Crítica: Robocop (2014)

La siempre controvertida senda de los remakes, esta vez nos lleva de paseo a un futuro indeterminado, donde, como no puede ser de otra manera, carne y máquina tienen su propia controversia, y creando una nuevo concepto como es la metacontroversia, Robocop vuelve a nuestras vidas. 

Yo no voy a innovar, no voy a crear una nueva visión de esto que llamanos despelleje de la película, yo haré, lo que creo que es necesario hacer al hablar de un remake como el de "Robocop", que es comentar esta nueva versión de una manera comparativa, y hacerlo también de una forma autónoma, porque será en estas dos diferentes lecturas donde veremos que radica el fracaso y el éxito de esta propuesta. 

"Robocop", el remake 

El primer mandamiento de todo remake es encajar la esencia de la original en los nuevos tiempos a los que se lleva la propuesta. El segundo, el homenaje de las escenas míticas. En ambos escenarios , el remake de "Robocop" falla estrepitosamente, y lo hace por un principio fundamental, que es el tipo de público al que va dirigido: El "Robocop" de Paul Verhoeven, pese a pertenecer a los recuerdos de nuestra infancia, estaba enfocado para un público totalmente adulto, y el "Robocop" de José Padilla está destinado a todos los públicos. 

El hecho de que el remake de "Robocop" esté pensado para el disfrute de un público de todas las edades, no es algo que perjudique a la película como tal, pero sí a su condición de remake, pues es frustrante ver cómo la ultraviolencia gráfica de la que hace gala Verhoeven en su creación del policía mitad humano, mitad robot, se diluye en el agua embotellada de la acción siglo XXI, que basa su impacto en una sucesión de golpes y destrozos, que tienen que ver mucho más con los efectos especiales digitales, que con la mala leche y la irreverencia de un producto que parecía entretenimiento para toda la familia, y que resultó ser mucho más sangriento de lo que se vaticinaba. 

Los dos Alex Murphys que conocemos, tras ver la versión de 2014, se diferencian en algo básico y fundamental, que es la condición de hombre vs máquina, y lo vais a entender muy bien cuando leáis la siguiente frase: Alex Murphy de 1987 es Robocop, mientras que el Robocop de 2014 es Alex Murphy. En la película original el hombre importa, pero sobre todas las cosas, lo importante es el Robocop y su comportamiento, pues en esta película, el robot es quien tiene que buscar su parte humana para coexistir, mientras que en el remake es justamente al revés, y es Alex Murphy quien está más de media película asimilando su nueva condición de robot. En ambos existe un carisma importante. Para mi, en esa batalla no se pierde la guerra, pues tanto Peter Weller como Joel Kinnaman ejecutan de una manera que se ajusta a lo exigido sus papeles, tanto en la piel de Robocop, como en la de Murphy y ambos están en estado de gracia.

La esencia, principio fundamental que comentaba en el inicio, se pierde pues en un mar de nuevas tecnologías al servicio de las películas de acción puras y duras. En mi opinión, Verhoeven entendía el cine de acción como un brazo extensible del cine de terror y/o gore, y Padilla lo hace como acción y punto. 

Ahora vamos a la inevitable introducción de las secuencias míticas: la pelea en la fábrica, y la entrega en comisaria del malo malísimo. Todos tenemos en la mente ambas escenas, y en el remake, directamente se las pasan por el forro de los mismísimos, ya que si bien es cierto que hay escenas en una fábrica de droga, y las posteriores escenas en la comisaría, no son ni parecidas a la original, y están más al servicio de desentramar el estado de corrupción en el que se sume absolutamente cualquier estamento, que en el de entender la justicia a través de los ojos de Robocop, como pasaba en la original. 

Otro punto de escisión entre lo que fue y lo que es, es el personaje que humaniza al robot: La oficial Anne Lewis, compañera de Alex Murphy y punto clave en la versión de los ochenta, desparece, para dejar todo el peso que la entrañable policía llevaba en manos de la mujer del propio Murphy (interpretada por una descafeinada Abby Cornish), en una historia lacrimógena que desentona con el resto de la propuesta. 

