Crítica: It Stains the Sands Red

Hace unas semanas reseñábamos en ‘Nido de Cuervos’ la cinta ‘Swiss Army Man’, una de las películas mas estimulantes y sorprendentes de la temporada. En ella, Dan Kwan y Daniel Scheinert directores y guionistas de la cinta, eran capaces de pasar de lo soez a lo sublime casi sin despeinarse y con un poco de la esencia propia del cine de Michel Gondry, hablar del amor, del miedo y de la soledad. ‘Swiss Army Man’ (Sigo pensando que el título de esta película es absolutamente perfecto) daba una vuelta al género zombi para presentarnos una historia profunda como pocas.

Cada año una de las citas obligadas para muchos amantes del cine de terror y zombi del Festival de cine fantástico de Sitges es la maratón zombi. Este año se proyectaron nada mas y nada menos que cuatro películas y un cortometraje titulado ‘Deaf of the dead’. Una de esas cintas fue ‘It stains the sands red’ película que guarda muchos (demasiados) parecidos con la cinta de Kwan y Scheinert, no ya tanto en la forma en la que el director desarrolla ciertas ideas (En la cinta de Colin Minihan el ‘espiritu Gondry’ de ‘Swiss Army Man’ parece dejar paso al sinsentido propio de Quentin Dupieux, neumático incluido) si no en el fondo de la historia, sobre aquello acerca de lo que el director quiere realmente hablar.

Tras un apocalipsis zombi, Molly y su novio viajan por el desierto con la única idea de llegar a un aeródromo para coger un avión y escapar a México. Pero su viaje se verá truncado cuando tras un pequeño accidente de tráfico, un zombi los ataque y acabe con la vida de él. Desde ese momento, Molly comenzará un viaje suicida a través del desierto mientras el incansable muerto viviente la acosa constantemente.

Es claro que tanto ‘Swiss Army Man’ como ‘It stains the sands red’ comparten la idea de presentar a dos protagonistas, uno de ellos un zombi, en constante huida atravesando una isla desierta, un frondoso bosque o un árido desierto para intentar llegar a un lugar habitado. Si en el caso de la cinta de Kwan y Scheinert, estamos ante una forma de abordar ciertos temas que hacen que la película resulte de algún modo universal para los espectadores (La manera de tratar la soledad, el miedo a morir solos, la cobardía y el amor hace que muchos puedan verse reflejados en alguna de las escenas) en ‘It stains the sands red’, Minihan hace de su película algo demasiado local. La manera en la que la protagonista de la película (Una Brittany Allen que resulta perfecta para el papel) reflexiona sobre su vida, la relación con su hijo y los hombres que han intentado acercarse a ella y con los que se ha relacionado hace que al espectador le resulte difícil extrapolar lo que esta siente y verse, de alguna manera, reflejado en ella.

Llegados a este punto nos encontramos ante la idea más critica de la película ya que Minihan narra una peculiar historia de amor (Según comentaron en la presentación de la película) donde Molly, cansada de todos los hombres que la han acosado durante años, se encariña de un muerto viviente cuya actitud continua siendo la de un acosador. Aunque esta relación hará que conozcamos los sentimientos de la protagonista así como la forma de esta de enfrentarse al mundo, Minihan y Stuart Ortiz en su faceta de guionistas presentan a una mujer que va evolucionado, va haciéndose cada vez mas fuerte pero la manera de mostrar la relación entre Molly y el muerto viviente es cuanto menos preocupante llegando al punto de humanizar al acosador justificando su actitud y recordando su vida anterior. Desde este punto de vista, la cinta de Minihan puede resultar deplorable ya que aunque en ‘It stains the sands red’ hay mucho humor, la relación entre ambos acaba volviéndose demasiado seria como para tomarla como una simple anécdota que sirve para justificar otras ideas de mas peso en la película.

A pesar de que ‘It stains the sands red’ parece volver a apuntar la idea de saltar de lo soez a lo profundo (Si en ‘Swiss Army Man’ nos encontrábamos con todo un festival de flatulencias y erecciones, en la cinta de Minihan está el momento tampón, escena que hará las delicias de los amantes de lo soez y lo grotesco. Llegados a este punto y aunque nos alejemos un tanto de la película de Minihan creo que es obligado recomendar una cinta como ‘Wetlands’ donde también nos encontraremos peculiares –aunque de forma distinta- uso de los tampones) a esta le falta esa magia y esa fuerza que poseen muchas de las escenas de la cinta de Kwan y Scheinert. Tampoco debemos dejar de lado la diferencia en la manera de mostrar la relación entre los protagonistas, es cierto que para Hank la llegada de Manny supone un soplo de aire fresco, una esperanza ante la situación en la que se encuentra mientras que para Molly la presencia de Smalls es una amenaza. La idea de la constante persecución a la que este somete a la chica hace imposible que el espectador no se acuerde de ‘The most slow murderer with the most inefficient weapon’ de Richard Gale, tanto es así que se podría establecer una comparación entre el titulo del cortometraje de Gale y la terrible lentitud e ineficiencia del zombi que persigue a Molly.

Pero ‘It stains the sands red’ falla a la hora de construir la historia ya que por momentos parece que la cohesión interna de la misma queda relegada a un segundo plano (Sin llegar claro a lo de Jeremy Slater y su guión para ‘Pet’ de Carles Torrens) para hablar de los sentimientos de Molly y la progresiva forma de cogerle cariño al zombi (Que también es persona…o bueno lo era) así como de su aceptación de los errores cometidos en su vida. Son múltiples las escenas que llamaran la atención de los espectadores por la poca coherencia del guión escrito por Minihan y Ortiz (Dos personas adultas son incapaces de acabar con la no-vida de un zombi lento, muy lento o que el muerto viviente que persigue incasablemente a la protagonista por todo el desierto sea incapaz de dar con su paradero cuando la tiene justo al lado).

Todo vale para construir una historia que hable de lo que Minihan y Ortiz quieren hablar y eso es algo que para la persona que escribe estas líneas no justifica la manera en la que estos han construido alguna de las escenas de su película. ‘It stains the sands red’ tiene otro pequeño problema y ese no es otro que el hecho de que aunque estamos ante una cinta de una duración ajustada, la parte final de la misma se hace demasiado larga. Minihan vuelve de manera recurrente a mostrar ciertas ideas, a alargar ciertas escenas y a dejar una escena final que como espectadores ya nos imaginábamos y donde no era necesario mostrar lo evidente lo que puede llevar a mas de uno a pensar que el director y guionista de esta película le está minusvalorando.

Con todo, con todos sus errores (Alguno de los cuales considero perdonables y otros como ya podéis imaginaros no), la cinta de Minihan me resultó tremendamente llamativa. No creo que esta sea, como dice el folleto del festival de cine fantástico de Sitges, una de las películas mas originales de los últimos años ya que ahí está ‘Swiss Army Man’ (Gracias a una herramienta como twitter podemos hacer cierta preguntas que de otra manera quedarían sin respuesta. Preguntados Minihan y Allen acerca de ‘Swiss Army Man’ estos reconocen abiertamente que todavía no han visto la cinta de los Daniels) pero si una cinta que se ve bien y que al menos a mi me entretuvo (Y eso que la vi como a las cinco de la mañana, después de ‘Seoul Station’ y antes de ‘Miruthan’ cinta india de muertos vivientes que de la única manera que se puede ver es con mas gente con ganas de reírse, divertirse y aplaudir el sin sentido rodado por  Shakti Soundar Rajan) que recomiendo y sobre la que creo que hay mucho, pero mucho que hablar.