Crítica: The Tall Man

Duérmete niño, duérmete ya, que viene el coco y te comerá...

A todos nos cantaron esta nana cuando eramos pequeños, el problema es que su letra, de tan sólo tres estrofas es totalmente amenazadora, por lo que en la mayoría de casos, asustados, cerrábamos los ojos haciéndonos los dormidos, no fuera a ser que viniera el “coco” y nos comenzara a comer por los pies. Y si esto no funcionaba y nuestros ojos aún permanecían abiertos, nos decían que vendría el “Hombre del saco” y nos llevaría, vamos que un desconocido entraría en casa y nos metería en su gran saco para llevarnos a un lugar desconocido, con desconocidas y seguramente turbias intenciones. Lo que ocurría es que no nos dormíamos, nos desmayábamos de miedo.

Ahora, Pascal Laugier nos trae una historia sobre ese “Hombre del Saco”, conocido en Estados Unidos como “The Tall Man” ("El Hombre Alto”), nada que ver con aquel al que dio vida Angus Scrimm en “Phantasma”, no a la figura que representa a Sir.Rector, sino un señor mugriento y abrigado que se llevaba a los niños por las noches y que nunca más se sabía de ellos, pero es Laugier, y esta historia irá mucho más allá.

“The Tall Man” supone el tercer trabajo del director francés, tras “El Internado” (2004) y la fabulosa “Martyrs” (2008), película que a muchos de nosotros nos dejaría marcados de por vida gracias a la fuerza de sus dos protagonistas femeninas, la historia, y la crudeza de algunas de sus imágenes (especialmente de su brutal tramo final), una cinta totalmente imprescindible y bien cargada de polémica, que llevaría a Laugier a formar parte de esa lista de cineastas franceses post-Nouvellle Vague, un cine potente, impactante y de calidad, cargado de buenas historias y con unas representaciones tremendamente viscerales, que han parido títulos como “Alta tensión” (Alexandre Aja, 2003), “A l’interieur” (Alexandre Bustillo, Julien Maury, 2007), o “Frontiere(s)” (Xavier Gens, 2007).

Dicen que a la tercera va la vencida, que el tres es un número perfecto porque simboliza el movimiento continuo y la perfección de lo acabado, que se necesitan tres puntos de apoyo para poder sostenerse en total equilibrio, sabemos que la regla de tres es técnicamente importante, e incluso sabemos que tres minutos pueden ser una eternidad. El tercer trabajo escrito y dirigido por Pascal Laugier supone el debut del director francés en Hollywood, una co-producción entre Canadá y Estados Unidos, que supuestamente no llegará a las carteleras españolas hasta el próximo 21 de Diciembre de 2012, curioso, porque ya sabemos que muchos predicen que justo en ese día, el mundo que conocemos se acabará, que el hombre del saco vendrá a por todos nosotros y quien sabe a donde nos llevará.

Con este thriller de suspense y dosis de terror, Pascal Laugier demuestra por segunda vez, tras “Martyrs”, que es un director de los pies a la cabeza, que es un hombre que ha nacido para contarnos buenas historias, de esas que nos sobrecogen el estómago, que es el rey de los giros inesperados, aunque, tal vez por el yugo de Hollywood, “The Tall Man” estará exenta de secuencias que puedan crear algún tipo de polémica debido a sus dosis de sangre o violencia, pero aún así la historia es cruda, aunque no llega a doler tanto como aquella que un día fue tachada de “Torture Porn”, porque aquella nos llegó a despellejar vivos a todos nosotros, nos llegó a las entrañas, y no, no os quiero engañar “The Tall Man” no es tan grande como “Martyrs”, pero es un intensísimo thriller que ofrece mucho más que lo que el espectador podía esperar. En esta ocasión, Laugier se queda sólo con la parte psicológica, el dolor de la mente, y vuelve, por tercera vez, a contar con protagonistas femeninas. Porque Laugier sabe que las mujeres somos auténticas luchadoras, porque poseemos una fuerza emocional que podría arrasar con todo, porque siento deciros que, en realidad el hombre es el sexo débil, y no es algo que sólo diga yo, los estudios así lo demuestran (lo siento chicos, pero no la carguéis conmigo...), porque las mujeres somos poderosas por naturaleza, somos las creadoras de la vida, tenemos una mayor fuerza de voluntad y mayor capacidad de sufrimiento, de entrega y de sacrificio. En cambio los hombres necesitan apropiarse del poder de fuera, dominar el mundo con otras armas.

Jessica Biel, la conocida actriz carga con prácticamente todo el peso de la película y debo decir que la Biel lo hace para quitarse el sombrero, demostrando con su actuación que es capaz de transmitir cuantiosas sensaciones al espectador, la chica que un día se enfundó unos ajustados vaqueros, una pequeña camiseta blanca anudada bajo el pecho, y unas buenas botas de cowboy, para terminar metiéndose con sus amigos en la boca del lobo (“La Matanza de Texas”, Markus Nispel, 2003), demuestra aquí que es mucho más que un buen cuerpo y una cara bonita, porque aquí sufrirá tanto por fuera como por dentro, y todos sabemos que las heridas que se ven terminan cicatrizando, se curan, en cambio las heridas del interior nunca terminan de cerrarse, se abren continuamente y son las que más duelen. Y aquí la Biel consigue que terminemos viendo sus heridas superficiales e incluso las que escondía en su interior. Ella será la absoluta protagonista, aunque también veremos a otros rostros que nos serán muy familiares, como el de Stephen McHattie (“Pontypool”), William B. Davis (el fumador de “The X-Files”) Samantha Ferris (“Supernatural”) y la jovencita de cara tan angelical como extraña, Jodelle Ferland (“Silent Hill”, “Expediente 39”).

Laugier nos contará una historia que es de todo menos sencilla, porque amigos míos, yo cuando me enteré de la noticia que el director francés preparaba una película sobre el hombre del saco y que nos contaría la historia de un pueblo en dónde los niños desaparecen, centrándose en Julia, una madre que una noche ve como un hombre se lleva a David, su hijo, de su habitación...yo me temí lo peor, me olió a historia telefilmera y previsible, me olió a fracaso, pero nada más lejos, esta historia no tiene nada de obvio, es una historia sorprendente, inteligentemente elaborada, repleta de giros inesperados, es como si nos hubiéramos montado en un coche y Laugier llevara el volante, girando por curvas que no nos dejan ver el horizonte hasta haberlas cruzado, pisando el acelerador y el freno en los momentos precisos, y todo sin que nos haya dicho en ningún momento a donde nos lleva, cual es nuestro destino. Un doloroso viaje que nos llevará al interior de nuestras complejas y frágiles cabezas, aquel mundo interior que en ocasiones parece un sueño, tu sueño, porque entre este mundo y el resto del universo existe un gran vacío, y en medio de ese vacío lo único que haces es empujar el viento y sabes que el viento es incontrolable, porque en ese vacío es precisamente donde existimos, donde soñamos, ese vacío es todo lo que vemos, es todo lo que tenemos, es nuestro mundo.

Lo Mejor: Que lo que parecía una historia simple, se termina convirtiendo en algo grande. El reparto y especialmente Jessica Biel, que aquí hace el papel de su vida. Los créditos iniciales y su BSO. La grandeza de algunas secuencias que parecen sacadas de una pesadilla infantil. La atmósfera y las localizaciones, porque puede que la cinta no tenga todo el encanto de las películas francesas, pero los alrededores de Seattle también son muy plomizos. El mensaje final.

Lo Peor: Que algunas reacciones de los personajes no terminan de ser lógicas. Que algunos echarán de menos al Laugier más encarnizado.