lunes, 3 de octubre de 2022

Crítica: Brazil

ROLOS NOS HABLA SOBRE UNA DE LAS PIEZAS MÁS ACLAMADAS DE LA FILMOGRAFÍA DEL INCLASIFICABLE TERRY GILLIAM


Tengo debilidad por Terry Gilliam, me fascina los Monty Python -del que fue parte- y pese a lo irregular de su obra, lo considero un buen guionista y un excelente director. “Brazil” (1985) una de sus más emblemáticas cintas, nos presenta un estado totalitario, donde un gris burócrata con constantes sueños y fantasías imagina ser un caballero alado que conoce a la mujer de sus sueños. Ahí iniciará una lucha para concretar su amor, pese a que eso signifique enfrentarse a un gobierno que hará todo por frenarlos. 


“Es necesario aclarar que en su historia Brazil no innova en nada, es una reinterpretación de la novela 1984 de George Orwell” 


“Brazil” integra la “Trilogía de la Imaginación” junto con “Time Bandits” (1981) y “ The Adventures of Baron Munchausen (1988). La característica de estas cintas radica en que sus protagonistas son individuos que no logran adaptarse a las sociedades conformistas y mediocres en las que viven. Son seres que ante un mundo que los reprime intelectual y espiritualmente recurren a la imaginación como medio de escape, y donde los sueños son una potente forma de evasión. Estos no encajan, no cumplen las expectativas, son rechazados e incomprendidos y tienen dificultades para establecer una diferencia entre lo real y lo onírico. Pero sobre todo son individuos que van a pagar un precio por ser diferentes al resto, pudiendo ser la soledad, la tortura o la muerte. 

La película debe abordarse en dos niveles diferentes, por un lado su dirección y por otro su guion e historia que transcurre en un plano físico y onírico. En cuanto a la primera es impecable, brillando Gilliam en su labor. Todo es magistral, por un lado las actuaciones (como no con Jonathan Pryce, Robert de Niro o Bob Hoskins), los encuadres (el plano del torturador con una mascara de bebe me genera escalofríos hasta hoy) y sus movimiento de cámara. También son excelentes los escenarios y sus diseños, es un mundo distópico y totalitario, con una ciudad gris, abrumadora, llena de edificios intimidantes. Es un mundo temporalmente ambiguo, pleno de tuberías de correo, teléfonos con clavijas, luces de neón, maquinas tostadoras automatizadas e individuos apáticos. Logro del director es mostrar un totalitarismo en extremo burocratizado, fosilizado en sí mismo, donde nada funciona y donde al final de cuentas no se sabe quien realmente manda


“Logro del director es mostrar un totalitarismo en extremo burocratizado, fosilizado en sí mismo, donde nada funciona y donde al final de cuentas no se sabe quien realmente manda” 


En cuanto al guion es donde se presentan algunos problemas. Es necesario aclarar que en su historia “Brazil” no innova en nada, es una reinterpretación de la novela “1984” de George Orwell, que a su vez estuvo basada en la novela “Nosotros” publicada en 1921 por Y. Zamiatin. Los paralelismos son constantes e inclusive hay una habitación 5001 donde se tortura a los prisioneros políticos, copia de la “Habitación 101” de Orwell. 

Es acertado que la historia se presente desde un humor absurdo, si fuera seria y opresiva sería simplemente otra “1984”, este enfoque la hace única y personal. El problema es que la cantidad de chistes es elevada y no todos funcionan, hay momentos donde se parece ver un sketch de los Monty Python, rompiéndose el clima de la escena. Me gustó la guionización donde “Sam Lowry” da rienda suelta a sus sueños para poder afrontar la realidad en que vive. Allí es un caballero alado que vuela libremente por el cielo en busca de “Jill Layton” su amada. Esto hasta que es atrapada en una jaula flotante, que es sujetada al piso con cadenas por criaturas de pesadilla al control de un enorme guerrero samurái. La simbología de estas escenas es poderosísima. El guerrero samurái lento y tosco representa al estado totalitario y burocrático que ejerce un control sobre todo y todos, por eso ataca al caballero volador y su doncella, los mismos vuelan alto estando así fuera de su alcance y dominio. Para controlarlos posee decenas de esbirros en harapos, aterradores por su igualdad que representan la burocracia que permite al estado dicho control, pero también son los miembros de la sociedad dispuestos a controlar al que quiere ser diferente o elevarse


“¿Basta la imaginación frente a un mundo avasallador?, ¿O debe ser un disparador para la asociación con otros? Desconozco si fue intención de Gilliam el establecer este mensaje en su película, pero está presente” 


Me pareció genial el hecho de que al vencer, el caballero alado retira la mascara al guerrero y ve su propio rostro detrás de esta. Esto representa la división del protagonista entre su gusto por el cargo insignificante que posee y su deseo de libertad. Pero también es algo más profundo; muestra la tensión que cada uno posee entre el deseo de volar alto – con los riesgos que conlleva- y la seguridad de un estado que provee – pese a la libertad que eso cuesta-. 

