Crítica: Kill List

La distribución cinematográfica en este país es poco seria y muchas de las películas que vemos en Sitges es muy posible que jamas las volvamos a ver. Por eso, con “Kill List” voy ha hacer una excepción y a basar mi crítica en “destriparla” con spoiler. Aviso de ante mano al que le interese verla. A su favor, diré que la película no está mal, se deja ver e incluso puede que le guste, sin ir a más.

Desde Inglaterra llega la historia de Jay, un soldado reconvertido en asesino a sueldo, que acepta un misterioso encargo que acaba por llevarlo a lo más oscuro del ser humano. La película es un drama con brotes de violencia y locura, pero un drama que no sabe emocionar al espectador. Le falta, por ejemplo, un trabajo más apurado en la relación del padre con su hijo.

Si no fuera porque justamente el año pasado, en Sitges’10, pudimos visionar la ultraviolenta “A Serbian Film”, puede que “Kill List” tuviera algo de interesante y convendría analizarla con más detalle. El problema es que la cinta serbia es mundialmente conocida por su contenido y eso deja en muy mal lugar la película británica.

SPOILER. Su argumento parece (no acuso a nadie) sacado del guión de “A Serbian Film” sin llegar al extremo de ésta. Jay es un ex soldado reconvertido en asesino a sueldo que vive con su mujer y su hijo pequeño y Milos una ex estrella del porno que vive con su mujer y su hijo pequeño. Ambos padres tienen una conexión especial con su hijo. Son buenos padres y, solo en el caso de Jay, la relación con su esposa es algo tensa, pero se quieren.

Un día, Jay acepta el encargo de matar a una serie de personas cuyos nombres se encuentran en una lista que da nombre al film. Milos, también, un día acepta formar parte de una película de porno experimental. Jay, por su parte, está acompañado de un viejo amigo también asesino a sueldo. Este amigo tiene una novia que recuerda al personaje de la antigua compañera de rodaje de Milos, la pornostar Layla, que le presenta la oportunidad de volver a trabajar.

A medida que Jay y su colega van asesinando (un cura, un pervertido, etc.) descubrirán que los tipos que le encargaron la lista son en realidad una secta religiosa adoradora de los sacrificios y Dios sabe que más. Su famlia se verá involucrada en un juego orquestrado por motivos inmorales y fuera de razón humana. Lo mismo sucede con Milo; un grupo de lunáticos, incluido su hermano, transportarán al personaje al corazón de las tinieblas, el lado más oscuro de la demencia.

La historia de “Kill List” tiene un guión con situaciones y diálogos de Jay y su colega interesantes, como los momentos íntimos de buenos amigos en el garaje o las peleas casi de niños revolcandose en el suelo tras una discusión. Los mejores momentos de la pareja de actores, pero, los tenemos en los diferentes asesinatos que perpetran con el fin de cumplir la lista. Y hay que decir que la violencia de la cinta es bastante buena (mi escena favorita es la que Jay le abre a su víctima la cabeza con un martillo como si fuera un coco).

El trabajo, como iba diciendo, se irá complicado de tal manera que Jay caerá en manos de una secta. Ésta matará a su amigo y le obligará a participar en una ronda de la muerte. Esto es, se hace un coro en torno a dos personas armadas con un cuchillo y éstas combaten a muerte. A Jay le quitan la camisa y le ponen una de las características máscaras de la secta. Su oponente también lleva una y, además, lleva cubierto el cuerpo y está encorbado como si tuviera una joroba. Ambos pelean y Jay vence. Para su sorpresa, los miembros de la secta se destapan la cara y podemos ver a la novia del amigo de Jay y a los tipos que les contrataron para cumplir la lista de asesinatos. Jay ha sobrevivido y desconcertado observa como también descubren el rostro y las vestimentas de su oponente: son su mujer y a sus espaldas su hijo.

Climax, anticlimax, se acaba la historia, los luces se encienden, la gente no sabe que ha visto en realidad, a mi me parece que hemos retrocedido un año y el silencio y algún que otro silvido sustituyen a los aplausos. Tampoco los hubo en “A Serbian Film” y aprovecho para añadir que me pareció un argumento interesante en una película estupida, de retórica barata y casposa repleta de chacharada infumable. De “Kill List” debo terminar a mi pesar diciendo que es un “A Serbian Film” light, es decir, sin la deprabación snuff pedófila. Comienza bien, se desarrolla con más o menos suerte y no acaba por interesar, especialmente por el tercer acto, donde se difumina la correcta acción del duo protagonista.

La película forma parte de la Sección Oficial Fantástica Competición de esta edición y eso me preocupa. No sé si en “Kill List” vieron una opción para que otra película del resto de la lista tuviera más oportunidades de llevarse algún premio o es que en realidad le vieron potencial para competir en Sitges.