martes, 5 de agosto de 2025

Crítica: Ziam

ARTORIUS NOS HABLA SOBRE ESTE BODRIO DE ZOMBIES TAILANDÉS QUE PROMETE MUCHO Y ENGAÑA OTRO TANTO


Zombies + Artes Marciales +Thailandia es una formula que tendría que dar para, por lo menos, un rato distraído. Pero Netflix nos insufla aquí un subproducto de serie b que comete tal concatenación de pecados capitales en una producción de este tipo que nos lleva irremediablemente a un punto de no retorno: el aburrimiento. Y eso en una producción que prometía carreras contra no muertos combinadas con hostias como panes al estilo de "The Raid" (2011) es completamente imperdonable, pero vayamos por partes sin caer en el spoiler.   

“un subproducto de serie b que comete tal concatenación de pecados capitales en una producción de este tipo que nos lleva irremediablemente a un punto de no retorno: el aburrimiento” 


Primer pecado: Tomarse demasiado en serio a si misma. “Ziam” (2025) se cree arte y ensayo, o eso le debieron decir a los actores un director que no tenía ni puta idea de como hacer que el producto que tuviera entre manos fuera atractivo. Estamos hablando de artes marciales + zombies mutantes, y debido a que los actores se pasan todo el puñetero metraje con una cara de solemnidad (mal) actuada que tira de espaldas, te da la misma sensación que la de ir a una discoteca un fin de año y encontrarte un ambiente silencioso y sepulcral: es decir, que te sacan de sitio. Y a patadas. 

Segundo Pecado: Un guion de mierda. Incoherencias a punta pala, una construcción de mundo que, aunque no es original, podría ser interesante, situaciones confusas, un tramo final que no se aguanta por ningún lado, diálogos de juzgado de guardia... Tienen para elegir. 


“El presunto especialista en combate tiene la gracia en el golpeo de un hooligan de tercera regional, y las coreografías son aburridas, previsibles, poco realistas y olvidables” 


Tercer Pecado: Malos actores. Esta gente, aparte de creerse que está representando Tolstoi, es que no tiene registros. Mención especial a la protagonista femenina, sobre todo en los momentos en los que intenta llorar. “Intenta” es la palabra. 

Cuarto Pecado: las coreografías de lucha. No le pido a todas las películas que sean obras maestras de la acción, ni mucho menos. Los que me conocen saben que me conformo con poco, pero es que esto es una tomadura de pelo de marca mayor. El presunto especialista en combate tiene la gracia en el golpeo de un hooligan de tercera regional, y las coreografías son aburridas, previsibles, poco realistas y olvidables.  


“una basura que no entiendo como ha podido pasar los filtros de Netflix, aunque últimamente de esta productora en imagen real ya me lo creo todo” 


Quinto Pecado: Los zombies. Su origen les podría dar puntos, pero es que les plantean como mínimo dos, y aparte contradictorios entre ellos. Y su "evolución"... Podría estar bien, parece un homenaje a Junji Ito, pero está situada en un momento en que francamente, ya la película nos importa un pito.

Podría seguir, pero me estoy dando cuenta de que, sencillamente esto no se lo merece. Es una basura que no entiendo como ha podido pasar los filtros de Netflix, aunque últimamente de esta productora en imagen real ya me lo creo todo, y que no vale para pasar la aspiradora. Encima, agarrense bien al asiento porque después de esta enfrenté a “The Beast Within” (2024), y debo decir que a con esta racha solo pido que la siguiente película sea distraída. Distraída mínimo. No pido más destino, por favor. 

Lo mejor: Que se acaba rápido. 

Lo peor: Que es mala. Muy mala, a todos los niveles. Y aburrida. Lloro por mis 90 minutos de vida perdidos en esto.


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