"Dark", La pregunta no es dónde, sino cuándo

“Confiamos en que el tiempo sea lineal. En que avance de forma constante y uniforme. Hasta el infinito. Pero la diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión. El ayer, el hoy y el mañana no se suceden, sino que están conectados en un ciclo infinito. Todo está conectado”. Con esta sugerente intro, narrada por uno de los personajes de “Dark” nos adentramos en la que es para mí, la vencedora de todas las series de éste año, y posiblemente en el podio para una larga temporada, ya que estamos ante una obra de las grandes, de las que marcan, de las que deseas que no terminen nunca y que podrías ver decenas de veces. Sí, Netflix lo ha vuelto a hacer.

Baran bo Odar y Jantje Friese, desde Alemania con amor, nos traen ésta joyita que ningún amante del misterio, del terror, de lo sobrenatural, debe perderse. Para poneros en contexto, tiene lo mejor de “Twin Peaks”, “Stranger Things” o “Lost”, que ahí no es poco, con lo que si sumamos un guión complejo y adictivo según pasan los episodios, una inteligencia y precisión alemana fuera de lo común para dosificarnos, para darnos pistas, con una fotografía épica y una banda sonora sobresaliente… ¿qué más se le puede pedir? Absolutamente nada.

¿Pero estamos entonces ante otra típica propuesta de asesinatos sin resolver? Sí, pero también de viajes en el tiempo, de desapariciones inexplicables, de la oscuridad de un pueblo y los seres que lo habitan, con sus miserias, sus secretos, sus personalidades interconectadas las unas con las otras en diferentes épocas. Todo puede cambiar por una decisión, por un sólo segundo, por una acción fortuita, nuestro futuro, nuestro presente, y ¿nuestro pasado?

De la manera más preciosista, atmosférica y detallada que he visto en una serie, “Dark” nos adentra en Winden, un pueblo alemán aparentemente tranquilo, en el que surgen las desapariciones de dos niños. Todo el pueblo se vuelca en la búsqueda, pero todo parece estar relacionado con unos sucesos muy parecidos que sucedieron 33 años antes. La conexión de lo que está sucediendo con cuatro familias del pueblo no hará más que investigar a varios de ellos la auténtica verdad, una verdad que cada vez se torna más siniestra y oscura.

Está claro que “Dark” no es un plato para todos los gustos, ya que a diferencia de otras series, estamos ante un título pesimista, profundo, no un plato de comida rápida en la que todo es fácil y colorido, ésta requiere máxima concentración, ejercicio mental no habitual para muchos. Éste es uno de sus verdaderos secretos para que nos conquiste desde el minuto uno, cómo nos va dosificando lentamente las pistas para ir hilando en la historia, haciéndonos casi participes de sus dramas y de sus personajes. Aparentemente con un inicio “sencillo”, la cosa se irá torciendo y enriqueciendo. Cada capítulo, cada imagen, es un “spoiler” de lo que está por venir, pero con un montaje de tal inteligencia y elegancia que nada queda claro a la primera, nada es evidente, con lo que nuestra alma de investigador se pondrá a trabajar para unir los puntos y disfrutar con la serie a lo grande.

Si nos ponemos a analizar su maravillosa estética visual, entenderemos porqué es otra de las claves de su éxito. Para empezar, navegaremos entre 1986 y 2019, con lo que a los amantes de lo retro se los lleva de calle. Todo está cómo tiene que estar, cómo sucede con “Stranger Things”, pero adicionalmente “Dark” aporta una visión mucho más adulta, sopesada y de carácter europeo. Se centra más en su fotografía, con una excepcional tirada de imágenes y planos, con un juego de colores acorde a su propuesta, íntima y atmosférica. La historia nos entra por las venas y casi la podemos respirar en cada momento, sin un receso, sin un descanso, con lo que nos hará adictos desde el principio hasta el final, en 10 capítulos en los que no sobra nada y en los que cada vez que nos acercamos al final, más enganchados nos tendrá. La naturaleza y sus bosques verdes, casi podremos sentir su tierra mojada, sus piedras, sus ocultos secretos.

Los personajes nos tendrán en vilo intentando averiguar más de ellos, sobre su pasado y su relación los unos con los otros. Sin florituras, sin dilataciones. Cada uno de ellos nos brindará una actuación más que notable y directa, dónde parte de sus miserias y problemas, enriquecerán la historia encajándola como un puzzle en éste viaje en el tiempo. Infancias pérdidas, infidelidades, crueldad escolar, sexualidad escondida por el miedo al rechazo… En “Dark” sin duda tenemos una serie en la que escarba dentro de nosotros y en las sombras, algo que cómo os digo, quizá no cale en un público no tan acostumbrado a éstas reflexiones vitales. Qué queréis que os diga, a mí me ha conquistado por esa complejidad y por esa mezcla narrativa entre el drama, el misterio y el terror, simplemente a mi modo de ver perfecta. Además, los personajes, en su estado adulto y en su estado adolescente, son creíbles, normales y cercanos: un casting trabajado por detrás que añade más puntos al marcador.

Soy un amante confeso de las bandas sonoras, lo reconozco. “Dark”, en este sentido, no es que me haya sorprendido, es que me ha ganado para siempre. Lo primero que hice tras ver el capítulo 1 es buscar la playlist y escucharla una y otra vez. No exagero cuando os digo que en ésta serie está todo medido y pensado hasta el último momento, y la música no es que case bien con la trama, es que la eleva hasta el cielo. Por un lado, cuando estamos en los 80’s, tenemos una buena dosis de new wave alemana que nos llevará de la mano. Grupos como Nena, Dead or Alive, A Flock of Seagulls ó Tears for Fears: qué elección tan acertada. Por otro lado, en la época más moderna, una selección tan preciosa como íntima a cargo de Agnes Obel, Apparat o Mire Kay, os obligará a emocionaros y empaparos más aún si cabe de este universo llamado “Dark”.

Para cerrar ésta humilde opinión y resumiendo, no os podéis perder ésta serie. A los que disfrutaron con “True Detective” por esa trama e investigación, a los que gustan las series de antes como “Twin Peaks”, dónde lo extraño y el tiempo parecen pararse y moverse a su antojo, a los que con “Stranger Things” volvieron a su pasado para sentir emociones y recuerdos imborrables de la mejor época de sus vidas: “Dark” no os va a defraudar. Si Netflix sigue dándonos tantas alegrías cómo ésta, no cabe duda que reinaran por años en una industria que amamos y que forma parte ya de nuestras vidas, en el presente y en el futuro. Subiros al carro atemporal y viajad por este maravilloso universo.

Lo mejor: Estética, atmósfera, fotografía, música, guión, concepto, tramas, adicción… todo.

Lo peor: Consumidores acostumbrados a productos fáciles y alegres verán en “Dark” una serie lenta y demasiado filosófica, en la que pensar puede causarles estrés si lo que buscan es un caramelo de usar y tirar. Además, la impronta alemana puede trastocar los estereotipos americanizados de los personajes, algo que puede chirriar a algunos.