Crítica: Aparecidos

Me la han dado con queso, eso pensé al terminar de ver esta película dirigida por Paco Cabezas. Todo comenzó cuando yo me disponía a ver una película de terror, que al fin y al cabo es como me la vendieron, y como parece que por fin el género de terror en España se ha despertado de su letargo, pues yo me lo creí. No es que tuviera muchas esperanzas puestas en esta película, pero no me esperaba que fueran a mezclar churras con merinas y que me fueran a engañar.

Seamos sinceros, "Aparecidos" es un producto de drama y suspense que nos lo han metido como si de una película terrorífica se tratara. Eso sin contar el video promocional en la que veíamos como muchas caras conocidas del cine de nuestro país, se asustaban, gritaban y pegaban botes de los sustos que supuestamente les provocaba la película. Después de haberla visto, puedo decir que esas imágenes no son otra cosa que una farsa publicitaria para atraer al público a las salas de cine.

En este país, la gente tiende a intentar abarcar más de lo que puede o de lo que debería, y parece que al sevillano Paco Cabezas se le antojaba poco el realizar una de terror y punto, claro, aquí son todos muy listos y les cuesta mucho hacer una de terror al uso, así que decidió rizar el rizo y tocar temas más "profundos", pero eso si, engañando al personal. Vamos a ver, si lo que quería hacer es una película sobre la dictadura argentina, pues que la haga, pero que no me la venda como una cinta de terror y encima "basada en hechos reales", cosa que pone en el cartel publicitario y que responde únicamente a la parte histórica de la dictadura argentina.

A todo esto, no hay que olvidar lo poco que ayudan las actuaciones de sus protagonistas al film, como ya he comentado en otras ocasiones, muchos actores españoles tienen la mala manía de hablar en susurros y parece que les cuesta vocalizar, este es el caso de Ruth Díaz que mantiene unos diálogos prácticamente imperceptibles para el oído humano, y que me hicieron preguntar varías veces ¿Que ha dicho? a la persona que se encontraba a mi lado viendo la película, a lo que esta me respondió poniendo cara de besugo y encogiendo los hombros (por lo menos, me quedó claro que no tenía un problema de oído). Curiosamente entendía mejor a los argentinos pese a su característico acento, que a los españoles. Por otro lado, Ruth Díaz sobreactúa de lo lindo, y no desaprovecha ninguna ocasión para soltar la lágrima y el moquillo para que veamos sus grandes dotes interpretativas. Pero si la manera de actuar de su protagonista femenina es un tanto desmesurada, la de su compañero de reparto resulta de chiste, a Javier Pereira ya le pueden arrancar una pierna de cuajo que mantiene su sonrisa de oreja a oreja, pero por lo menos alguien se lo estaba pasando bien. Estas actuaciones combinadas con unas conductas imposibles, unas reacciones sin coherencia ninguna, unos diálogos inverosímiles y un argumento lleno de clichés, nos dan como resultado un producto sin credibilidad y bastante absurdo, que en resumidas cuentas, poco tiene que ver con los fantasmas, y menos aún con las víctimas que han sufrido algún tipo de dictadura.

Si me tengo que quedar con algo de "Aparecidos", seria con los pocos, pero bastante logrados efectos visuales que daban vida al elemento sobrenatural de la cinta. Pero "Aparecidos" apareció y desaparecerá rápidamente de mi cabeza. Ya se sabe que la capacidad de sorprenderse con una película es cada vez menor, y más en un subgénero tan sobado como es el de los fantasmas, pero si encima nos lo mezclan con temas de estado, el resultado queda cogido por los pelos. Niños vestidos de blanco y golpes y portazos para una crítica a la dictadura argentina disfrazada de film sobrenatural.