Crítica: Wall-E

Y seguimos con los dibujitos....esta vez le toca el turno a la gran "Wall-E", a ese maravilloso ejercicio de concienciación ecológica que nunca me canso de disfrutar.

Tengo que volver a arrodillarme ante Pixar, tengo que volver a creer que no hay nada que me emocione más que una lánguida mirada de un personaje animado, aunque sea un robot, un robot mas humano que la mayoría que la gente que conozco, dicho sea de paso.

Empezaré por el final, empezaré diciendo que "Wall-E" es una obra maestra atemporal, empezaré diciendo que pocas veces he llorado tanto de emoción como con Wall-E y Eva, pero...un momento, ¿quién es Eva?, venga, hagamos las cosas bien y empecemos por donde se debe empezar, por el principio. "Wall-E" tiene los primeros 40 minutos mas poéticos y bellos que he visto nunca en animación, una primera parte que es una gran monólogo de Wall-E, sin que éste pronuncie una sola palabra, Wall-E no habla, pero Wall-E es capaz de expresarlo absolutamente todo con sus gestos, con sus acciones, con su mirada, con sus sentimientos...y resulta que Wall-E es un robot, ¡Oh Wall (¿puedo llamarte así, verdad?), si la emoción se pudiera dibujar, estoy segura de que tendría tus ojos...!

Wall-E es un robot que recoge la basura en que se ha convertido la Tierra, en un futuro relativamente cercano. Wall-E fue diseñado para armar inmensas pirámides de desperdicios en un planeta aniquilado, un planeta en el que sólo quedan él y alguna cucaracha, y su misión es reciclar y apilar la mierda que hemos dejado (metafórica y literalmente).

Wall-E está atrapado en su rutina, en su soledad...Wall-E guarda los "tesoros" que se encuentra, porque eso le hace sentirse acompañado, vivo. Wall- E es la única esperanza del apocalipsis, Wall- E es la representación de la humanidad en su más tierna expresión y yo quiero traerme a Wall- E a casa y no soltarle de la mano jamás (bueno, mentiría si no dijera que también había pensado que me vendría muy bien a la hora de limpiar...).

Un día como otro cualquiera, en un momento como otro cualquiera, Wall-E recibe la "visita" de otro robot, de la letal Eva, una robot sonda en busca de algún signo de vida en la Tierra. Terror, nervios, emoción, desconfianza, COMPAÑIA, Wall- E está confundido, pero sabe que ya no está solo, intenta acercarse a ella de muchos modos, finalmente lo consigue, nadie habla, sólo dos palabras. Wall-E y Eva y me he enamorado de esta pareja y les adoraré el resto de mi vida.

Eva está en la Tierra de Wall-E, en su terreno, y Wall- E quiere humanizar a Eva (¿un robot intentando humanizar a otro?, Oh sí, ése es el epicentro y explosión de esta propuesta).

Se pone de relevancia que ese sentimiento llamado amor, ese sentimiento llamado cariño, esa sensación llamada atracción, no atiende a normas. Wall-E y Eva son totalmente diferentes, en diseño, en funciones, en tecnología, en reacciones, en todo...son día y noche, son mortalidad e inmortalidad, son todo y nada, pero necesitan estar juntos, una vez que se han conocido no podrán separarse jamás. Y la intensa empatía que el espectador siente por Wall-E desde el minuto uno, se la traspasa a Eva en el momento en que siente que Wall-E moriría por ella, y así, el ingenuo y simple Wall-E, ese robot sin maldad, esa máquina tan vulnerable, siente que tiene que proteger a Eva de un territorio hostil, y en plena tormenta de arena, se la lleva a su refugio y allí, la enseña sus secretos (/no hace falta que hable, él se expone ante ella sin reservas), y surge el momentazo, Wall-E intentando emular aquello que tantas veces ha visto en la única película en VHS que conserva (importantísima esta escena para entender a Wall-e e importantísima la música como expresión a lo largo toda la película), Wall-E intenta agarrar a Eva de la mano, pero es taaaan tímido que no se atreve, y me dan ganas de atravesar la pantalla y darle mi mano, aunque me la arranque de cuajo, no me importa...¡Todo por tí, Wall-E!

Los momentos que comparte con Eva, hacen que él se sienta integrado en el mundo. Pero Wall-E, en su afán de agradar, la muestra su última adquisición: una planta viva (la última esperanza de vida que le queda al planeta Tierra) y activa el modo "instrucción" de la robot y ella deja de sentir, ella ahora sólo espera que la vengan a recoger y volver a la nave Axiom y completar su trabajo.

Asistimos entonces a las secuencias mas tiernas, tristes y emotivas de Wall-E, porque lo difícil no es vivir sin nada, lo difícil es haber tenido algo y haberlo perdido, y el silencio se hace grande, y el silencio puede con todo...

Llega el momento de la ruptura. La nave Axiom recoge a Eva, y Wall-E, que ya es un valiente y sólo quiere estar con Eva, consigue agarrarse a la cubierta de la nave y atravesar el espacio (una imágenes de una elegancia incomparable). Comienza la aventura humana, Wall-E entra en el mundo de Eva, de un blanco inmaculado, un mundo gobernado por la publicidad, la incomunicación real y la desidia.

Los humanos, tan gordos como antipáticos, son la triste realidad de una era virtual y "cómoda" en la que todo está al alcance de la mano. La felicidad es no tener que esforzarse por nada y amigos y amiguitas, cuando no te esfuerzas por algo, no lo valoras.

Wall-E aquí vivirá desconcierto, porque no puede entender nada, y aunque debería estar contento porque está rodeado de mil robots más y otros tantos humanos, él solo quiere volver a casa con Eva.

Se producen muchas aventuras, situaciones curiosas, hermosas, divertidas, delirantes, arrebatadoras, pero el momento álgido es en el que Eva entiende, sabe y siente que quiere a Wall-E, ohhhhhh, ese beso en el espacio...(sé que estoy llegando a la cota mas alta de mi ñoñez, pero ya me da igual, mi Wall-E es feliz y eso es lo único que me importa).

El capitán de la nave consigue identificar la planta de la Tierra que Eva traía en su interior y se pone en marcha la operación "vuelta a casa", porque la moraleja es que entre todos podemos cuidar la Tierra...

Sinceramente, el mensaje ( que lo hay y se nota desde el principio), a mí me dio bastante igual, yo solo me fijaba en la relación de mis dos robots... (a ver si en el fondo voy a ser una romántica, ufffff).

De nuevo en la Tierra, Wall-E está destrozado por diversos motivos que no desvelaré, que vale que yo sea la reina de los spoilers, pero hasta yo tengo mi límite...y ahora los papeles se invierten, Eva es quien cuida de Wall-E, quien quiere que vuelva a ser como antes, pero Wall-E...no la recuerda...¡Dale la mano Eva, dale la mano, haz que recuerde, Eva, te lo pido por favor! y oye, Eva es algo obstinada, pero me hace caso y por fin entrelazan la mano y yo me enciendo el cigarro de después, porque ya estoy satisfecha y mientras escribo esto pienso que si soy capaz de convencer a una sola persona para que pueda disfrutar de "Wall-E", volveré a estar satisfecha y me volveré a encender otro cigarro (que le den a mi médico, que me "aconseja" insistentemente que deje de fumar!!!)