Con los dos mandamientos mancillados, no podemos decir que como remake (reinvención aparte o no) salga airoso, pues en el remake las emociones son las que mandan y la idea de un híbrido máquina-robot-humano al servicio de la ley y el orden, parece ser lo de menos. 

Mención especial para el uso de los medios de comunicación, marca de la casa de Verhoeven, que hace el sr. Padilla, pues es enervante (y ese es precisamente el efecto buscado por el director), la propaganda americana como "mejor país de mundo", y super policías del universo entero, que Samuel L. Jackson borda en con su histriónico personaje (como no podeía ser de otra manera). En el remake, se sustituyen los spots publicitarios, por un programa patriótico pro-robots, que apesta de principio a fin, pero que marca el sentido del humor que no se resuelve en el resto del film.

"Robocop" el remake no es bueno, pero no sería justo no hablar de "Robocop" (2014) como película independiente de cualquier tiempo pasado, y eso es, precisamente, lo que decanta la puntuación de mi crítica. 

Robocop (2014), la película 

Queda claro desde el inicio, que este "Robocop" no es un calco de la original, sino que es una reinvención de un personaje mítico dentro de la historia del cine. Y queda claro porque en el prólogo , se ve perfectamente que las máquinas están totalmente integradas en la forma de vida de los habitantes de los países que los americanos han ido a "salvar" y "proteger". La idea, que en la original, precisamente era cómo normalizar el hecho de que un hombre dentro de un robot fuera un icono de protección, se torna en una división en la opinión pública y administrativa entre los pro-robots y los anti-robots (en este aspecto, el asunto iría más enfocado hacia "Yo, Robot", que hacia el "Robocop" original). 

Con esta premisa, ya hay que mirar de una forma diferente, ahora, se trata de buscar el entretenimiento puro y duro antes que cualquier tipo de semejanza, por lo que, dejando a un lado que estamos ante un remake, hay que dar al César lo que es del César y decirlo claramente: "Robocop" (2014), entretiene y mucho. 

El argumento, pese a algunas licencias, es sólido, y al abordar de una manera más precisa los motivos de la creación de Robocop, dota al film de una mayor carga dramática. La lucha, por una parte es contra la injusticia, pero la lucha real es contra el destino.

Como película de acción es totalmente solvente, y pese a tener escenas un tanto avergonzantes, la coexión entre hombre y máquina está muy conseguida y el Robocop funciona como debe, incluso en su nuevo y flamante traje negro, que a muchos horrorizará y que a mi me gustó sobremanera. Los protagonistas cumplen y los antagonistas cumplen también. Los estereotipos son de una inmensidad que podríamos decir que es algo sonrojante, pero volvemos al punto uno: esto es divertimento familiar, y los estereotipos tienen que manejarse desde una posición privilegiada para no hacer pensar demasiado: los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. A los buenos se les aplaude, y a los malos hay que pararles los pies ("vivo o muerto, tú te vienes conmigo"). La argucia es definir quienes son los buenos, algo que el espectador tiene claro desde el principio (recordad los estereotipos...), y hacer parecer que el elenco protagonista no lo tenga tanto (si no, no habría película, claro). 

En definitiva: El remake de "Robocop" es una película perfecta para ver en el cine con tu sobrino y ver su cara de disfrute, mientras tú sales de la sala pensando que los años te han hecho ser muy exigente. Pero si eres capaz de esbozar una sonrisa (aunque sea pequeña), parecida a la de tu sobrino, entonces entenderás que el "Robocop" del año 2014 ofrece un buen rato. 

Y como comentario ligero, no me quiero despedir sin comentar el tremendo shock que supuso para mi ver el estado actual de Michael Keaton...¿tántos años han pasado?

La escena: Impactante ver a Peter Murphy desprovisto de su traje de Robocop en el laboratorio.