jueves, 19 de abril de 2018

Crítica: Repo Man

No parece un buen día para Otto (Emilio Estévez), cuando en la misma jornada pierde su trabajo y ve como su novia se va con otro. La aparición de Bud (Harry Dean Stanton), promete cambiar las cosas para nuestro joven protagonista con la proposición de un curioso trabajo como Repo Man. Los Repo se dedican a recuperar los coches que no han sido pagados por sus dueños morosos. Mientras, por la ciudad circula un coche modelo Chevrolet Malibu con una cualidad estrambótica, todo aquel que abre su maletero se desintegra. Agentes del gobierno, empresas privadas y una joven con la foto de unos extraterrestres en la mano circulan por este pintoresco universo que es L.A. 

Con este sugerente y delirante argumento, que bien podrían haber escrito a dos manos Boris Vian y Thomas Pynchon, hizo su debut Alex Cox. La película se convirtió en una cult movie con el transcurrir del tiempo y viene a ser a la ciudad de Los Angeles lo que After Hours de Scorsese supuso para la ciudad de New York, es decir, supuso una de las películas que mejor recrean lo que fue Los Angeles en los años 80. Además de una buena recaudación (tardía) para un presupuesto reducido, obtuvo diversos premios y nominaciones (principalmente en las categorías de actor, guion y fotografía), en los Saturn Awards, BSFC (Boston), LAFCA (Los Angeles) y Mystfest.  

No deja de ser curioso el hecho de que fuese un inglés, Alex Cox (Liverpool, 1954) el que hizo este trascendente retrato de Los Angeles, aunque hay que tener en cuenta que el director, en el 1977, se fue a estudiar a la UCLA y se acabó asentando en California. Allí, en contacto con gente bastante curiosa (su propio compañero de piso era un repo man y varios de sus colegas de clase acabarían también participando en películas relevantes), fue evolucionando la idea de esta película. La amenaza nuclear imperante en aquellos años 80, las políticas de Reagan y Thatcher (un contexto mundial en el que desintegrarse siempre fue una opción), y la propia ciudad de Los Angeles en plena ebullición (una ciudad en la que podía pasar de todo, para bien o para mal), sirvieron también de inspiración.


“Repo Man es absolutamente irregular e imperfecta, pero intenta contar más de lo que parece”


La siguiente película de Alex Cox es Sid and Nacy, que también aborda el Punk, y en ella descubre a Gary Oldman, ya que supone su primer papel en el cine. Además del propio contexto histórico en sí, en palabras del propio Cox, la estructura de Repo Man está muy influenciada por otra película de culto, Kiss me Deadly, 1955, de Robert Aldrich.  

Repo Man es absolutamente irregular e imperfecta, pero intenta contar más de lo que parece. Repo Man articula cuestiones características de la escena ochentera, donde las sociedades post-industriales intentaban romper con los ideales modernos. Repo Man representa también, como parte de ese proceso, la  confrontación entre la superficialidad  y la desmaterialización como elementos innatos de la post-modernidad. Esto queda claro desde la primera escena, toda una declaración de intenciones, en la que un coche circula a toda velocidad por un desierto impersonal, dirigido por un curioso personaje que lleva unas gafas de sol con una sola lente, y en la que aparece un policía que acaba desintegrado (ley y orden aparente, pero totalmente irrelevante, nos encontramos ya ante la disolución de las normas).   

Un puntazo es la total homogeneidad de los envases que se ven a lo largo de toda la película, ya sea comida, bebida, etc., son todos blancos. ¿Qué nos quiere transmitir con esta idea? ¿Que el mundo ya está enteramente monopolizado, o que todo son marcas blancas? Ambos puntos de vista son igualmente interesantes, pese a ser antagónicos. Todo es lo mismo en lo que al consumo se refiere, ya no hay decisión posible, es una imposición. Aborda también este asunto con la caracterización de los padres de Otto, totalmente devorados por esa sociedad de consumo, adicta a la televisión y sus mensajes come cerebros.


“El hecho de que un coche con la capacidad de desintegrar la materia ande circulando por la ciudad, es toda una declaración de intenciones. Una verdadera bomba de neutrones para una sociedad superficial y materialista”


Bud: ¡Mira esos gilipollas! Gente corriente. ¡Los odio!

