Crítica: Star Wars: Episodio VIII - Los Últimos Jedi

Se ha hecho larga la espera, casi insoportable diría, pero tras treinta años ya tenemos la esperada secuela de ‘Spaceballs’ de Mel Brooks. Puede resultar extraño empezar a hablar así de ‘Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi’, pero el humor de algunas de las escenas de la película escrita y dirigida por Rian Johnson puede llevar a muchos espectadores entre los que me incluyo, a plantearse si por momentos está ante una entrega mas de la saga iniciada por George Lucas o ante una simple parodia de la misma. ¿Se ha intentado salvar la monotonía a la que parecía abocada la saga con ciertos, demasiados, toques de humor o simplemente a ‘Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi’ le ha ocurrido lo mismo que a ‘Liga de la Justicia’, que se ha ‘marvelizado’? Hay muchos elementos que han hecho que las opiniones acerca de esta película estén divididas y sin duda alguna este es uno de ellos.

Un viejo huraño, incapaz de asumir el peso de sus decisiones, enfrentarse a ellas y seguir adelante, se convertirá en la gran esperanza de la rebelión. Tras dar con su ubicación exacta, Rey, la chatarrera, irá a buscarlo al final de la anterior entrega para intentar convencerlo de que salga de su ostracismo voluntario. Tras una interesante escena inicial, esté será el verdadero punto de partida de una película que pivota alrededor de varias historias que se producen mas o menos en un mismo espacio temporal, que como no podía ser de otra manera se centran en diversos personajes y que por desgracia se siguen con desigual interés debido sobre todo a la mala construcción de alguna de ellas, donde parece que hay mucho de relleno y poco de garra, lo que hace que la película llegue a una duración, dos horas y media, que para muchos es del todo excesiva (Podemos dar gracias de que al menos a esta película no le precede el insoportable cortometraje que acompaña o acompañaba a la soberbia ‘Coco’).

Deus ex machina. Elemento usado principalmente en el teatro griego donde una grúa o una serie de poleas introducían a un personaje en el escenario para resolver un conflicto, una situación delicada o dar un giro a la historia. Esta idea que es utilizada por muchos autores de muy diversas maneras en todo tipo de obras parece ser recurrente cuando la historia entra en un punto muerto, en situaciones de difícil resolución o cuando simplemente el autor no sabe que hacer con lo que ha planteado. Johnson sienta cátedra acerca del concepto ‘Deux ex machina’ y su película debería ser estudiada y analizada cuando en los institutos se hable de él, ya que Johnson parece recurrir constantemente a esta idea para solucionar ciertas escenas y/o situaciones. Resulta sorprendente que lo más flojo de una película del autor de los guiones de cintas como ‘Looper’ o ‘Brick’ sea exactamente eso: El guión. Puede que la sombra de la Disney o de la tan temida Kathleen Kennedy sea demasiado alargada para que un autor desarrolle una historia como a él le gustaría (Ahí están los ejemplos de Colin Trevorrow, Phil Lord y Christopher Miller) pero que alguien como Johnson tenga que recurrir a ciertos trucos y fuegos de artificio resulta cuando menos decepcionante.

Pero si la sombra de la Disney o de la Kennedy es alargada, mucho mas lo son la de Darth Vader o incluso la de Darth Sidious. Reconozco que al menos yo me he empezado a reconciliar con Kylo ‘Paterson’ Ren, pero su aura de niño emo malcriado incapaz de superar sus conflictos internos hace que a día de hoy este no sea el gran malvado que necesita la saga. Snoke o incluso el general Hux parecen tener más carisma que el personaje interpretado por Adam Driver. Hemos de ser sinceros, el problema no es por culpa de la interpretación de Driver, actor que ha demostrado a lo largo de su carrera su solvencia para sacar adelante casi cualquier papel, sino del personaje en si mismo. A pesar del esfuerzo de Daisy Ridley por sacar adelante su Rey, la presencia de Mark Hamill acaba casi por relegarla a un preocupante segundo plano. Poe Dameron (Oscar Isaac) sigue con su socarronería a lo Ash en un personaje que va ganando peso especifico, y la presencia de Carrie Fisher te rompe directamente el corazón por la fragilidad que demuestra y lo que es peor, porque nos deja una de las escenas mas vergonzosas de toda la película.

Hay un poco de ‘Matrix’, de ‘Braveheart’ o incluso de Dickens con una velada crítica a ciertas clases sociales, de personajes cuya presencia es simplemente la de decir alguna frase para que aquello que va a ocurrir tenga sentido véase por ejemplo el color rojo o directamente recalcar lo que está pasando como si el público al que va destinada esta película le fuera difícil seguir su ‘complicada’ trama, tampoco debemos dejar de lado un clímax final del que se puede esperar mucho mas pero aún con todo la persona que escribe estas líneas se lo pasó genial viendo esta película. Se ha dejado la épica aparcada para centrase en el humor y la liviandad de la historia y esta película tiene errores, no es ni mucho menos perfecta pero entretiene y eso es lo que pido.

No vamos a volver nunca a sentir lo mismo que cuando siendo pequeños vimos las películas de la saga original y tampoco debemos olvidar que estamos ante la octava película de la saga (Sin contar ‘Rogue one: Una historia de Star Wars’, películas situadas en el universo creado por Lucas como ‘La aventura de los Ewoks’ o ‘La Batalla de Endor’ entre otras o diversas series de televisión), dejemos de lado que el guión no esté todo lo elaborado que nos gustaría, que haya tramas que no solo no aportan demasiado sino que además se puede considerar que rompen el ritmo y la línea general de la película o que ciertas decisiones tomadas por Johnson o la Disney nos parezcan mas que discutibles… dejemos todo eso y disfrutemos que para eso está hecha esta película. La mayor curiosidad que me despierta ahora ‘Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi’ es saber que opinará Simon Pegg de ella tras ‘reconciliarse’ con Lucas y su cameo en la anterior película. Y lastima que ‘Spaced’ acabara hace ya años…