domingo, 3 de abril de 2016

Crítica: Excess Flesh

Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos mirado en el espejo buscando una sonrisa y le hemos devuelto la mirada con una profunda cara de decepción porque no hemos encontrado lo que esperábamos encontrar. El culto al cuerpo es algo de lo que no se puede escapar por mucho que corras, es algo que nos afecta a todos y queramos o no, algo que nos condiciona.

Aparecen los primeros rayos de sol y todos empezamos a temblar, unos porque nos horroriza el sol, y otros (y también me incluyo) porque saben que a partir de ahora se empieza a mostrar carne, y a veces, queridos y queridas, la carne sobra por todas partes, o eso nos dicen los anuncios de ropa escasa que ahora vemos por todas partes. Anuncios que por cierto, muestran cuerpos al borde de la inanición y muy alejados de la imagen que yo tengo de cuerpo saludable, algo que cada año se pronuncia más, no sólo en el susodicho cuerpo de las modelos, sino en sus caras de sufrimiento eterno. Curioso que ese sea el estereotipo de belleza, curioso y muy peligroso.

Y de los peligros de estos cánones de belleza tan erróneos, es de lo que nos viene a hablar Patrick Kennelly, el director de "Excess Flesh", contándonos la historia para no dormir de Jill y Jen, dos compañeras de piso totalmente opuestas en todos los aspectos y tópicas a más no poder. Un historia excesiva sobre la influencia de personalidades fuertes en las más débiles, bulimia, comida, desprecios, baja autoestima, control y vómitos, personificadas en la difícil relación de estas dos mujeres, sobre todo, cuando una se mira en los ojos de la otra.

Una pena, una pena absoluta, porque la idea es muy potente, pero todo lo que la rodea es muy torpe y echa por tierra una película que podría haber sido muy incómoda y muy recomendable. Menciono la pena, pero en realidad la sensación es de rabia, rabia de que manejando una idea con tanto potencial, se tire a la basura con un desarrollo tan torpe como caótico, exasperante y pasado de rosca como el que se nos mete a la fuerza y con embudo por nuestras boquitas, mientras intentamos gritar con la boca llena, que nada de lo que está pasando por la pantalla está funcionando.

Empiezo por el guión, lleno de agujeros negros, de aquellos que nos llevan a mundos desconocidos, como la brecha que se abría en el mar en "Pacific Rim" por la que salían los Kaijus a destruirlo todo. Aquí el kaiju de nivel cinco, es el poco interés que tiene la situación pasados los primeros minutos de cautiverio entre las dos protagonistas, y el lío del que no se sabe salir a la hora de intentar un giro final, como pirueta desesperada, en el que no se entiende nada, porque no hay un guión sólido que sepa explicarlo.

Seguimos con la composición de los personajes y cómo se descomponen a medida que avanza la cinta. Los dibujos son tan exagerados, tan tópicos que llegan a sonrojar, tan manidos que vuelve otra vez la sensación de rabia. La dualidad Jill- Jen, tanto física como psicológica es clara, no hace falta recrearse en los tics de locura típicos del que se hace pasar por loco, y lo mismo pasa con los tics de zorra amargada. Y es que parece que en la clase magistral que impartió Dieter Laser después de "The Human Centipede III", las alumnas destacadas fueron Bethany Orr (Jill) y Mary Loveless (Jennifer), siendo la señorita Orr la que se llevó la ansiada matrícula de honor. Debe ser que estoy off en esto de la mega gesticulación en el cine, pues para mi, una buena actuación pasa por el hecho de que yo no crea que haya nadie actuando, sino, que para mi no haya diferencia entre personaje-actor/actriz, vamos, en la naturalidad. Ojalá, señores y señoras, los locos entre los que vivimos se comportaran como lo hace Jill, porque les veríamos venir de lejos y nos ahorraríamos muchos disgustos.

