Crítica: Hatchet 2

El bueno de Adam Green después de dejarnos helados (en el mejor de los sentidos) con la genial “Frozen”, regresa de nuevo y no lo hace solo, pues se trae de la mano a Victor Crowley, su criatura particular que ya nos deleitara a todos en aquel festín de gore desenfadado que fue “Hatchet” hace cuatro años. Por supuesto, estamos hablando de “Hatchet 2”, la esperadísima secuela del asesino deforme de los pantanos de Luisiana, que lejos de satisfacer su sed de venganza en la primera entrega, regresa con mas fuerza que nunca para castigar a todos aquellos desgraciados que osen adentrarse en su territorio.

“Hatchet 2” comienza justo donde lo dejó su predecesora, con Marybeth sobreviviendo al enfrentamiento final con Victor (afectuoso homenaje por cierto, a la mítica secuencia de la barca de “Viernes 13”) y siendo rescatada por un lugareño del lugar que la pone a salvo en su cabaña. Lejos de intentar pasar página y olvidar la indescriptible pesadilla a la que ha sido sometida, Marybeth decide hablar con el reverendo Zombie, organizador del tour que llevó a la muerte a todos sus compañeros de aventura y convencerlo para que organice otra expedición a las profundidades del pantano con el objetivo de recuperar los cuerpos sin vida de su padre y su hermano, muertos también a manos de Crowley. El reverendo reunirá a un grupo de cazadores para intentar acabar de una vez por todas con el asesino y tener así vía libre para explotar los terrenos sin peligro en su negocio.

Si no quieres sopa, dos cazos. Esto es lo que mejor define esta secuela y es que “Hatchet 2” tiene una estructura y desarrollo prácticamente idéntico a su predecesora, con unos primeros cincuenta minutos bastante sosetes y una media hora final plagada de gore de altos vuelos y toda clase de excesos visuales.

De esta primera parte del filme, sin duda lo mas destacable es la profundización que hace Green en su propia mitología, indagando en los orígenes de Victor, y si en el primer filme ya supimos de su infancia, de cómo un grupo de crueles niños se reían de el y llegaron a provocar un terrible incendio que terminó costándole la vida a manos de su propio padre, quien por accidente y en un intento desesperado por salvarle la vida, le aseveró un mortal hachazo en la cabeza, en esta segunda entrega, el director inglés va un poco mas allá y nos cuenta la macabra historia de su engendramiento, la cual no voy a desvelar aquí pero que puedo decir que vale mucho la pena, pues la historia es apasionantemente macabra.

Del tramo final, pues que decir, Victor Crowley es una puta estrella, el asesino definitivo me atrevería a decir, una especie de Jason Voorhees hormonado y de coca hasta el culo que ni siquiera tiene la delicadeza de utilizar una máscara de hockey para ocultar su deforme rostro mongoloide. Pero su imponente aspecto no es la mejor de sus bazas, pues esta reside en su brutalidad e infinita imaginación para perpetuar los mas atroces asesinatos, lo que se traduce en unas secuencias de gore brutales y muy divertidas (lo de la motosierra es de lo mejor que he visto en mi vida), aunque en mi opinión, estas eran algo mas divertidas e imaginativas en la primera parte.

El reparto también está plagado de encanto, para empezar tenemos nuevamente como protagonista a la guapa Danielle Harris, quien aquí sigue inflando su largo historial de problemas familiares, no olvidemos que la muchachita ya fue la hermanita de Michael Myers en las dos películas de Rob Zombie (“Halloween”, “Halloween 2”) e hija de una psicópata asesina del mas allá en “Blood Night: The Legend of Mary Hatchet” . En “Hatchet”, recordemos que es la hija de uno de los asesinos accidentales del inocente Victor. A su lado, uno de los actores fetiche del cine de terror moderno, Tony Todd (alias “Candyman”) quien en esta secuela gana en protagonismo, haciendo gala de su misticismo a lo largo y ancho del filme, por no mencionar nombres como el de Kane Hodder, un habitual de las películas de Green (aquí da vida a Victor y a su padre Thomas) o Tom Holland (director de películas como “Muñeco Diabólico”, “Noche de Miedo” o “Masters of Horror: We Scream For Ice Cream” entre otras).

Conclusión, “Hatchet 2” es una apuesta segura si disfrutaste con la primera parte y buscas una “nueva” dosis de Victor Crowley, pues la fórmula es la misma. También nos brinda la oportunidad de disfrutar de las dudosas cualidades como actor de Tony Todd (aunque sobrado carisma), de la señorita Harris, quien parece haber nacido para este tipo de papeles de “Scream Queen” moderna y por supuesto de gore, mucho gore y de mucha calidad. Una buena banda sonora ( véase ese temazo de “Ministry” en los créditos iniciales), algunas señoritas muy ligeras de ropa y la entrada oficial por méritos propios de Victor Crowley en el “Hall of Fame” de los monstruos del celuloide, un artista de esto con mayúsculas.

Por el contrario, su clónico desarrollo respecto a la original, con unos primeros cincuenta minutos que, dejando de lado el fabuloso flashback de los orígenes de Victor, tienen bastante poco que ofrecer y se pueden llegar a hacer bastante aburridos. Las muertes, aunque abundantes y muy espectaculares, no acaban de resultar tan frescas como en la primera parte, el frío desenlace y sobretodo, la perdida de aquellos componentes cómicos que tan bien funcionaron hace cuatro años y que aquí brillan por su ausencia, pueden decepcionar a aquellos que esperen encontrar el mas mínimo ápice de innovación en un filme que quizá, peca de excesivo continuismo.