Crítica: Ritual

Desde Estados Unidos, de la mano del director y guionista Mickey Keating, conocido ya en los círculos más indie por aquel mediometraje de casi una hora “Ultra violence” que supuso una grata deconstrucción de lo que entendíamos como slasher y con “Fallout Shelter” pendiente para el año que viene, nos ha regalado este 2013 “Ritual”, una película que es mucho más de lo que aparenta. Considerada una abanderada del movimiento “Retro Horror Pic” toda ella rezuma buen cine por los cuatro costados con un presupuesto ínfimo pero unas enormes virtudes actorales (en un reparto a destacar Leigh Whannell, Derek Phillips, Lisa Summerscales y Dean Cates), con una cuidadísima fotografía de Mac Fisken y una banda sonora estremecedora por momentos de Giona Ostinelli que redondean aún más el ya de por sí casi perfecto guión de Keating. 

La película, tras un idílico prólogo en el que nos presenta a la femme fatale de la cinta, nos lleva a la América más profunda en plena noche previa a Halloween. Tom Moses habla con su todavía aún esposa Lovely que le llama angustiada y aterrorizada y le cita en un motel en las afueras de la autopista. 

En la radio del coche sólo hay programas exaltando los pecados de la carne e imponiendo penitencias y un festival de 24 horas de terror radiofónico que repone clásicos de Karloff teatralizados. Tom se adentra casi a oscuras en lo más remoto del desierto y toma la desviación al motel. En la habitación 202, cerrada a calicanto le espera su esposa, reticente en principio a abrirle pues Moses es hermano del sheriff del pueblo. Una vez convencida le abre, con un vestido amarillo ensangrentado y un tipo medio desplomado sobre el suelo con un puñal clavado en su estómago. Pronto entendemos que no es la primera vez que su mujer se la pega, pero a Tom le cuesta no llamar a la policía y solucionarlo todo a su estilo. 

Finalmente cede, decide ayudar a su mujer por última vez y encubrir el crimen.

Registra el cadáver y descubre un extraño tatuaje y drogas como para dormir a Lovely y a tres más.. Luego inspecciona el maletero de la furgoneta del desconocido cadáver y descubre oculta una videocámara que decide conectar a la tele del motel. 

Y es ahora cuando empieza el auténtico horror: en la cámara hay un video donde un grupo de hombres con ropa oscura y máscaras de calavera, sacrifican ritualmente a una joven indefensa. Lovely entiende entonces que eso era precisamente lo que iba a sucederle. 

La situación de peligro se hace ahora más que evidente y Tom y Lovely deben darse prisa en huir, mientras aún les sea posible. 

Pero la noche pre Halloween sólo ha comenzado para los extraños enmascarados y su ritual. Salen pitando del motel dejando las cosas más o menos limpias, aunque algo han dejado olvidado bajo una de las camas y los enmascarados quieren a su presa de una u otra forma... 

"Ritual" es una película de terror paulatino, que se va experimentando poco a poco, conforme su sencilla trama avanza, con un marcado e interesante estilo retro y unas actuaciones más que convincentes en general. La historia se toma su tiempo, no arranca estridentemente sino que juega con la capacidad del espectador para llevarle justo donde quiere que esté su atención usando el constante misterio y la sensación de peligro.

La labor de dirección y la cámara son simplemente perfectas, con tomas difusas, movidas y persistentes que logran transmitirnos una sensación de malestar única durante casi todo el metraje del film. 

Las continuas referencias vintage a clásicos malditos y la capacidad de provocar terror de una forma natural, no demasiado forzada y en cierto modo original, hacen en resumen de “Ritual” una pequeña joya delicatessen para los amantes del género de terror ávidos de experiencias únicas. Y la que se nos ofrece lo es. 

Un terror indie de un director promesa con estilo, con mucho estilo.

Lo mejor: Ese prodigioso tufillo de película setentera. La fácil y original forma de provocar terror. 

Lo peor: Algunos referentes quizás están demasiado presentes.

Aún así, una gratísima sorpresa con la que empezar el 2014.