Crítica: Piranha 3DD

Hace un par de años se estrena en nuestro país... no, espera, ¿se estrena en nuestro país? ahora me pilláis con los calzoncillos bajados (e igual no me creéis, pero esto es literal... no preguntéis), porque no tengo muy claro si finalmente llegó a vestirse de corto por el tercer mundo. Bueno, da igual, el caso es que lo que si es seguro, es que se estrenó en el resto de planeta, por lo menos, en la parte culturalmente desarrollada. Bien, como decía, se estrena en la gran pantalla, "Piraña 3D", uno de los grandes remakes que han asomado las narices fuera del útero materno de aquella mujer de la que no recuerdo el nombre pero que todos sabemos de buena tinta que lo que más cachonda le pone, es prepararle un zumo de naranja a su hijo con uno de aquellos viejos exprimidores manuales, y cebarse con el desafortunado cítrico en cuestión, haciéndolo agonizar hasta el éxtasis, sacándole hasta la última gota, porque la cosa va de eso, de estrujar hasta la última gota, ya sea de un fruto de la tierra, de la idea de otro o como es el caso, de una película. Y el caso, es que con "Piraña 3D" (fobias personales a los remakes aparte), la cosa salió de muerte, más que nada porque detrás del proyecto, en la sala de partos metiéndole mano entre las piernas de la acongojada mujer de turno, se encontraba ni mas ni menos que uno de los mejores "remakeadores" que ha dado el cine en estos últimos años (antológica fuera también la juerga que se pegó en el paritorio cuando trajo al mundo a aquella pequeña de nombre "Las Colinas Tienen Ojos"), por supuesto, hablo del Sr. Alexandre Aja, quien con "Piraña 3D", no solo englosó su patrimonio personal gracias a un considerable éxito comercial (muy a pesar de la dichosa pandereta), sino que recuperó para la denominada generación MTV, el que fuera uno de lo clásicos por antonomasia del terror ochentero.

Por lo tanto, puestos a estrujar, ¿Por qué no hacer una secuela del remake? pensaron las buenas gentes de Dimesion Films. Dicho y hecho. Por supuesto, esto era demasiado incluso, para el bueno de Aja, ¿Quien sabe? igual al hombre le apetece aunque sea por una vez, dejar de vivir del cuento (talento natural aparte) y comenzar a crear sus propias historias (cosa que sabemos que sabe hacer, como ya proclamó alto y claro con "Haute Tension"). Así que tan osado proyecto, recayó en las sucias y callosas manos del malsano John Gulager, papá de una de esas antologías de culto del cine fantástico moderno, la trilogía de "Feast".

Pero bueno, todo esto ya lo sabíamos todos. La pregunta, vista "Piraña 3DD", es: ¿Que coño se esconde detrás de la segunda "D" del título de dicha secuela?¿ y de todos esos posters promocionales que le dan ganas a uno de volver a tener quince años para poder empapelar la habitación con ellos? Pues eso es lo que voy a intentar explicaros con la máxima brevedad posible (ya con los calzoncillos en su sitio), pues es muy tarde y a mi santa esposa no le gusta irse a dormir sola. Ya se sabe, a las mujeres, está muy feo hacerlas esperar.

Para ir al grano, de entrada decir que poco, muy poco, pues esta segunda entrega apenas supera la hora de duración. De tan escueta esperanza de vida, tenemos que aclarar además, que los primeros 30 minutos son una auténtica perdida de tiempo. Más de lo mismo, pero peor. ¿Peor? si, peor. Peor porque lejos de la calidad incuestionable del primer filme (teniendo siempre claro lo que este pretendió ser, justamente aquello, por lo que la llegamos a amar tanto algunos), lo que nos ofrece esta segunda parte es un producto muy inferior, me atrevería a decir que una producción menor (a un suspiro de carne de videoclub) pese al hecho de contar con un reparto plagado de nombres ilustres y/o de moda. Con Christopher Lloyd ("Regreso al Futuro") y Ving Rhames ("Evil Angel") como buen ejemplo de lo primero y Danielle Panabaker ("Viernes 13"), Katrina Bowden ("The Shortcut", "Tucker & Dale vs Evil") y Chris Zylka ("Tiburón 3D: La Presa") de lo segundo.

Esto se nota en todos los aspectos de un film que en comparación, eleva el guión de su predecesora al nivel de la más compleja imaginería de David Lynch y que visualmente, está muy por debajo tanto en calidad, como en cantidad, de lo visto en la cinta de Aja. Y para ejemplos, una piraña. Horribles. De verdad lo digo, HORRIBLES. Por lo que en muchos momentos del filme, uno tiene más la sensación de estar viendo una de esas casposidades de acento pollino en plan (y me lo invento), "Super Tiburón vs Godzila", o "Pirañas fascistas vs mega pulpos anarquistas", que la esperadísima secuela de un blockbuster. Mismo decir de la vistosidad de las muertes y del gore contenido en la obra, mucho menos imaginativas y sobretodo, mucho más (valga la redundancia), contenidas, lo cual, no deja de resultar curioso teniendo en cuenta quien se encuentra detrás de las cámaras.

