Crítica: Déjà Vu

No puedo ocultar mi pasión por el cine de Tony Scott, un hombre del que decían que era el hermano tonto de Ridley y que ahora parece ser están al mismo nivel de inteligencia, -pero no porque Tony haya espabilado, sino porque Ridley se ha dormido-.

No puedo estar más en desacuerdo con esta perniciosa e insensata afirmación.

Tanto el cine de uno como el del otro me deja pegado a la butaca y no me suelta hasta que acaba el viaje (y por lo general me hace vibrar).

Incluso las películas más flojas de estos hermanos me logran entretener y algunas hasta me pueden fascinar como por ejemplo la floja ‘Fanático’ (‘The Fan’, Tony Scott, 1996), una película que reconozco que es un tanto endeble pero que sin embargo me gusta (cierto es que Robert De Niro tiene mucho que ver en todo ello).

O si no, el ejemplo más claro que puedo poner: ‘La Teniente O’Neil’ (‘G. I. Jane’, Ridley Scott, 1997), película floja donde las haya pero con la que yo me lo paso pipa.

Vamos, que me encanta el cine de los Scott y que disfruto muchísimo con sus películas incluso cuando los guiones son nefastos o casi inexistentes.

Éste podría ser el caso de la para mí genial ‘Déjà Vu’ (‘Déjà Vu’, Tony Scott, 2006), y por qué genial, muy sencillo, porque desde el mismo momento en que da comienzo logra captar mi atención poderosamente, y hasta que finaliza, no deja que aparte la mirada ni un solo segundo de la pantalla, e incluso logra que me emocione con lo que me cuenta, y no precisamente por su historia de amor, la cual es de risa, sino más bien por sus alucinantes secuencias de acción y sus asombrosos efectos especiales (porque recordemos que eso es a lo que hemos venido, -y no a ver una historia de amor intertemporal-).

Sí, hemos venido a eso y eso es lo que vemos, y de qué manera. Solo por la secuencia inicial ya merece la pena haber pagado el dinero de la entrada (y el del DVD –los que lo hemos comprado-). Toneladas de gasolina se gastaron en esa increíble explosión la cual será recordada como una de las más espectaculares de todos los tiempos.

Además de la citada secuencia inicial, también me gustaría destacar aquélla otra en la que el bueno de Denzel Washington mantiene una persecución a coche en el presente pero viendo el pasado (que es donde se encuentra el villano de la función), sí, suena raro para los que no la hayan visto, pero qué pasada de secuencia.

En definitiva, un blockbuster de calidad, entretenidísimo, con una historia que te atrapa desde el minuto uno, unos efectos especiales de primer orden y un reparto de lo más acertado.

Sí, lo sé, me he emocionado, pero es que este tipo de películas me llegan.

Lo que más me ha gustado: todo excepto...

Lo que menos me ha gustado: ...sus desajustes de guion.