Crítica: The Pact

Recuerdo que hace años me encantaban las películas sobrenaturales, clásicos como “Poltergeist”, “El Resplandor”, “Al Final de la Escalera” o “El Ente” me dieron a conocer el mundo de las apariciones fantasmagóricas, y no exagero cuando digo que sentía auténtico miedo cuando veía alguna de estas películas y que incluso me pasaba varios días creyendo ver espectros en cada esquina de mi casa.

Pasaron los años y creía que ya lo había visto todo, incluso que me había hecho amiga de ellos gracias a películas como “Agárrame esos Fantasmas”, todo iba más o menos bien hasta que vi “El Sexto Sentido” y desde entonces no he dejado de ver muertos por todas partes. La larga temporada que pasé currando en un tanatorio me hizo conocer a mucha peña, y cada día se venía alguno a mi casa, he llegado a tener la casa que parecía la mansión de Casper. Os diré que hay de todas clases, incluso ñoños como los de “Ghost”, pero los que más abundan son los vengativos y los asiáticos, los que no paran hasta que alguien les hace caso y les ayuda a resolver su asesinato. Con estos hay que tener cuidado porque a veces se ponen muy pesados, pero soy una persona ocupada y paso bastante de ellos, aunque por desgracia algunos no se van tan fácilmente, en ocasiones me intentan putear (me esconden cosas, no cambian el rollo del papel higiénico...) pero yo les mando a paseo y les digo que vayan a molestar a la “Jenni”, así es como llamo a Jennifer Love Hewitt, y creo que algunos me hacen caso.

Recuerdo a una fantasma que un día me llamó por teléfono y me dijo que se pasaría a verme en una semana, “siete días” me dijo, a lo que yo le conteste “pues trae birras” (es que no soporto a esa gente que se presenta en casa con las manos vacías), pasaron los días y estaba yo viendo tranquilamente un capítulo de la serie “Bottom” cuando va y la tía se pone a entrar a través de la pantalla, ya se sabe que dentro de las antiguas televisiones de tubo cabía un mundo, y ahí, en medio del salón se me plantó sin birras y sin nada, tuvimos un intercambio de palabras y se fue por donde vino, desde entonces no la volví a ver el pelo.

Una de las cosas que más les gusta a mis amigos los fantasmas es ver una película que trate sobre ellos, es algo que disfrutan con pasión y siempre intentan sacar alguna idea para luego llevarla a cabo. Así que el otro día me puse a ver con ellos “The Pact”, película a la que le tenían muchísimas ganas , y para que negarlo, yo también tenía interés en verla desde que me enteré que en la pasada edición del Festival de Sundance se proyectó un cortometraje de 11 minutos de duración que causó sensación en el festival, llevándose excelentes comentarios tanto del público como de la crítica especializada. Como sabréis, tal fue el éxito que al director y guionista, Nicholas McCarthy, rápidamente le propusieron adaptarlo en largometraje, y dicho y hecho, en menos de nada aquí tenemos la película, la versión larga de aquel corto homónimo.

Y ahí estábamos, un total de dos personas físicas y unas once no físicas frente al televisor. Comienza la película y lo hace bien, clímax bien cargadito de suspense en el que se cuece algo bueno...Vemos a una madre que habla a través de una webcam con su hija, de pronto la pequeña suelta “¿Mamá...quien hay detrás de ti?”, frase simple pero efectiva que pone los pelos de punta, y entonces vemos que la cámara sigue a la mujer, que comienza a recorrer un pasillo hasta llegar a un armario, aparentemente vacío. Ella se acerca, la oscuridad de aquel armario es negra como la boca del lobo...y la está esperando para tragársela. Un buen pistoletazo de salida que da inicio a la historia, algunos de los fantasmas aplauden, otros levitan hasta el techo. Aparece en la pantalla Annie (Caity Lotz), y lo hace para quedarse y nosotros con quedamos con ella para acompañarla durante toda la película, y comienza su historia.

La protagonista es una mujer de armas tomar, una mujer independiente y fuerte (estoy segura de que si me mete una hostia me manda al ciberespacio), que de pronto se ve metida en un buen berenjenal, la extraña desaparición de su hermana, una sobrina desamparada y una casa repleta de evidentes fenómenos sobrenaturales. ¿Pero que está pasando? Algunos de los fantasmas ya comienzan a hacer quinielas, todo lo que dicen está más que trillado, así que cruzo los dedos para que “The Pact” cuente algo diferente y que no sea como la película japonesa de fantasmas de turno y sus remakes. Todo parece muy simple, pero me niego a creer que la cinta quede tan sólo en eso. La cinta avanza, aunque a su ritmo...lentamente, y parece que la historia comienza a coger forma para ofrecernos algo nuevo. De pronto sale un tío que me suena, me pregunto quien es en voz alta y alguien me dice que es Casper Van Dien, ¿quien?, me contestan que el de “Starship Troopers”, pues es cierto está mayor y no había caído, pero espero que ahora no se enrrolle con la protagonista y tengamos lío amoroso de por medio, que no apetece.

De pronto uno de los colegas que está sentado frente al televisor me dice que esta película ya la ha visto, le digo que es imposible, pero él está convencido, pues no voy a discutírselo, tal vez tenga razón. Otros dos se han quedado dormidos y únicamente abren los ojos cuando sube el volumen sonoro en aquellos momentos claves que van acompañados de susto. La única persona física que tengo sentada a mi lado tiene la mirada clavada en la pantalla, se encuentra como en estado catatónico, aunque tal vez le esté mirando el escote a la protagonista.

“The Pact” se va desarrollando como una historia sobre asesinatos sin resolver, un thriller de desapariciones y de fantasmas, pero no hay que ser demasiado lumbreras para saber lo que se cuece, aunque por lo menos lo hace de una manera seria, especialmente por la labor de Caity Lotz quien con su interpretación dota a su personaje de mucha credibilidad y de unas reaccion es absolutamente verosímiles.

Pero llegados a un punto de la historia, todos los fantasmas que se encontraban en el salón, los trece fantasmas (si contamos a todos los asistentes), pensamos lo mismo... ”Cassadaga”, y es que habiéndolas visto con muy pocos días de diferencia, era muy fácil darse cuenta de que ambas películas tienen muchas cosas en común, y aunque la de McCarthy resulte superior a la de Anthony DiBlasi, las similitudes son evidentes, claro que tal vez esto sea debido a que ninguna de las dos cintas cuenta con un argumento demasiado original (he visto capítulos de “Entre Fantasmas” o de “Medium” que contaban exactamente lo mismo, por no hablar de los miles de millones de películas asiáticas con historias similares). Y aunque “The Pact” resulta una cinta más recomendable que “Cassadaga”, al menos para todo el que se considere un buen seguidor de los thrillers sobrenaturales, debo decir también que yo me esperaba bastante más de esta película. Tal vez yo no sea tan buena amante del cine sobrenatural como me pensaba, o tal vez es que en lo que a cine de fantasmas se refiere, ya está todo hecho. Me pregunto si de haber sido una película japonesa alguien le hubiera dado alguna importancia, porque estoy convencida de que simplemente la hubiéramos tachado de “otra más”.

Lo Mejor: La correcta actuación de Caity Lotz, la atmósfera, y su sobriedad a la hora de mostrar escenas de terror.

Lo Peor: Que no ofrece absolutamente nada nuevo al género.