Crítica: Get Out

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y pesa, pesa porque nosotros somos grandes también aunque a veces intentemos hacernos pequeños. La piel nos protege, es lo primero que se arriesga ante una agresión, lo que nos envuelve en una cápsula que intenta ser más fuerte de lo que es y que se rasga en jirones ante el más mínimo roce, lo que en realidad nos da cuenta de lo traidora que es. La piel es mi prisión, y lo digo porque tengo la piel extremadamente sensible, lo que no representa ningún escudo sino todo lo contrario, una diana inmensa para todo tipo de heridas. Siempre he querido tener otro tipo de piel porque sé que la piel me trae muchos problemas, no le puede dar el sol y se revela ante casi todas las sustancias químicas que entran en contacto con ella y eso me hace tener claro que no es algo de lo que me pueda fiar. Y aún no hemos empezado a hablar del color...

Vamos a pensar en el color de piel en una sociedad en la que no se te juzga por tus actos o por tu inteligencia, sino que en muchos casos se hace por el grado de melanina que puedas tener. Yo soy extremadamente blanca, lo que se respeta en invierno, pero que conlleva el sempiterno comentario "qué blanca estás" en verano, que tengo que escuchar varias veces al día aunque sea una obviedad que no me apetece oír. "Qué blanca eres" resuena en mis oídos cada poco, no se considera insulto, no hay que defenderse de algo así, no es racismo, solo se constata una realidad ¿verdad?, pero y si se le dice a un negro "Qué negro eres", ¿qué pasa entonces?. Yo os lo cuento, lo que pasa es que la piel se convierte en tu enemigo.

Nos ha costado mucho superar el tabú de decir que alguien es negro en lugar de decir que es "de color", o que es "un moreno", vamos dando pasitos. Los blancos no queremos ser racistas y entendemos ya que "negro" no es un insulto. ¿ Es necesario que un hombre le diga a una mujer que la considera su igual? No señores, no es necesario, ya sabemos que somos iguales a vosotros. ¿Es necesario decirle a un negro que tiene los mismos derechos que un blanco? Estamos en el mismo caso anterior. Utilizar el racismo positivo, es algo totalmente equivocado, porque debajo de todas esas buenas palabras o intenciones se sigue ocultando la esencia del racismo más asqueroso, que es no entender de una puta vez que TODOS somos iguales independientemente de nuestra raza, ideología, estrato social o religión. Cada una de nuestras decisiones es lo que nos va a diferenciar a los unos de los otros, lo que nos convertirá en buenas personas, en gilipollas, en criminales o en bestias directamente.

"Get Out", utiliza el discurso del color de la piel para crear uno de los thrillers más entretenidos y adictivos de los últimos tiempos, pues si algo tenéis que tener claro desde el principio es que esta película es como un cólico nefrítico, que aprieta y aprieta tanto, que lo único que quieres durante ese intenso viaje (eufemismo para no decir que es uno de los mayores dolores que vas a sentir nunca) es expulsar el cálculo renal para poder descansar de una vez. Sin duda "Get Out" engancha desde el inicio, desde el prólogo donde sabes que algo pasará, desde que conoces a los protagonistas, Chris y Rose, e inicias con ellos un viaje familiar y sabes que algo pasará, desde que sigues conociendo a todos los familiares y allegados de Rose y sabes que algo va a pasar, porque si en algo se empeña el debutante Jordan Peel en "Get Out" es en recrearse y deleitarse en las miradas de cada personaje y creedme que cada mirada significa que algo está pasando, pero ¿qué demonios es lo que pasa?

Por supuesto no voy a hacer ningún spoiler (al menos de forma consciente) y desde aquí os imploro a los que aún estáis a tiempo, que ni se os ocurra ver el trailer de esta película, porque debería estar considerado un delito hacer trailers como el que afortunadamente vi después de ver "Get Out". Lo que pasa en "Get Out" es lo que pasa en toda película en la que se toque la tecla del éxito, que el espectador va a intentar adelantarse al desenlace o al giro con mil y una teorías en las que se pensará directamente en racismo o en discriminación positiva como punto de partida para luego seguir elucubrando sobre cada acción. Suerte para el que lo acierte, porque "Get Out" no inventa nada nuevo pero se presta a tantas opciones válidas, que cuando descubres la realidad puede que la ejecución se quede un tanto corta para la intención que hay, que está realmente bien.

