Crítica: Snowmageddon

Cuando piensas en películas sobre la Navidad es irremediable que te venga la cabeza la figura del señor Scrooge, que te lo encuentras incluso en los Telediarios. Por suerte hace tiempo que no tengo televisión y gracias a nuestro “videoclub” personal puedo escoger la películas que deseo ver. Estas fiestas no es que sean de mi agrado, creo que no hay ninguna fiesta anual que sea de mi agrado (así de soso y rancio soy) pero viviendo en un sitio donde hay muchas posibilidades de que nieve siempre, queda bien encender la chimenea y poner una película que trate sobre estas fiestas.

Este año me he adelantado y he escogido “Snowmageddon”. Para quien me conozca ya sabrá la razón, el simple título ya hace que tenga una erección pero si además es de catástrofes en pueblos pequeños eso ya significa mucho más. La paz y tranquilidad del campo se vuelve un caos de destrucción, muerte y… joder puede que sí que sea pesimista y que esté un poco confuso, ya que si vivo en un pueblo pequeño es por tener esa paz y tranquilidad que tanto anhelo y si realmente me pasara una cosa como la que pasa en la película me cago en Dios, la naturaleza y la madre que los parió a todos.

Pero para eso están las películas, para que pasen los desastres en ellas mientras yo saboreo el calor del fuego estirado en mi sofá (aunque no exento de otras catástrofes como la jodida compañía Movistar y sus ineptos trabajadores, tenía que decirlo chicos).

“Snowmageddon” es una película familiar. Si fuera un poco más social, me juntaría con toda mi familia y mientras los más mayores hacen la siesta yo estaría con los niños disfrutando tanto e incluso más que ellos. Porque señores, he disfrutado.

El film es una producción del canal SyFy (Asylum le debe mucho a este canal) por tanto ya sabemos que será una producción de bajo presupuesto. Para los más avispados ya os he dado dos pistas: SyFy y que he disfrutado. Así que no os sorprendáis ni me insultéis si también la cogéis del videoclub a raíz de esta crítica.

El hecho de que sea de un canal de televisión no es solo que es de bajo presupuesto sino que más o menos ya sabes que te encontrarás: pocos personajes, escasas muertes y un guión poco elaborado no sin mencionar algún que otro actor amiguete que rondaba por ahí. Pero ojo, que aquí tienen a su figura, aunque no protagonista pero si entrañable abuelete, que no es nada más ni nada menos que Michael “Saul Tigh” Hogan (¡Eso decimos todos!).

La película, aparte de ser una de catástrofes, tiene algo de fantasía infantil y un pequeño homenaje a “La Tienda” de Stephen King ya que se respira ese aire del chico de Maine por el pueblito y sus escasos habitantes (aunque sin profundizar en lo más mínimo en ellos) y por un objeto, una bola de nieve de cristal que bien podría estar en “Cosas Necesarias” del señor Gaunt como regalo de Navidad para cualquier persona del pueblo, ya que dentro de la misma bola hay la pequeña localidad exactamente igual de cómo está en la realidad. O sea, una réplica exacta del pueblo Normal, el pueblo se llama así, dentro de esa miniatura… diabólica y mecánica. Y es aquí donde nos acordamos de “Hellraiser” y su caja de Lemarchand ya que la bola contiene unos mecanismos que al ser accionados ocurren cosas malas dentro de la bola. Pero eso no es todo ya que lo que pasa dentro pasa fuera. Así que si hay una miniavalancha, los que están esquiando en las montañas las pasarán putas, si hay una minifisura en el suelo, los pueblerinos tendrán que vigilar donde meten los pies y así a cada toque de botón una desgracia más para el pueblo de Normal.

La historia va en para-lela (todavía hago una mueca de risa al recordarlo Missy, ya ves que con estas tonterías disfruto un montón) con otra. Otra historia que aparece el personaje más odiado por mi en las películas. Un niño.

Es un niño solitario que se pasa el día jugando a un juego de mesa de dragones, cuya misión es llevar un objeto maligno a un volcán y destruirlo con su fuego. Pues lo mismo ocurrirá con la bola de nieve de cristal. Y si en el juego de mesa el héroe es el jugador, en la vida real el héroe será su papa, ¿quién si no va a ser?, que tendrá que arrojar la bola de nieve en una grieta del volcán inactivo que adorna los alrededores del pueblo… para ahí. ¡Pero si esto es El Señor de los Anillos! Pero vuelve a parar ya que esta leyenda se remonta a la Grecia antigua y una de sus mitologías muy bien explicada en la película (oye que tampoco os lo voy a contar todo). En fin que todo está inventado.

Una película entrañable que te hace pasar un buen rato y no deja que te duermas en los laureles ya que cuando se empieza a activar el mecanismo no hay ya paradas tontas de romanticismo, bueno alguna pero dura muy poco.

Pero Blanch, ¿me la recomiendas?: Pues sí. Te la recomiendo si no eres un gourmet del cine. Si a veces solo ves películas para pasar el rato sin darle al coco o que te produzcan malos rollos. Para desconectar de tantas torture-porn, mockumentaries, thrillers y sucedáneos y sobretodo para descubrir una película navideña y olvidarse de las mismas que año tras año nos machacan sin cesar.

Pero Blanch, ¿te puedo insultar si no me ha gustado?: Estás en tu libre derecho. Al igual que yo critico las pelis, vosotros me podéis criticar a mi por recomendaros films que de buen seguro no son de agrado de todo el mundo.

Pero Blanch, ¿veré mucha acción y devastación tipo 2012 o Armageddon?: No que va. Verás cuatro petardos volando por ahí y poca cosa más. Aunque he de decir que es mucho mejor que cualquier película de Emmerich (a excepción de “Soldado Universal”) pero no llega a la altura de la de Willis…sí, me gustó Armageddon… y mucho.

Felices Fiestas a todos los que queráis que sean felices claro. A los otros pues hasta la próxima.