Crítica: Ava´s Possessions

A estas alturas de la película, ofrecer propuestas originales dentro del género de terror no es tarea baladí. De hecho, la innovación es una dulce anomalía que se nos presenta muy de vez en cuando entre tanto producto estandarizado. Si partimos el melón y miramos por dentro con algo más de detalle, vemos que esta rara avis, es más aplicable a unos subgéneros que a otros. Por ejemplo y centrándonos en el que nos ocupa, el de posesiones del más allá. Menú harto conocido por cuasi todos los paladares y uno de los que más desgaste ha sufrido con el paso del tiempo y cientos y cientos de apropiaciones indebidas por parte de las juerguistas huestes del infierno (y no, ahora no me estoy refiriendo al PP valenciano, que el chiste fácil habría sido poco menos que un “cutrerío”).

Mucha parte de la culpa, por no decir toda, la tiene por supuesto la inigualable genialidad de aquella que posiblemente sea, la película de terror más aterradora de la historia del cine, aquella dirigida en su día por al amiguete William Friedkin y que sirvió para dar forma al molde utilizado posteriormente, por todos aquellos que han intentado acercarse al universo de las posesiones. Tanto ha sido el abuso, tanto se ha exprimido la fórmula, que aquello que un día hizo apretar ojetes como si no hubiera un mañana, a día de hoy, ha terminado degenerando incluso en algo paródico, como ya adelantara en su momento un visionario Bob Logan con aquella “Reposeída” (Repossessed”, 1990), haciendo mofa de “El Exorcista” (“The Exorcist”, 1973), película que por cierto, será adaptada en breve para la televisión.

Películas de exorcismos, como digo, las hay a patadas. Por lo general, mediocres muchas de ellas, ya sea por su falta de originalidad, por su incapacidad por generar incomodidad en el espectador o por una combinación de ambas. Poquitas recuerdo ahora mismo que hayan conseguido llamar mi atención en estos últimos años. Me atrevería a decir que “La Posesión de Michael King” (“The Possession of Michael King”, David Jung, 2014), ha sido lo que más se acerca a las sensaciones de aquella de 1973 y creo que no voy muy desencaminado al considerarla como el mejor exponente que ha dado el subgénero en lustros. Si nos adentramos en otros terrenos más festivos, encontraríamos en “Exeter” (Marcus Nispel, 2015), no una gran película, pero si una curiosa parodia/homenaje bastante bien parida al mundillo.

“Ava´s Possessions”, primera incursión en el género del “comediante” Jordan Galland, se postula como abanderada de ese selecto grupo de películas que intentan salirse del molde para ofrecer un producto al menos, original. Visto el resultado, no se puede negar que lo consigue. Por desgracia, no es lo único que consigue, pues además de destacar en dicho grupo, lo hace también en otro algo menos meritorio, como es el de aquellas películas que partiendo de una idea fresca e innovadora, no supieron ir mucho más allá de las buenas intenciones quedándose en un quiero y no puedo o en un puedo y no quiero, teniendo algunos muy buenos ejemplos recientes de esto en títulos como “Nina Forever” (Ben & Chris Blaine, 2015) o “Deep Dark” (Michael Medaglia, 2015), cintas que no tienen que ver con los exorcismos, pero que tienen un común denominador con “Ava´s Possession”, el hecho de poner sobre la mesa una gran idea, para a continuación atragantarse con la misma.

La película de Galland plantea un punto de vista rara vez explorado en el cine de exorcismos, donde no se centra en la posesión en sí, sino en las consecuencias de dicha posesión, una vez que el cuerpo de la víctima ha sido exorcitado y ésta, debe regresar a su vida cotidiana. En la misma linea de frescura y buenas ideas, el filme plantea otra interesante realidad, una sociedad donde las posesiones parecen hasta cierto punto algo “normalizado” por la iglesia y son tratadas como una enfermedad o adicción, para lo cual, la santa sede ha creado una especie de alcohólicos anónimos para ex-poseidos donde se ayuda a los participantes a superar las secuelas de tan traumática experiencia y a como hacer frente, nunca mejor dicho, a los demonios del pasado.

