Crítica: Organizm

"Organizm" es una de esas películas que no dejan lugar para la sorpresa y que finalmente hacen que una termine con esa fatídica sensación de haberla visto con anterioridad. El director Richard Jefferies, aunque le ha puesto voluntad al asunto, y haya contado con un modesto presupuesto, ha creado una película que aunque de el pego, resulta estar repleta de tópicos, resultando ser algo parecido a una de esas películas de catástrofes que dan por televisión por la tarde, mientras te tomas el café o te dispones a dormir.

La catástrofe que veremos en esta ocasión, no son ni una plaga de abejas asesinas ni un cúmulo de tornados, se trata de una especie de raíz mutada prácticamente indestructible, que va creciendo de forma desmesurada y mata todo aquello que se cruce en su camino. En el papel protagonista veremos a Johnathon Schaech ("The Washingtonians"), un actor bastante limitado, que pasa con más pena que gloria en sus películas, y en el papel femenino veremos a la actriz Erica Leerhsen ("The Texas Chainsaw Massacre", "Camino Sangriento"), interpretando correctamente a una militar, que terminará ayudando al protagonista. "Organizm" necesitaría unos cuantos cambios para no estar tan cerca de un telefilme, lo primero sería cambiar al protagonista, otro que en vez de ocurrir la acción en el típico pueblo remoto, ocurriría en una gran ciudad, y finalmente, que las muertes en manos de las ramas, fuesen más sangrientas y espectaculares.

Los efectos especiales parecen de principiante, las ramas y algunas secuencias de sangre están realizadas por ordenador, y del maquillaje el trabajo que hicieron con algunos cadáveres. Aunque el trabajo que hicieron con el protagonista para hacerle pasar por su propio padre sea para tirarles piedras, me pregunto si no les llegaba el presupuesto para contratar a otro actor, si además sólo eran cinco minutos de rodaje.

Conclusión, una película para no pensar demasiado, que se deja ver pero que queda más cercana a un telefilme que a otra cosa y que seguramente se acabe convirtiendo en carnaza televisiva para las tardes del domingo.