Para suplir esto, en medida de lo posible, es para lo que se inventó esa segunda "D", que como todos bien sabréis también, hace referencia a la talla de sujetador. En este sentido, nada que reprochar a la cinta, más allá del hecho de que pocas veces se ha explotado y utilizado de forma tan denigrante la figura de la mujer, aquí, mero florero decorativo. Esto también hay que verlo para creerlo, porque otra cosa no, pero tetas descomunales, desnudos integrales y carnosos culos desde todos los ángulos inimaginables, todos los que uno quiera o pueda imaginar, aunque esta vez (lo siento guarrones), no vamos a contar con la presencia de ninguna pornostar añadiendo ese puntito de fetichismo a la ecuación.

En lo que refiere a las pirañas, pues lo dicho, muy cutres, más incluso que antaño, se nota que se ha destinado menos presupuesto al departamento de FX digitales y el resultado ahí está, en más ocasiones de las deseadas, experimentaremos la denominada vergüenza ajena (algo mejor lucen sus primas hermanas de plástico). Por lo demás, nada nuevo bajo las aguas, estos pececillos no tienen muchos registros, a lo suyo... bueno, una sorpresa si nos depara el filme en lo que los bichillos concierne, pero tranquila parroquia, no lo voy a desvelar, pues es de las poquitas sorpresas a descubrir.

Pues bien, con tan poco tiempo de margen, los primeros 30 minutos no se andan con chiquitas, nada de intentar construir una historia (aunque sea de cartón piedra como la de "Piraña 3D"), aquí lo único que importa es meter a alguien en el agua (sin es una tía buena, mejor), que se la coman y preparar un poco el terreno para el "grand finale". Lo demás, perder el tiempo. El suyo y el nuestro. Con afán de intentar amenizar tan repetitivo e insubstancial desarrollo, algún que otro gag humorístico nivel "American Pie", hace lo que puede para mantener el interés y el ánimo alto (lo OTRO se mantiene, sin problemas) del espectador, aunque el resultado no se puede decir que sea demasiado satisfactorio a no ser que pertenezcas a la anteriormente citada, generación MTV. No es mi caso y eso, pesa. Media hora inicial de auténtico tostón que tiene, en la aparición de cierto personaje, su punto de inflexión. Si gente, aparece el ídolo, el HOMBRE, David Hasselhoff. Y no de cualquier manera, no, con épica, con una secuencia ANTOLÓGICA que quedará por siempre en el recuerdo, ese batín, ese CASIO, esa voz... esto, por si solo, justifica el visionado de la película, que nadie lo dude. A partir de este punto, todo gira entorno a su figura (y venga a estrujar la naranja) y esta segunda mitad del filme, si que luce, no por lo que debería, eso está claro, pero luce al fin y al cabo, porque Mitch Bucanan es MUY grande y Hasselhoff se autoparodia con una elegancia y con un porte, que pone la piel de gallina. El solito, consigue que pasemos por alto, la flojísima función gore que "Piraña 3DD" nos depara en su tramo final, a años luz, de lo visto en la primera parte. Pero, ¿A quien coño le importa? David luce y se luce. Rhames, que tampoco es manco (lo que le faltan son las piernas), cambia aquí de registro y hace funciones de escudero en otra de esos momentos mágicos para el aficionado de corte más "friki" y en claro homenaje al "Planet Terror" de Rodriguez. Si no fuera por este par, ESTO, por mas tetas que haya por metro cuadrado, no habría por donde cogerlo.

No tengo intención alguna de exponer mi cuerpo serrano a los graves perjuicios ocasionados por el sol, pero, de hacerlo, sería sin duda alguna, en la piscina para adultos del Sr. Chet: Se que me arrepentiré de esto, que me perseguirá el resto de mi vida y que, seguramente, me odiaré muchísimo por la mañana, pero en este sentido, no albergo duda alguna, David Hasselhoff y con diferencia (pese al abuso). Descomunal.

Tiran más dosmil tetas que dos carretas, pero esta vez, ni con esas se mueve la burra: La bajada de listón a todos los niveles respecto a la primera parte (juegan en ligas distintas), la falta de nuevos elementos que renueven los votos con el interés del espectador y John Gulager, salvo pinceladas (pocas), demasiado políticamente correcto.