domingo, 14 de septiembre de 2025

Crítica: Sé lo que Hicisteis el Último Verano (2025)

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL REGRESO DE UN CHUBASQUERO Y UN GARFIO, QUE DEBIERON QUEDARSE EN EL ARMARIO CRIANDO POLVO


Desde una perspectiva artística, cuesta justificar la existencia de una película como “Sé lo que hicisteis el último verano” (Jennifer Kaytin Robinson, 2025), pero claro, al arte, las motivaciones artísticas, son solo un pequeño porcentaje del producto. Es como la bebida de avena, en el mejor de los supuestos (no citaré marca), 15 % de avena, el resto, agua. Algo así valdría para el caso que nos ocupa y aquí el agua seria el vil metal, la pasta, la guita, el parné. Y está bien, no lo critico, lo entiendo, lo asumo como parte del gran negocio del cine e incluso en algunos casos, lo disfruto. Este no es uno de esos casos. 


“Sé lo que hicisteis el último verano nunca fue una película de culto y ni ella ni su secuela fueron capaces de dar forma a un ídem cuasi religioso repleto de incondicionales adeptos a los que explotar”


Jennifer Kaytin Robinson presenta la tercera entrega de la saga iniciada en 1997 por Jim Gillespie (también se encargaría de la secuela) y lo hace, con un par de cojones, sin molestarse siquiera en buscarle un prefijo gracioso al título original, no. Mismo título, total... y es que en este sentido, la desgana a la hora de vender el filme, de aportar algo con un mínimo de autoría (aunque solo sea en el título) que pueda justificar la existencia de la película a ojos de un aficionado al género o aun peor, a esta saga en particular (que supongo que alguno tendrá), resulta toda una declaración de intenciones a la vez que un aviso para navegantes

“Sé lo que hicisteis el último verano” (2025) pese a lo que pudiera parecer, no es un remake. Lo que tenemos entre manos es una secuela con tintes de exploit nostálgico que tiene, como mayor reclamo (supongo) la vuelta de los personajes protagónicos de la cinta de Gillespie. Si funcionó con “Scream” (1996) y la ristra de bromas repetidas que la han precedido a base de resucitar una y otra vez a las viejas glorias de la franquicia, ¿porqué no iba a funcionar con la saga que nos ocupa? La respuesta es sencilla: “Sé lo que hicisteis el último verano” nunca fue una película de culto y ni ella ni su secuela fueron capaces de dar forma a un ídem cuasi religioso repleto de incondicionales adeptos a los que explotar y dispuestos a meterse por el culo sin lubricante todo aquello que les pongan por delante por mediocre y repetitivo que sea, como bien explica el éxito que tiene cada nueva entrega entre su “entregado” público. No, no es el caso de lo nuevo de Jennifer Kaytin Robinson y aquí las vergüenzas de la obra se pagan y se pagan muy caras. Por lo tanto, llegados a este punto, hubiera tenido mucho más sentido un remake oficial y no uno encubierto disfrazado de secuela que actualizara el reparto y aprovechase el tirón de la rabiosa actualidad con nombres, por citar alguno, como los de Sydney Sweeney o Mia Goth.


“la historia es un calco de la original: un grupo de jóvenes impertinentes, un crimen involuntario y la respectiva venganza del encapuchado de turno. Patrón exacto al de la película de 1997” 


La única credencial que tenía de la directora y guionista era su divertido y alocado (eso sí, lejos de la genialidad previa de Waititi) libreto co-escrito para “Thor: Love and Thunder” (Taika Waititi), lo que podría apuntar en la dirección adecuada e insinuar algo de frescura y riesgo a la hora de abordar esta nueva historia, pero no, no es el caso. De hecho, la historia es un calco de la original: un grupo de jóvenes impertinentes, un crimen involuntario y la respectiva venganza del encapuchado de turno. Patrón exacto al de la película de 1997 y que nadie espere absolutamente nada más, más allá de traer de vuelta, ya sea en carne y hueso o recurriendo al oportuno reino de los sueños (por cierto, grata sorpresa la segunda temporada de “Sandman”) a las susodichas momias de antaño, aunque sea con calzador (por no decir otra cosa), como es el caso. 


“la elección de actores no ha estado nada inspirada, dando como resultado una desagradable colección de cayetanos made in usa sin alma y lo peor, sin gracia, salvándose solo de la quema Danica Richards”


Sí, si queréis ver como han envejecido Jennifer Love Hewitt, Sarah Michelle Gellar o Freddie Prince Jr., esta es una buena oportunidad. Lo que no tengo tan claro es que el fan de la saga vaya a quedar satisfecho con la suerte que Kaytin Robinson les ha deparado a alguno de ellos... pero esa es una historia que tendrás que descubrir tú, curioso espectador, pues quizás por ahí, se pueda vislumbrar algo de ese atrevimiento (o falta de él) al que antes hacía referencia y que de existir, queda relegado al desenlace del relato. 

El casting es otro de los peores puntos de la película. Si Gillespie supo recoger en aquellos finales de los noventa a dos acapara carpetas como Love Hewitt y Michelle Gellar (me declaro fan absoluto de las series que las lanzaron al estrellato: “Party of Five” y “Buffy: The vampire Slayer” respectivamente y como descerebrado adolescente, completamente conquistado por la adorable Sarah de Jennifer), para esta tercera entrega la elección de actores no ha estado nada “inspirada”, dando como resultado una desagradable colección de Cayetanos made in usa sin alma y lo peor, sin gracia, salvándose solo de la quema Danica Richards. La actriz consigue con su personaje, que el espectador pase por todos los estadios posibles, desde el inicial rechazo a terminar querer abrazarla cual osito de peluche. Me atrevería a decir que llegados a cierto punto del metraje, su presencia es lo único que sustenta la cuestionable elección de continuar con la broma hasta el final, porque haciendo “buena” la tradición de la saga, de visceralidad y mala leche, la película va justita. Si algo ha demostrado “Scream” con sus múltiples secuelas es que con algo de gracia y sin inventar nada, el mainstream aun en clave de mínimos, puede resultar en términos de violencia, gozoso para el afín al género, pero esto no pasa en “Sé lo que hicisteis el último verano”, por lo que tampoco es algo a lo que uno pueda aferrarse para pasar el mal trago. Poco más que añadir sobre este descafeinado y poco erotizante regreso a una saga a la que nadie en su sano juicio debería querer revisitar. 

Lo mejor: Danica Richards. 

Lo peor: Regresar aunque solo sea por un instante al horrible slasher mainstream para adolescentes de los noventa pero sin las "virtudes" de aquel.


1 comentarios:

Art0rius dijo...

Por diversas vicisitudes médicas me la tragué "para pasar el rato" entre visitas. Entiendase "para pasar el rato" a "ver a Freddie Prinze Jr y una horda de imbéciles robarme hora y media de mi vida". Magnífica reseña, aplaudo cada signo de puntuación. Evitenla como la tiña.

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