Avanzamos con lo poco arriesgado de una propuesta arriesgada, ¿cómo? pues lo que habéis leído, la propuesta es arriesgada, pero el director no arriesga y lo juega todo a una carta, que no llega ni al cinco de corazones. En "Excess Flesh" todo gira en torno a la comida, al deseo de comer y al deseo de no comer, y en eso se recrean una y otra vez, con primerísimos planos de bocas llenas de comida, dientes masticando, chorretones de líquidos saliendo de la comisura de los labios y vómitos. Bien, eso conseguido, pero es que no hay nada más, y cuando los planos de diez minutos se repiten sin cesar, llega a un punto donde realmente te preguntas, "cuándo empieza la película?". Lo ideal, lo necesario, hubiera sido incluir una gama de personajes más rica, que tuvieran algo que decir, una forma de interactuar más con la idea, y que, estos, hubieran sufrido el desorden de Jill y Jen, y sobre todo, la compensación de sangre necesaria para digerir tanta comida, que llega a hacerse bola antes de tragarla.

Y no contento con esto, Mr. Kennell, nos atormenta con la pausa de cada escena, de una manera desnuda, sin ornamento musical, sin una banda sonora que se pide a gritos, y que cuando se obtiene es plana como ella sola. Y esto ¿por qué? Pues imagino que para enfatizar el puntazo indie que tiene la película en cada fotograma, que no convence como por ejemplo sí ocurría en "Starry eyes", con la que intenta compartir momentos oníricos y una crítica al show bussiness (esta vez al mundo de la moda).

"Excess flesh" ha sido una decepción, porque era una de mis películas más esperadas, porque entiendo que cuando haces una dieta tu cerebro sólo es capaz de pensar en comida, porque esperaba una crítica infinitamente más punzante a nuestra obsesión, no por nuestro cuerpo, sino por la forma en la que nuestro cuerpo es percibida, y un desenlace firme y determinante, que no hubiera jugado a la ambigüedad y que hubiera sido el golpe de efecto que una película tan lenta y con tan poco que contar hasta el momento, necesitaba.

Y ahora, me voy a comer unos ositos de gominola, que no veáis si se antojan durante toda la película!!


10 comentarios:

El Rector dijo...

No se si hablar de decepción, pues tampoco le tenía grandes expectativas, pero desde luego, no desentona para nada dentro de este mediocre inicio de año cinéfilo 2016.

Muy de acuerdo con todo lo expuesto por Missterror y pienso, que incluso ha sido benévola para con semejante desaguisado. Una película con una idea interesante, que bien llevada, con un final en condiciones (y no era TAN difícil darle un buen cierre), algo más de pulso narrativo (a este sr., el director, habría que decirle que en esto del cine, de lo que se trata, es de entretener y para ello, algo de dinamismo a la hora de narrar los acontecimientos, no está de más) y sobretodo, contar con un reparto de actrices de VERDAD, y no el tándem amateur que intenta vendernos la moto y a las que desde luego, uno no se llega a creer en ningún momento con semejantes sobreactuaciones que ni el mismísimo Jack Sparrow hasta las cejas de coca. Vergüenza ajena con cada uno de los aspavientos de ambas muchachas, una haciendo de loca y la otra de imbécil, no se cual de las dos lo hace peor... lo único que salvo, es la banda sonora (cuando aparece, que básicamente es en esa secuencia final con el retrete, que además de ser un perfecto resumen a base de poesía para la película, queda de lo más molón a base de tecno industrial ochentero).

Una soberana pérdida de tiempo que va a desquiciar a más de uno, entre los cuales, sin duda me incluyo.

Saludos.

Missterror dijo...

