Críticas: Memories of Murder

Puedo afirmar sin ningún tipo de dudas que Memories of Murder (2003), también conocida como Crónicas de un Asesino en Serie, es una de las películas asiáticas más influyentes del S. XXI. Su director, Bong Joon-Ho, es actualmente uno de los referentes de su generación, siendo ésta una de sus primeras películas. Su trabajo fue reconocido en este caso con una Concha de Plata, dejando claro desde el inicio que era un cineasta a seguir. Su buena acogida entre público y crítica hizo que su siguiente película, The Host (2006), fuese estrena en los cines de todo el mundo. Yo personalmente no perdí la oportunidad de ir a verla, es cierto que me esperaba más, pero el buen hacer del director también queda claro. A cotas más altas llegaría con Snowpiercer (2013), coproducida por EEUU y en la que introdujo una serie de actores reconocidos como Chris Evans, Tilda Swinton o John Hurt.

Actualmente Boog Joon-Ho fue noticia en la presentación de su última película en el festival de Cannes, Okja (2017), que generó polémica no por la película en sí misma, sino por el debate que generó sobre si una película debería competir en Cannes sin ser estrenada en el cine, ya que en este caso su estreno sería directamente en Netflix.

Memories of Murder está basada en un caso real conocido como "the Hwaseong serial murder", que tuvo lugar en una provincia situada al sur de Seul, Gyeongii, entre los años 1986 y 1991. La película está ambientada en esa época, momento en el que Corea del Sur atravesaba una situación política turbulenta y dictatorial, post masacre de Gwangju.

El argumento se centra en la investigación llevada a cabo principalmente por dos policías, uno perteneciente al departamento de policía local y otro recién llegado de Seul, tras los asesinatos de varias mujeres. Ambos policías se verán totalmente superados e impotentes ante una sucesión de crímenes que repite el mismo modus operandi.

El inicio de la película puede resultar un poco desconcertante, las formas poco sofisticadas del policía local intentado cerrar el caso de cualquier manera, incluso manipulando pruebas, evidencia la poca pericia del departamento de policía local ante unos crímenes nunca vistos en Corea con anterioridad. La llegada de un policía desde la ciudad para dar apoyo al caso generará un choque de personalidades y diferencias en cuanto a la forma de llevar la investigación. En el inicio todo se cuece a fuego a lento, e incluso por momentos los caminos que parece seguir la película ponen a prueba la paciencia del espectador. La investigación para, vuelve a empezar, arranca de nuevo, y todo ello acaba generando la sensación de que no vamos a llegar a ninguna parte. Pero de esta forma, que no va a gustar a todos los públicos, nos mete en la piel de los policías y nos hace vivir sus frustraciones, siendo esa sensación uno de los elementos diferenciales que dotan de personalidad a esta película.

Que nadie espere un ritmo como el de I Saw the Devil (2010) o la originalidad de Oldboy (2003), por ser temáticas totalmente incomparables, tampoco es una película redonda como Seven, por motivos obvios que explicaré. Ésta es una película en la que a través de unas actuaciones magníficas también asistimos al intercambio de papeles de ambos protagonistas. El policía local (Song Kang-Ho) deja sus métodos toscos y quiere averiguar la verdad y el policía llegado de la ciudad (Kim Sabg-Kyung) con más experiencia, abandona sus buenas formas para entrar en una espiral en la que todo vale. También merecen ser destacados algunos de los actores que interpretan el otro lado, el del posible asesino. Tanto el actor que interpreta al primer sospechoso, un deficiente, como el que interpreta a otro, un tipo corriente que podríamos ser cualquiera de nosotros, son elecciones perfectas. 

Con una espléndida fotografía en la que el ambiente rural es el protagonista inmutable, a través de caminos sombríos y solitarios que nos conducen al descubrimiento de cadáveres, y bajo una lluvia densa y constante que potencia la mencionada sensación de frustración, es posible notar la influencia de esta película en un género tan de moda como el Neo Noir, o más concretamente en el cine negro rural. Para mí fue imposible no pensar en Memories of Murder al ver True Detective o recientes éxitos españoles como La Isla Mínima o que Dios nos Perdone. También encontré muchas similitudes con la que para mí fue una de las mejores películas del año pasado, The Wailing. Detrás de todas estas películas estaba la sombra de Memories of Murder, con su atmósfera rural, el desasosiego implícito y una pareja de protagonistas que se pierde en su propio naufragio. 

La atmósfera creada por la película es un elemento importante, y en ella los túneles están de forma omnipresente en toda la película, desde el lugar donde aparece la primera víctima, hasta el lugar donde se esfuma uno de los sospechosos. Es un elemento visual que siempre ha tenido protagonismo en el cine, por representar una entrada que nos puede conducir a otro lugar. Si tuviese que mencionar una escena del cine en la que un túnel tiene gran protagonismo, destacaría Millennium Mambo (2001), de Hou Hsiao-Hsien, otra película asiática que tiene uno de los inicios más sugerentes con la actriz Shu Qi atravesando un túnel en Taiwan mientras suena de fondo el tema compuesto por Lim Giong, A Pure Person.

Memories of Murder desmonta el cine negro y paradójicamente se acaba convirtiendo en un clásico del género.

SPOILER

No es lo más correcto meter un spoiler en plena crítica, pero ésta es una película que tiene 15 años y probablemente ya ha sido vista por la mayoría de los que tienen interés en el género (Neo Noir o Crimen Rural). Si alguien todavía no la ha visto, aconsejo que primero vea la película antes de seguir leyendo. 

Ésta es una película basada en un caso sin resolver, información que está al alcance de todos y que muchos conocerán antes de verla, detalle que conlleva que la película no tenga un cierre que la haga ser estructurada de principio a fin, porque la historia en sí no lo es.

Llegando al final de la película vemos una escena en la que el asesino observa a dos víctimas que atraviesan un sendero (ambas caminan en sentidos opuestos ante la mirada del asesino escondido), y con la duda del asesino también duda el espectador, haciéndonos partícipes de la decisión que acabará con la vida de una de ellas.

La película finaliza en el punto de partida, en el lugar donde aparece la primera víctima, con el policía local volviendo años después al lugar donde empezó todo. Quiere respuestas, pero no las encuentra, y mira hacia la pantalla, dirigiéndose hacia los espectadores, sabiendo que entre nosotros está el asesino.

FIN SPOILER

Lo mejor: La confrontación de formas entre ambos policías y su evolución. Una narrativa diferente y singular, en la que la atmósfera rural capta protagonismo.

Lo peor: Algunos no encontrarán en la película lo que buscan. No es un thriller convencional, ni en su ritmo ni en su conclusión.