El prólogo de “Ava´s Possessions” es sencillamente fabuloso, comenzando allí donde suelen terminar las películas de exorcismos, con uno. En él, podemos ver el proceso de desintoxicación demoníaca de la joven Ava, a quien da vida una Louisa Krause que hizo doblete el año pasado dentro del género, pues también protagonizó en 2015 otra cinta de espíritus: “The Abandoned” (Eytan Rockaway), de la cual también hablamos en estas páginas. También es toda una declaración de intenciones en lo que respecta a la estética del filme, construido bajo omnipresentes luces de neón y con algún que otro ramalazo pulp, donde la atípica banda sonora a base de sonoridades independientes de marcado carácter festivo, casan a la perfección con el tono de la obra, a medio camino entre la tragicomedia y el melodrama... lo se, esto tirará para atrás a más de uno, al menos a aquel que esperara encontrar en “Ava´s Possessions”, una cinta de terror al uso.

El viaje nos llevará a recorrer el sendero que la joven ex poseída debe transitar para volver a integrarse en una sociedad que repudia a los que han pasado por la misma experiencia que ella. Al mismo tiempo, Ava deberá iniciar otro camino, uno interior hacia la redención, tanto consigo misma como con los demás, todos aquellos a los que dañó siendo víctima del demonio que tomó prestado su cuerpo. Todo esto nos llevará a un cúmulo de interacciones con una serie de personajes tanto del pasado como del presente de Ava, que irán dejando miguitas de pan en el camino hasta llegar al giro final que el filme propone. Por el camino, algunas ideas interesantes son tratadas, como la peligrosa adicción que puede crear una posesión sobre el poseído y el posterior síndrome de abstinencia o lo a veces siniestros que pueden llegar a ser los denominados lazos de sangre.

Muy buenas ideas que por desgracia, no consiguen plasmarse en una historia con la suficiente entidad como para conectar con el espectador, no ya por su evidente desmarque del cine de terror, sino por la fragilidad de un guión carente de fuerza y de sorpresas (pese al intento final), que se pierde en su organismo naif a medio camino entre lo dramático y lo cómico, que no consigue despuntar ni en un cosa ni en otra y donde el interés, se va perdiendo paralelamente al descafeinado devenir de los acontecimientos, desaprovechando gran parte de las lineas maestras de la obra, como por ejemplo esas sesiones de ex posesos anónimos, que al final terminan siendo un simple segundo plato donde dejar caer los cuatro momentos chistosos del filme.

Poco más que destacar ni para bien ni para mal de una película que partiendo de un interesante y original punto de partida y conteniendo un puñado de muy buenas ideas, termina naufragando en tierra de nadie víctima de su propia indolente naturaleza. Una lástima, pues “Ava´s Possessions” tenía todos los mimbres para haberse convertido en una de las grandes sorpresas de este hasta la fecha (a excepción de algún que otro duelo titánico entre superhéroes) paupérrimo y raquítico 2016 en lo que a cine fantástico se refiere. En ocasiones (muchas), las buenas intenciones no bastan, lo de mojarse solo los pies o meter solo la puntita, puede funcionar (a quien le funcione) en otros ámbitos de la vida, no en el cine, al menos no, en el que a mí me gusta. Sensaciones pues las que nos deja la cinta, primas hermanas de la citada "Nina Forever", quizás, algo más digerible que aquella, aunque sin la fuerza visual de la que hacía gala el necromántico ménage à trois. Ni chicha, ni limoná.

Lo mejor: La idea, el prólogo y las peculiares caracterizaciones de los poseídos, muy acorde con el tono general del filme.

Lo peor: Pese a que no llega a desesperar, el nivel de interés que genera, está cogido con pinzas. La sensación final de indiferencia que deja en el espectador y el chasco que se van a llevar los que esperen encontrar aquí nada parecido con el terror.