MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA NUEVA PELÍCULA DE ZACH CREGGER TRAS SU IMPACTANTE DEBUT CON "BARBARIAN": DOS DE DOS
Hay males que duermen. Que se ocultan bajo tierra, o vete tú a saber dónde, durante años. Aletargados, silenciosos, pero siempre presentes. A veces despiertan cada veintitrés años, como el Creeper que otro monstruo (Victor Salva) nos presentó hace más de dos décadas. Otras, permanecen agazapados durante veintisiete años, aguardando su momento, como el payaso de "It". El cine de terror, que tan bien sabe consumir nuestros miedos y acunarnos con una mano amiga y enemiga a la vez, también tiene sus ciclos. Cada cierto tiempo reclama su propio sacrificio: un director al que elevar a los altares del género, una nueva voz dispuesta a ensuciarse las manos para mirar directamente al horror. Este año, en competencia directa con los hermanos Phillipou, Zach Cregger se alza con el título de director más interesante del momento.
“Una apuesta narrativa arriesgada que confirma que no estamos ante un director ocasional del género, sino ante alguien decidido a apostar por su propio lenguaje”
En “Weapons” (2025), Cregger repite la jugada que tan bien le funcionó en “Barbarian” (2022) y reutiliza esa estructura dividida que apunta a convertirse en su marca de autor. Una apuesta narrativa arriesgada que confirma que no estamos ante un director ocasional del género, sino ante alguien decidido a apostar por su propio lenguaje. La película arranca en un registro tenso y contenido, sostenido en un misterio que absorbe y que sirve para presentar a los personajes y sus luchas con una calma engañosa. Un oscuro truco de ilusionista que parece construir una historia reconocible (una intriga rural con tintes sobrenaturales), pero que en realidad está preparando el terreno para dinamitarlo todo después.
Una vez dentro de las muy cuestionables dinámicas de ese pueblo, cuando ya conocemos lo suficiente a los personajes, pero seguimos sin un solo hilo del que tirar para resolver el misterio, Cregger demuestra nuevamente que no teme romper su propia narrativa y la dinamita sin piedad con la irrupción de un personaje que actúa como punto de inflexión absoluto: Tía Gladys. Desde su impactante primera aparición (imposible apartar la mirada), la película se desborda como una inundación y arrasa. Cada corte, cada giro, cada cambio de tono parece impulsado por la necesidad de ir un paso más allá y no quedarse en el molde del terror convencional.
“se atreve a combinar la violencia más explícita, el sarcasmo más ácido y una inteligente desvergüenza para despojarse de prejuicios que permitan a Cregger desmadrarse de nuevo”
En esta película, el peso de la atmósfera es determinante. Los silencios se alargan, los planos se alejan y las texturas de los objetos cotidianos se vuelven grotescas. Todo ello conduce a otro sótano que no solo guarda secretos físicos, sino horrores que desafían el entendimiento. “Weapons” se atreve a combinar la violencia más explícita, el sarcasmo más ácido y una inteligente desvergüenza para despojarse de prejuicios que permitan a Cregger desmadrarse de nuevo y ofrecer un espectáculo de altísimo nivel en el que puedes sobresaltarte, estar en tensión, reírte y sentir terror profundo en tan solo dos horas que se pasan en un suspiro.
En el apartado técnico, “Weapons” es impecable. Su construcción del desconcierto roza lo magistral. Lo vimos en “Barbarian” y lo volvemos a ver ahora. Cregger dirige con una precisión casi quirúrgica. Fragmentar por capítulos una película como esta no es el capricho de un director esnob sino una herramienta perfecta para permitir que la trama viaje de un personaje a otro, revelando detalles que cambian la percepción de la historia. En este sentido, los encuadres de cada capítulo son fundamentales, culminando con un acto final brillante que coloca la cámara de un modo que obliga al espectador a convertirse en el último protagonista.
“Weapons se alza como uno de las mejores y más audaces películas de este año. Brutal, retorcida, inquietante y, sobre todo, fascinante y divertida. Una obra que nos desafía como espectadores”
La fotografía se convierte en un personaje más, jugando con la oscuridad, saturando los planos, moldeando las sombras y arrastrando el color al mundo sobrenatural, algo que por extraño que parezca, encaja a la perfección. El diseño de sonido y las interpretaciones, merecen también un reconocimiento especial. Julia Garner y Josh Brolin sostienen con precisión la primera mitad, pero es Amy Madigan como tía Gladys quien se adueña de la pantalla. Desde su primera aparición impone presencia y magnetismo, convirtiéndose en el personaje más memorables de 2025. Los secundarios, lejos de ser meros rellenos, enriquecen la trama y fortalecen nuestro conocimiento del pueblo.
Sin concesiones ni atajos, “Weapons” se alza como uno de las mejores y más audaces películas de este año. Brutal, retorcida, inquietante y, sobre todo, fascinante y divertida. Una obra que nos desafía como espectadores, invitándonos a correr con los brazos abiertos por un pueblo con muchos esqueletos en los armarios y a asomarnos a sus oscuros rincones para terminar gritando: ¡Viva el terror moderno!
2 comentarios:
Buenísima recomendación, Missterror.
Totalmente de acuerdo con tu estupenda reseña, yo también la disfruté muchísimo cuando la vi en el cine, algo diferente donde pasar del miedo a la risa en unos segundos y volver al miedo, a la intriga, al suspense...y vuelta a empezar. Y la tía Gladys? Como mola la tía Gladys!
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