Entramos en territorios guionísticos y estamos en blanco y negro. La historia nos habla de Chris, un joven negro con un indiscutible talento para la fotografía que va a pasar un fin de semana en la casa de campo de la familia de su novia Rose y así conocerles a todos. Chris es el único negro en la familia y desde el principio es bien recibido, pero siempre hay algo raro tras cada conversación, algo que no termina de encajar, lo percibe él, lo percibe Rose y lo percibe el espectador. Estar en esa mansión ese fin de semana es como estar en la cena de "The Invitation", donde sabes que algo va mal, algo pasa, ¿qué es? ¿qué es? Máxima atención a cada gesto, a cada palabra, a cada escena... Máxima atención! La diferencia entre esa sensación rara que provocaba "The Invitation" y la que provoca "Get Out", precisamente viene por el guión y la acertadísima dirección que toma el mismo Jordan Peele como guionista, que es tirar de humor negro sin crear estridencias y sin que ello suponga rebajar la tensión que crece minuto a minuto.

El blanco y el negro de este guión, creo que puede ser más entendible o asimilable en una sociedad como la norteamericana, justo ahora en la era post Obama con todo el bagaje racial con el que tienen que cargar. Yo como europea, quizá me fije en algo menos profundo porque busco entretenimiento y os diré que tiene diálogos brillantes que van ganando credibilidad poco a poco, hasta que llega el giro argumental y todo se desquicia, y aunque entiendo que con un poco más de aplomo y encaje de bolillos no hubieran quedado algunas explicaciones tan cogidas con pinzas como las que quedan, en conjunto es innegable que el guión cumple perfectamente y que tiene más pros que contras y que ¡qué demonios! se disfruta al cien por cien y uno es capaz de hacer la vista gorda a esas incoherencias que se pueden encontrar, porque esto es cine y el cine hay que disfrutarlo y cuando pasa una hora y tres cuartos de película y parece que sólo han pasado treinta minutos de película, eso chico es que estás de suerte y esta es una película que tienes que recomendar a todo aquel al que le guste el cine.

Por supuesto esto no es posible si no hay un buen reparto que asuma el control, pero no hay de qué preocuparse, que Peele (que fundamentalmente es actor) lo sabe bien y por eso se ha rodeado de solvencia en estado puro, como es el caso de Daniel Kaluuya ("Black Mirror") dando vida a Chris, que transmite desconfianza y confinaza con una facilidad asombrosa y que se convierte en el cuerpo y alma de "Get Out", Allison Williams ("Girls") como una absolutamente convincente Rose Armitage y destacando también como no, LilRel Howery en uno de los mejores personajes de los últimos tiempos: Rod, el agente de detención aeroportuario y experto en análisis de conducta, que se lleva toda la gloria respecto a ese humor del que os hablaba antes.

Respecto a la fotografía utilizada, muy acorde con el tono del thriller en todas sus vertientes, neutra cuando lo tiene que ser y saturada cuando se requiere, sin duda actúa como recurso estilístico que adorna sin desviar la atención de lo verdaderamente importante, que es la historia y su capacidad para absorber toda la atención del espectador y poder así hipnotizarle. Ayuda una buena banda sonora, que tira de recursos de elevación del sonido en momentos puntuales sin que esto moleste y de ambiente en momentos cumbres.

No hay duda, Producciones Blumhouse es el nuevo Midas del género y sabe muy bien donde se mete cada vez que inicia una nueva producción. Probablemente "Get Out", junto con "Split" vayan a ser sus mayores pelotazos y con toda la razón. Yo desde esta página sólo puedo recomendar que la disfrutéis a ciegas y de paso recomendar que dejéis el tabaco, el alcohol, el azúcar y la malsana costumbre de ver trailers de películas. Ver algo sin ideas preconcebidas y sin ninguna imagen en la cabeza es una aventura que vosotros cinéfilos, nunca jamás deberíais dejar de disfrutar. Por cierto, señores de Blumhouse, ¿cuándo sacáis la próxima película? ¿Cuándo? ¿Cuándo?

Me he dejado la piel para no hablar más de la cuenta de esta película. Creedme que es complicado hablar de ella sin hablar de ella. Y esta piel que me he dejado en algún rincón, mañana se convertirá en polvo, lo que no dice mucho de su importancia. Por la mañana, cuando me toque barrerla y ya ni siquiera sea algo elástico con maquillaje genético, sólo la tiraré a la basura sin pensar en esa rápida capacidad de regeneración que tienen sus capas. Sólo es piel ¿por qué pensar mucho más en su trascendencia?