Crítica: Les Animaux Anonymes

MISSTERROR NOS HABLA SOBRE EL EXTRAVAGANTE DEBUT DE BAPTISTE ROUVEURE, UNA SINIESTRA FÁBULA ANIMALISTA

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Nos topamos con una de las rara avis del festival de Sitges de este año y aviso, las palabras no están escogidas al azar. Los topos y las aves con un lugar bien definido en el reino animal, ocupan ahora un puesto de responsabilidad en el cine fantástico. Aunque no solo de topos y aves vive “Les Animaux Anonymes”, sino que lo hace de todo el reino animal, tomando su calificativo de rara por contar con una narrativa poco común en el cine de género (lo de avis, es una obviedad). “Les Animaux Anonymes” es el arriesgado debut del director francés Baptiste Rouverau, quien propone romper con la métrica habitual y renuncia al recurso del diálogo, con todas las implicaciones que esto conlleva. 

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“una pesimista y cruda fábula animal rural que muestra el cambio de papeles natural entre humanos y animales” 

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“Les Animaux Anonymes” se construye a medio camino entre el largometraje y el cortometraje (una hora y cuatro minutos de duración) y desarrolla una pesimista y cruda fábula animal rural que muestra el cambio de papeles natural entre humanos y animales. El universo que se recrea impacta de manera brusca ante el espectador, sin contexto y sin necesidad del mismo. Cada escena está pensada para ser una experiencia inmersiva para sentir, entender y entrar de lleno en lo que se muestra, sin necesidad de palabras. En “Les Animaux Anonymes” no hay una sola línea de diálogo y tampoco se necesita ya que la cámara actúa como guía de cada una de las reacciones previstas por el director. Claramente hay un intento de resultar lo más natural posible por un lado y dejar claro, por otro, que esta fantasía animal distópica quiere mostrar también una naturaleza irreal para enfatizar el mensaje. 

“Les Animaux Anonymes” no pretende mostrar un simple cambio de papeles, sino que fuerza la necesidad del cambio de piel para obligar a ponernos en los zapatos (sí, en los zapatos) de los animales en determinadas situaciones de confusión, terror y necesidad. De esta manera, el espectador atraviesa diferentes estadios que van desde la perplejidad al impacto, pasando por la tristeza o la desazón. El papel de cada humano reconvertido, es tan fácilmente reconocible que cada uno de nosotros que sin duda, somos capaces de anticipar situaciones y reacciones. “Les Animaux Anonymes” tiene momentos realmente sobrecogedores por la carga dramática de la animalización del humano y la humanización del animal y porque, al fin y al cabo, todo se reduce al simple acto de poder ver un nuevo amanecer, independientemente del infierno que se esté viviendo. 

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“una película animalista que puede llegar a ser más efectiva incluso que los documentales que inundan la parrilla de las grandes plataformas de streming” 

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Con una propuesta como esta, hay que mantener las expectativas justas. No estamos delante de una gran historia. Estamos ante una historia de sobra conocida que busca convertirse en revulsivo para purgar la mecánica humana en el uso y abuso animal. Sin duda, “Les Animaux Anonymes” es una película animalista que puede llegar a ser más efectiva incluso que los documentales que inundan la parrilla de las grandes plataformas de streming. El sentimiento desnudo para aquellos que alguna vez se han preguntado qué sentirá su mascota, o la res que está en el matadero se clava como un gran gancho que es capaz de soportar todo el peso de un cuerpo muerto. Es nuestro turno de sentir y lejos de hacerlo de la forma en la que “Okja” (Bong Joon-ho, 2017) pretendía que lo hiciéramos, Rouvere nos empuja hacerlo a lo bestia, con una toalla en la boca por la que caen litros y litros de agua. No te ahogas, pero la sensación es incluso más cruel. 

Insistiendo en la idea de una película sin línea de diálogo, obviamente los silencios y la banda sonora tiene una importancia descomunal y sin duda, es uno de los puntos fuertes de la película. Por el lado contrario (el lado salvaje de la vida), tenemos un montaje incomprensible que dinamita la mayoría de las sensaciones que se intentan construir. “Les Animaux Anonymes” termina siendo un batiburrillo de escena corta, fundido a negro, escena corta, fundido a negro, escena corta…que no lleva a ninguna parte y que complica mucho la experiencia. Incomprensible la decisión del director de dar luz verde a un montaje de tal calaña. Un montaje que molesta infinitamente y que no parece obedecer a ninguna razón reconocible, al menos para mí. 

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“un montaje incomprensible que dinamita la mayoría de las sensaciones que se intentan construir” 

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Resulta bastante frustrante que se consiga algo tan poderoso como la conexión emocional en gran parte de las escenas pero que ese montaje tan seco, abrupto e incomprensible, tire por tierra parte la experiencia y se cargue cualquier atisbo de ritmo. Entiendo que puede ser una estrategia para crear crudeza pero la realidad es que hace que se desconecte y eso, en una propuesta de este tipo es herida de muerte. 

Respecto a los efectos especiales, aspecto poco reseñable. Los animales tienen un aspecto de cabeza disecada que obviamente resta naturalidad, pero que actúa como recurso para mostrar de una manera muy visual la falta de empatía. Por lo demás, todo queda en manos del casting humano que tiene que invertir extra esfuerzo en expresión corporal y que sale más que airoso. Supongo que en el conjunto final parezca que falta información para entender del todo esta película. Los más curiosos querrán saber qué hay detrás (o debajo) de esas cabezas animales y a los más fantasiosos nos gustará creer que se trata de otra realidad en la que los animales han tomado el poder. En cualquier caso, me encantaría saber si Rouverau es un vegano activista o si lo que realmente le pone es la experimentación cinematográfica y la metáfora en su máxima expresión. En cualquier caso, propuesta curiosa que se merece un visionado.