Crítica: Los Ojos del Mal 2

Los movimientos de las productoras son extraños para la gente como nosotros que se encuentra alejada de las altas esferas del mundo cinematográfico. 

En 2006 llego a las pantallas de medio mundo “Los Ojos Del Mal”, un slasher respaldado en la producción por Lionsgate y que buscaba aprovechar el tirón del luchador de la WWE Glen Jacobs. La película era un producto correcto, incluso se podría decir que bastante entretenido, y que cumplió con su labor en taquilla de forma más que correcta. Algunos rumores sobre una secuela salieron a la palestra tras su estreno pero todo quedo en el olvido y únicamente los más fanáticos del genero recordamos aquel producto que invadió nuestros cines ese año.

Situándonos ya en el presente nos trasladamos a 2013 cuando una noticia logro dejarnos a todos los fans del cine de terror en estado catatónico, Lionsgate y la productora cinematográfica de la WWE anunciaron la secuela de “Los Ojos Del Mal” en la que Glen volvería a interpretar al implacable asesino Jacob Goodnight. Hasta aquí podéis pensar que exagero y que la noticia no es nada de otro mundo pero lo que realmente sorprendió a propios y extraños fue que las por aquel entonces famosas hermanas Soska se encargaran de la dirección de un proyecto que, como todos nos imaginábamos, rápidamente se convirtió en un directo a DVD en toda regla. 

Para aquellos que no sepáis quien son Jen y Sylvia Soska os pongo al día. Estas dos gemelas son las directoras de “American Mary”, esa sórdida joya del género que paso de puntillas pero que creo un enorme debate entre todos aquellos que pudieron disfrutar de ella. “American Mary” era una película “independiente” que, con una trama aparentemente sencilla, logró crear un universo tan sombrío que su visionado marcaba un antes y un después.  

Este inesperado anuncio causo en mi miedo y expectación a la vez. Miedo porque dos directoras con una ópera prima de tal calidad y con un futuro tan prometedor por delante se vendieran tan rápidamente a los productos de rápido consumo que este género nos ofrece a cientos. Expectación porque la primera parte había dejado algunos detalles que en manos de dos directoras con tantísima personalidad podían convertir a esta secuela fácilmente en una película que superara con creces a su antecesora. Y, aunque lamento mucho decirlo, como me temía la jugada no les ha salido nada bien.

La película, secuela directa de su antecesora, comienza en el mismo momento en el que finalizo su primera parte. Y esto en parte es un acierto, ya que así logra que el espectador entre rápidamente en la historia y no sea necesario perder los primeros minutos de la cinta en introducciones innecesarias. El problema está en que tras unos maravillosos créditos iniciales (con cameo de las hermanas Soska incluido) la película comienza su trágico descenso hacia el abismo. 

La ambientación no podría ser mejor, una morgue a la que es llevado el infame Jacob Goodnight tras sus brutales crímenes. El punto de partida inmejorable, una fiesta organizada por los amigos de la protagonista en los pasillos de la morgue para celebrar su cumpleaños. Los personajes no decepcionan: la rubia tonta, el hermano protector, la ninfómana del grupo, el chico malo, la chica inocente y el buen samaritano. Sin embargo lo que no podría ser peor es la unión de todos estos elementos dentro de una historia que no ofrece nada al espectador durante sus 90 minutos de duración. 

Tras un rápido comienzo en el que son presentados todos los personajes y nuestro psicópata es resucitado cabría esperar que entonces sería el momento de comenzar con la serie de asesinatos a cada cual más vistoso y entretenido pero sin embargo, y para sorpresa de todos, nos encontramos con todo lo contrario. Teniendo en cuenta los antecedentes de las hermanas Soska, y el tipo de película ante el que estábamos, todos esperábamos un festival de crímenes y gore como pocas veces hemos visto, sin embargo nos encontramos ante una película en la que las muertes ¡ocurren fuera de cámara! Si señores y señoras como leen ustedes, cuando el bueno de Jacob comienza su masacre nos encontramos ante los que probablemente sean los asesinatos más sosos de la última década del cine slasher. 

El brutal asesino, que cuenta con una fuerza totalmente sobrehumana, nos deleita con un festival de asfixias y empujones que asustan hasta al más valiente de la sala. No falta un poco de sangre aquí y allá para dar el pego y eso es todo lo que se ve, la brutalidad con la que contaban algunas escenas de la primera entrega se ha esfumado y es sustituida por una sucesión de flashbacks de la primera entrega que son utilizados para no mostrar las muertes de esta. Es más cuando se acerca su, en teoría, vertiginoso tramo final y parece que los asesinatos comienzan a tomar carrerilla nos engañan de nuevo y continuamos con un insulso festival de abrazos y empujones digno del Jason más trasnochado. 

Poco que decir de la trama sin destriparlo todo, grupo de amigos perseguidos por un asesino sobrehumano en un entorno siniestro pero que, en esta ocasión, son asesinados de las formas más políticamente correctas. Dentro de las actuaciones únicamente destaca Katharine Isabelle (“American Mary”) que nos ofrece una interpretación tan hilarante que logra llevar el peso de la cinta a pesar de no ser más que un personaje meramente secundario. El resto del reparto correcto, cumple con su función y poco más. Quizás quien más decepcione sea Danielle Harris que ni nos ofrece una interpretación para recordar ni se la ve con ganas de hacerlo. En el apartado negativo podríamos destacar a Greyston Holt, cuyos niveles de sobreactuación sobrepasan todos los límites permitidos.

La película intenta sorprender con su giro final pero ya es demasiado tarde y tampoco es lo demasiado arriesgado como para poder salvar el desastre que hemos visto anteriormente. En resumen, las hermanas Soska nos ofrecen una secuela innecesaria cuento menos y que incluso desprestigia la poca categoría que había logrado su primera parte. Si lo que queréis es ver un slasher entretenido y con unas muertes bastante originales ver su primera parte y alejaros de este engendro. Esperemos que ese final abierto se quede en un mal recuerdo y que Goodnight nos haya dado las buenas noches para siempre. 

Lo mejor: Los créditos iniciales.

Lo peor: Su ausencia total de gore en los asesinatos o de cualquier originalidad en los mismos.