tan nuevos-talentos que dan con su filmografía un giro de rumbo en un género saturado muchas veces de películas flojas y de cuestionable calidad. Doug Liman, nacido en el 65 tuvo como carta de presentación “Swingers” de 1996 y “Viviendo sin límites” en 1999, pero se confirmó como un director potente, autor de blockbusters con “El caso Bourne” en 2002. Y ahora revalida ese título con "Al filo del mañana", con diferencia la mejor de sus películas y uno de los mejores trabajos de Tom Cruise en las últimas décadas, habiendo protagonizado ya algunos bombazos de la ciencia ficción como “Minority Report”. 

He de reconocer que yo me esperaba la típica peli taquillera con buenos FX, con el mismo Cruise de los últimos tiempos, algo así, a lo "Oblivion" de Joseph Kosinski, meritoria pero con un guión más bien pobre, pero mi sorpresa no pudo ser mayor, ya que si bien la trama tampoco es que sea el culmen de la originalidad, tiene un arranque absolutamente espectacular, incalculable, está desarrollada de forma casi prodigiosa, sorprendente y plagada de magníficos golpes de efecto, con un metraje no extendido, que logra entretener en cada uno de sus 113 minutos sin aburrir lo más mínimo, sacrificando en cierto modo las explicaciones obvias y el apartado sentimental, en pos del entretenimiento perfectamente calculado, la acción pura y dura, enérgica e incesante,que hace que nos sintamos sin duda ante el blockbuster más ambicioso y mejor ejecutado del año. Y uno de los puntos fundamentales de la cinta es su prodigioso montaje, enérgico, rápido, efectista, con algún que otro gag de humor negrísimo, lleno de trinos y mordentes que llevan la acción a cotas altísimas hasta un más que satisfactorio e inteligente final. 

Garantizada queda de sobra la diversión y la emoción, de una forma muchísimo más inteligente, incisiva y aguda de lo que hubiera sido en otras manos. Y es que Liman ya ha demostrado su talento como realizador aún en sus trabajos más reguleros, como “Jumper” o “Mr y Ms Smith”, y se decanta por su delicado tratamiento de las potentísimas imágenes sin dejar de lado el atisbo de profundidad en su narración, colando su discurso brillante más allá de los elementos de ciencia ficción y acción pura y dejando entrever sus implicaciones espirituales y existencialistas. Es muy difícil, pues, alcanzar el altísimo nivel de satisfacción que desprende cada apartado de la cinta, desde ese montaje tan maravillosamente realizado, la soberbia e intachable dirección, y el guión elaborado que nos mantiene aferrados a la butaca durante dos horas, entre acción, humor, suspense y espectaculares efectos especiales. “Al filo del mañana” acaba ofreciendo muchísimo más de lo que promete, en un frenético, fresquísimo y concienzudo tornado de la mejor ciencia-ficción posible inspirada en lo mejor de películas grandes como “Starship Troopers”, “Matrix”, 'Aliens', “Looper”, “Elysium” y 'Atrapado en el tiempo' de lo más emocionante. 

Los actores cumplen todos en sus roles, desde Bill Paxton hasta Jeremy Piven o Brendan Gleeson, absolutamente contenidos y convincentes. Emily Blunt, una actriz absolutamente impecable, hace que sin ella la película perdería enteros, haciendo uno de esos roles inmensos y perdurables en el recuerdo, una elección inmejorable a todas luces, en un papel complejo, sorprendente y rico en matices, donde vuelve a mostrar su serenidad solvente, su solidez dramática. Pero si hay alguien en el reparto digno de aplauso es sin duda el megalómano y excesivo Tom Cruise, en su interpretación más redonda en años, que roza la perfección y vuelve a colocarle en el candelero de grandes actores del que realmente nunca ha bajado, haciendo un papel de héroe involuntario, cobarde y muy humano, que avanza y aprende sólo a base de tropezones, alejado de sus héroes superdotados de sonrisa perfecta y eterna, poniendo de manifiesto nuevamente (y para mi absoluta sorpresa) su evidente versatilidad y lo bien que se defiende en registros muy diferentes. 

Los efectos, evidentemente, son de altura, de primer nivel, pero lo mejor de todo es que están utilizados en exclusiva al servicio de la historia y en beneficio de una peli que no puedo dejar de recomendaros.

¿Podemos pedir más?. Seguramente sí, pero desde luego la experiencia es un verdadero lujazo y lo más refrescante en lo que llevamos de verano. 

Para acabar, remarcaremos que la cinta está basada fielmente en la “novela ligera” (“ranobe”, evolución del pulp) “All you need is Kill” de Hiroshi Sakurazaka, ilustrada por Yoshitoshi Abe, auténtico gurú del ciber anime, una novela gráfica que ha supuesto un éxito casi sin precedentes e incuestionable en Japón. 

Sin embargo Liman ha descartado la estética del anime nipón y se ha inspirado muy acertadamente en la iconografía de las guerras mundiales, donde queda claro en todo momento quienes son los malos de la historia. 

En el fondo, se trata de una historia de amor en un momento absolutamente inapropiado y hostil, donde la ciencia ficción y la acción son el mejor de los telones de fondo. 

La potente y atinada banda sonora, de Christophe Beck y el magnífico trabajo de fotografía de Dion Beebe, no hacen sino redondear lo prácticamente perfecto. 

Lo mejor: Es absolutamente impecable.

Lo peor: No se me ocurre nada. Recomendada, obligatoria sin duda para cualquier amante de la ciencia ficción. Un peliculón, vamos. 

Damien Thorn, Heredero, yo.