"La Serpiente y el Arco iris" es otra de esas "perlas" salida de la mente de Wes Craven, un director capaz de lo mejor y de lo peor, aquí tenemos la versión buena del papá de Freddy Krueger, pues estamos ante una de esas películas que se podrían calificar como "Clásico" de la época.
Muchas y muy variopintas son las películas que nos han intentado acercar al oscuro mundo del voodoo, "Los Creyentes", "La Llave del Mal", "Voodoo Woman", etc...., pero nunca se había profundizado tanto en el tema de la zombificación como en el filme de Craven, y la verdad es que el muy hijo de perra lo consigue por completo, pues rápidamente nos pondremos en la piel del pobre Dr. Alan (Bill Pullman, que por cierto está excelente), lo que no será nada bueno para nosotros, pues el pobre hombre va de putada en putada, y es que si tengo que elegir entre que me entierren vivo con una tarántula o que me claven un clavo del copón en el escroto, pues no se.....
La ambientación está muy bien conseguida, mostrando toda la pobreza mundana que contrasta con la gran riqueza espiritual de los habitantes de la zona. La banda sonora también colabora mucho en este aspecto, pues a parte de la sintonía clásica de la película, muy de los 80, seremos continuamente golpeados por el sonido de los tambores de "Macumba".
También se nota que Craven estaba fuertemente influenciado por su exitosa saga de "Pesadilla en Elm Street", pues aquí también echará mano constantemente de los sueños y alucinaciones para desarrollar la historia y atormentar un poco más, si cabe, al desgraciado Dr. Alan.
Efectos especiales tenemos muchos y buenos, momias, zombies, decapitaciones, etc... vamos, de todo un poco, aunque lo mas impresionante de la película y escena que quedó marcada en la memoria de El Rector es sin duda alguna cuando entierran vivo al pobre Bill Pullman, ( y eso que le tengo gran aprecio a mi escroto) impresionante.
Estamos ante una muy buena película de terror clásico de los 80, lo que es sinónimo y garantía de calidad, que todo aficionado al género debería ver en un momento u otro de su viaje por el lado oscuro del celuloide.
Y recordad, "No dejéis que me entierren... no estoy muerto".
2 comentarios:
Recuerdo esta película, casi al final, un hombre se arranca la cabeza y se la arroja al doctor.
Simplemente es un clásico de Zombis Vudú.
Robin, para mí, la secuencia por excelencia de esta película de Craven (y de otras muchas del género), es la clavada de escroto en la silla. Desde entonces, es ver un clavo y un martillo y tengo que cerrar la entrepierna.
Posiblemente, la mejor película sobre vudú que se haya rodado.
Saludos.
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