Otro punto de la historia radica en mostrar el rol que tiene el individuo como actor político. La principal enseñanza de esta película (y de “1984”) radica en que toda intento de frenar a un gobierno que viola la dignidad humana se debe lograr en COLECTIVO. El individuo aislado no tiene oportunidad ante el poder de un ESTADO y si lo intenta esta destinado al fracaso. Es uniéndonos a otros y respetando nuestras diferencias que se logran transformaciones. Solo se logra frenar el poder desde arriba con poder desde abajo. En el filme la debacle de “Lowry” que lo llevará a su destrucción es estar aislado, es un soñador sí – como forma de evadirse - pero sus motivaciones están en establecer contacto con su amada. No busca ninguna alteración del status quo o unirse con nadie, es un individuo gris y solitario y de hecho siempre queda la idea de que el fontanero revolucionario/terrorista “Harry Tuttle” es producto de su imaginación desbordada. ¿Basta la imaginación frente a un mundo avasallador?, ¿O debe ser un disparador para la asociación con otros? Desconozco si fue intención de Gilliam el establecer este mensaje en su película, pero está presente. Frente a gobiernos y lideres despóticos, frente a sociedades que cada vez se cuestionan menos sus deberes políticos, el ser un simple soñador es peligroso por que es evadirse, es entregar el poder que cada uno tiene y llamar al desastre. Parafraseando a un vital filosofo: “lo importante no es imaginar el mundo, sino cambiarlo”.


3 comentarios:

El Rector dijo...

Yo es que con Gilliam tengo una larga e interminable relación de amor y odio. Me encanta la estética de sus películas, la premisa de sus historias y por otro lado, el humor británico suele ser muy de mi gusto, pero hay algo en su cine que no me llega. Supongo que el hecho de contarme dentro de ese grupo de espectadores de capacidades intelectuales más bien justitas, choca directamente con esa forma de narrar suya tan críptica y rebuscada, lo que añadido al surrealismo con el que impregna a sus personajes e incluso la utilización del humor (y es raro, pues es un recurso con el que no suelo tener problemas, todo lo contrario), hace que se me acaben atragantando sus películas.

"Brazil" no es una excepción y en mi opinión, es un perfecto ejemplo de lo que comento. Conecté mucho más con "1984" de Michael Radford, un acercamiento si se quiere, más convencional a la novel de Orwell pero a mi juicio, bastante más disfrutable que la paja mental de Gilliam.

Después de tantos años, creo que las únicas películas de Gilliam que realmente me han gustado, siguen siendo "El rey pescador" y en menor medida, "12 Monos".

Saludos.

RoloS dijo...

Rector, la realidad es que das en el clavo en tu comentario. Gilliam hace un magnifico trabajo en sus escenarios y en su dirección. Y si bien esta pelicula integra el "ciclo de la imaginación", termina cayendo en hacer excesivo enfasis en los elementos oníricos y surrealistas, tanto que todo lo demás queda en un segundo plano. ¿rechaza Lowry dicho totalitarismo por su brutalidad o solo por que esta enamorado?, ¿Existe o no un grupo revolucionario?, pero por sobre todo, ¿qué mensaje se quiere transmitir al final?
Un saludo.

Anónimo dijo...

gran analisis rolos, porque este clasico de los ochentas merece ser revisitado y traido al presente que no tiene tuberías para correos en papel ni teléfonos de líneas pero ejerce enorme presión y juego de espejos de control de unos sobre otros en los celulares con camaritas y redes sociales donde levantar todo, para exhibirnos a nosotros mismos y a la vez "fiscalizar" a los demás. No pudo soñar Orwel ni Gilliam que este 2022 resultaría tan o mas claustrófico que aquel 1984. Estamos desinformados y abúlicos como ciudadanos y sedientos de saber lo que no podemos mas que sospechar, nos dice el film y creo es el sentir colectivo allá en España, en Japon, o aqui en la Argentina desde donde escribo.
Ese cuarto 101 sigue estando como concepto, y comparto que los encuadres a la vez que narrativos, son estéticos y potentes.
Con que peliculas dialoga de forma directa Brazil? Con 12 monos? Con requien para un sueño de Arafanosky? Creería habria muchas pero no son tantas. Como que se prefiere ignorar los planteos o ponerlos debajo de la alfombra no?
Un abrazo

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