El análisis social que Alex Cox hace en esta película continúa con los propios compañeros de trabajo del protagonista, Bud, Miller, Oly y Lite, que representan los pensamientos y personalidades más diferentes dentro de la locura generalizada de ese universo que es L.A. La propia mención que Lite hace de un libro titulado, “Dioretix, La Ciencia de la Materia sobre la Mente”, es un reflejo de la dirección que toma la sociedad actual. El hecho de que un coche con la capacidad de desintegrar la materia ande circulando por la ciudad, es toda una declaración de intenciones. Una verdadera bomba de neutrones para una sociedad superficial y materialista.

Lite: ¿Has leído el libro que te di? 
Otto: ¿Qué libro?
Lite: "Dioretix, la ciencia de la materia sobre la mente". Léelo, y pronto. Ese libro te cambiará la vida.  

Al que le gusten los modelos de coches clásicos americanos y el punk, esta es su película. Como buena cult movie existen varias webs que tratan asuntos variopintos de Repo Man, concretamente hay una, IMCDB, que enumera todos los modelos de coches que salen en la película: Chevy Malibu, Mustang, Cadillac El Dorado, Ford Impala, Pontiac Thunderbird, Plymouth, AMC Matador, Dodge Charger, etc.). Sobre su peculiar Banda Sonora (OST), que no deja de ser testigo de toda una época, destacaría Iggy Pop, Black Flag, Suicidal Tendencies, The Plugz (la banda de Tito Larriva de From Dask Till Dawn) y Fear, entre otras.  


“Al que le gusten los modelos de coches clásicos americanos y el punk, esta es su película”


Otto: ¿Lobotomía? ¿No es para locos?
Oly: Para nada. A un amigo se la hicieron e inventó la bomba de neutrones.

Si hay algo que no se le puede negar a la película es la creación de unos personajes singulares y muy bien interpretados por, principalmente, Emilio Estevez (The Outsiders 1983, The Breakfast Club 1985), Harry Dean Stanton (Alien 1979, Paris Texas 1984), Tracey Walter (Batman 1989), Vonetta McGee (Il Grande Silenzio 1968, Corbucci) y Fox Harris (Forbidden World, 1982), éste último interpretando al desconcertante científico J. Frank Parnell.  

Miller: Platillos volantes son en realidad máquinas del tiempo. Yo pienso mucho en ese tema. Donde mejor pienso es en el autobús. Por eso no conduzco.
Otto: Ni siquiera sabes conducir.
Miller: No quiero saber. No quiero aprender. Cuanto más conduces, menos inteligente eres.

Con un final totalmente lisérgico e impregnado del mismo extraño humor que acompaña todo el metraje, acaba una película inclasificable y poco convencional, a la que no le faltan detalles fluorescentes, que acabó convertida en una extraña y original opera prima que pretende contarnos mucho más de lo que parece.   

Lo mejor: Una trama delirante, llena de personajes pintorescos y bien interpretados, que ofrece un punto de vista curioso de lo que fue la ciudad de Los Angeles en los años 80 más punk.   

Lo peor: Por momentos se pierde en diálogos absurdos y escenas aparentemente inconexas, lo que será insufrible para un público determinado.


4 comentarios:

Victor dijo...

Me gusta este film,...pero como bien dices tiene tanto y de todo, que hay veces que se pierde ella misma. Irregular pero fascinante.
Un saludo

Andrés Torres Meza dijo...

Repo man es una gran pelicula, desde las actuaciones, la historia y la banda sonora (todo un clasico).

RONETTE PULASKI dijo...

Hola Victor, sin duda, yo creo que al director se le fue la cabeza mucho. La película es muy irregular, hay momentos interesantes, otros menos, pero sin duda este tipo de películas hay que valorarlas por lo que representaron en su época. Hoy sería impensable hacer una película así.
Hola Andres, el reparto de esta película es de 10, también la banda sonora, que representa todo lo underground de aquellos años.
No sé qué opináis, pero a mí me parece una película imposible para las nuevas generaciones.
Gracias por los aporte, un abrazo a los dos!

Julio Ramirez. dijo...

Es una cinta que ha sido calificada de diversos modos, por la gran cantidad de temas que aborda, lo que me hace recordar el tan conocido dicho: "Quien mucho abarca, poco aprieta".
En efecto, hay un paseo por una infinidad de asuntos, que son, obviamente, tratados muy superficialmente, hecho que, en varios pasajes desconcierta y aburre por su falta de coherencia y sentido.
Sin embargo, valoro algunos momentos en que los personajes principales tienen unas conversaciones de cierta profundidad y que son muy àcidas con el sistema de ese tiempo, y que pueden despertar el interès del espectador. Sobre todo, que desde ese tiempo al actual no son muchos los cambios que se ven, y aquellos que se observan no son para mejor sino, por el contario, para peor.



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