Rector- A mi me había despertado mucha curiosidad, pero poco ha habido que hacer...
La verdad es que si el guión se hubiera centrado en esa dualidadd e la que hablaba y no hubiera jugado al dí, pero no, y a no mojarse para que no pareciera una jugada tramposa, estaríamos hablando en otros términos, pero "Excess Flesh" es lo que es, una anécdota mala en un mar de historias, que es el cine.
Lo de las actrices, pues muy pasadas de rosca, y sobreactuadas al máximo, exasperando hasta al más paciente. Yo no sé si esto ha sido requerido por el director para enfatizar el exceso, o cosecha de las mismas actrices, que tienen esa visión horrible de sus personajes. El caso es que son actuaciones para enmarcar.
YO es que eché de menos tanto una banda sonora que hiciera más soportable la eternidad de planos, que no puedo destacarla sólo por su aparición en la secuencia final.
Poco más se puede decir de este intento de película "experimental", que ni experimenta, ni transgrede y ni entretiene, que es lo más grave.

Saludos

Missterror dijo...

ahhhhhh, que se me olvidaba!! ¿Y qué me dices de la droga casera sacada con productos de limpieza del mercadona, que lo mismo mata, que te convierte en un corderito?

El Rector dijo...

Missterror, el momento "experimento" es digno de la mejor serie B ochentera desenfadada... ahora, en una película supuestamente sería como esta, no se yo bajo el efecto de que sustancia se encontraría el guionista para escribirla, y el director, para rodarla. Muy lamentable todo. Fíjate que estuve buscando la imagen a modo de fetiche como un desesperado para montar la crítica... y lo conseguí :)

Saludos.

Missterror dijo...

Rector-esa visión tuya tan ochentera siempre, te hace ver mad doctors por cada esquina, jajaja. La sustancia bajo la que se encontraba el guionista debía ser esa misma que se consigue mezclando productos de limpieza y droguería.
Busca, busca, que quien busca, siempre encuentra ;)

Saludos

JuanCar dijo...

Seguro que el amigo Rector estaba pensando en el glorioso mad doctor de "Braindead"...
Aunque como el cura karateca...madre mía, que tiempos!!!.

Saludos.

El Rector dijo...

Como fanático del cine de los ochenta, la figura del mad doctor me ha marcado sobremanera... lástima que esté tan maltratada en la actualidad... ¿Cuándo vuelven los ochenta? :)

Mi memoria debe de ser horrible, porque no recuerdo a ninguno en "Braindead" ahora mismo... menos mal que uno acaba de adquirir un flamante ejemplar en bluray y el revisionado de la joya de Jackson, es poco menos que inminente ;)

Saludos.

JuanCar dijo...

Estimado Rector,

Los Sabados al mediodía, cerveza en mano, mi memoria también puede ser horrible!!!.
Quizá, no tengo el mismo concepto de Mad Doctor en mi cabeza, no obstante da igual.
Lo importante es esa copia que has adquirido, que mas vale guardes bajo siete candados si no quieres que este presente se lance cual Sharknado a por ella...
No veo mejor manera de disfrutar una tarde de lluvia que revisando esa verdadera joya, todavía insuperable, que nos regalo el amigo Jackson en sus comienzos; y que este menda, agarrate, pudo visionar en su estreno Español (si, si, estreno en cine...) en la sala Callao de Madrid.

Abrazos.

El Rector dijo...

Juancar, al menos tu lo puedes achacar a la cerveza, la mía es así de chunga al natural :)

La tengo bajo llave, guardo con mucho recelo mi filmografía, en especial ahora que al fin puedo disfrutarla en las condiciones que se merece gracias a la magia de la alta definición.

Me habría encantado disfrutar en su momento en pantalla grande de esta pequeña maravilla del género que se cascó Jackson... por contra, me he tenido que conformar con ver esas otras maravillas ubicadas en la tierra media, que tampoco son moco de pavo ;)

Y así entre nosotros sin que nadie nos oiga, te diré que muy cerquita de "Braindead" (no a más de media estrellita), debo colocar esa otra joya de su filmografía que es "Agárrame a esos Fantasmas", otra a la que el DVD no hace justicia y que no tardará mucho en estar también bajo llave.

Saludos.

JuanCar dijo...

¿Muy cerquita?, si quieres le ponemos ahora mismo tantas como a "Braindead"!!!.
Y el que diga lo contrario, bajo llave también.
Menudo peliculón.

Saludos.

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