Crítica: The Colony

El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2013 acoge en su programación “The Colony” (2013), una cinta de ciencia ficción distópica, con suspense y terror, que cuenta con el colosal Laurence Fishburne como uno de los protagonistas principales.

El film dirigido por Jeff Renfroe nos presenta un mundo sepultado bajo la nieve en una nueva era glaciar. El frío reina ahora sobre el planeta haciendo la vida insostenible, pero unas pequeñas colonias de supervivientes permanecen bajo tierra. A parte del frío, una gripe muy contagiosa es la mayor amenaza de estas colonias en las que sus habitantes cultivan pequeños huertos, crían animales y recolectan semillas con la esperanza de poder plantarlas en campo abierto algún día, cuando la climatología lo permita, si es que eso ocurre alguna vez.

Al comienzo de la historia vemos lo que hacen con los infectados: una vez pasan la cuarentena, sino mejoran se les da la opción del destierro o de un balazo en el corazón. Hal, el pobre infeliz al que vemos, no tiene elección y Manson (Bill Paxton), una especie de guardia, se lo carga sin miramientos. Sam (Kevin Zegers), nuestro protagonista, presencia toda la escena. Sabe que hay reglas, que si no se cumplen la gente muere de hambre o de enfermedad, pero no comparte la frialdad de Manson (en esta historia no solo el paisaje está helado, también las personas). Si antes la colonia tenía cientos, ahora son aproximadamente unos 40 supervivientes. La cosa ya está fea desde el principio de la película.

 

Sam tiene esperanzas, en gran parte porque su novia Kai (Charlotte Sullivan) las tiene y nunca se da por vencida. Con su ordenador y un programa informático muy peculiar, detecta a través de satélite la climatología del planeta. Su búsqueda le lleva a rincones del mundo como España, pero parece que no hay civilización donde no haya llegado la glaciación. ¿Os imagináis Sitges cubierto por la nieve en pleno verano?

Entonces, la colonia número 7 recibe una señal de socorro de la colonia número 5 que no responde por radio. Briggs (Fishburne), jefe de la colonia 7, decide ir a ver que sucede en dicha colonia con la ayuda de Sam y el joven Graydon (Atticus Dean Mitchell), dejando a Kai al mando y a Manson en desacuerdo por la decisión. El viaje es peligroso, deben de sortear el temporal y las ruinas de lo que antes era una ciudad. La película nos muestra unas impresionantes imágenes que recuerdan a “El día de mañana” (2004). Por el camino encuentran una de las torres de climatización en desuso. Con ellas la humanidad pretendía cambiar la climatología desfavorable. Éstas tendrán un peso importante en el desarrollo de la trama.

El tramo más peligroso del viaje es el puente en ruinas. El paisaje postapocaliptico creado por el equipo de efectos especiales está logrado. La escena del puente está especialmente bien rodada. Una vez lo atraviesan, el grupo llega a su destino: la colonia 5. Allí tendrán que enfrentarse a una nueva amenaza mucho más letal. La trama se complica y la sangre y la violencia aparecen en escena. Aquí es cuando regreso al pasado, a Sitges 2011. Si en “The Colony” nos encontramos con un mundo glacial, en “Hell” de Tim Fehlbaum era un mundo caldeado, árido y sin apenas vida humana y animal, donde el agua escasea y los bosques mueren por el abrasador sol. En este film, un grupo de supervivientes caen en una emboscada de una peligrosa familia, justo como sucede en la película de Renfroe. Dicho esto, hay que admitir que la historia originalidad, lo que se dice originalidad, no tiene. Es la típica historia postapocaliptica de supervivencia que recolecta ideas ya recicladas de thrillers de ciencia ficción anteriores. Eso no quiere decir que sea una cinta aburrida. La película se las arregla bastante bien para ser entretenida empleando las bases de este tipo de subgénero.

 

Por otra parte, también hay que admitir que tiene fallos argumentales garrafales. Para un espectador tolerante pueden pasar desapercibidos. Para el público de Sitges va ha ser imperdonable. Me refiero a la escena en la que vuelan la entrada de la colonia 5 y lo que sucede a continuación. Ni el poco gore que vemos minutos antes pueden salvar el resto del film. Tampoco la pelea con el villano, que por su dentadura me recuerda al jefe de los nosferatus de “30 días de oscuridad”. Sam aprenderá que solo hay una regla: sobrevivir. Sobrevivir cueste lo que cueste.

 

En su defensa diré que “The Colony” es una película independiente y tiene bastantes aciertos. Este título se hizo por solo 16 millones de dólares, cuando los presupuestos de producciones parecidas se hacen por un mínimo de 25 millones. Ya sé que eso no explica lo rápido que avanza la trama y sus agujeros argumentales, todos ellos responsabilidad del director y de los guionistas Svet Rouskov, Patrick Tarr y Pascal Trottier. Pero si de algo estoy seguro es que “The Colony” puede gustar aunque solo sea por su entretenimiento.

LO MEJOR: El viaje del equipo de Sam hacia la colonia 5.

LO PEOR: Muy poco original.