miércoles, 1 de abril de 2020

Crítica: Kodoku: Mîtobôru mashin

“Kodoku: Mîtobôru mashin” (2017), es hasta ahora la última película de Yoshihiro Nishimura; uno de los cineastas más sobresalientes dentro del cine splatter japonés (mi favorito dentro de este subgénero). Si acaso su sólo nombre no te dice mucho, algunas de las películas que ha dirigido son “Tokyo Gore Police” (2008), “Vampire Girl vs. Frankenstein Girl” (2009), “Helldriver” (2010) y “Mutant Girls Squad” (2010), también es oportuno mencionar, unos cuantos de los tantos filmes en lo que ha estado a cargo de los efectos especiales, películas como “Suicide Club” (2001) de Sion Sono, “The Machine Girl” (2008) de Noboru Iguchi, “Shin Gojira” (2016) de Hideaki Anno y Shinji Higuchi, o el live action de “Shingeki no kyojin” (2015). De tal modo, un director y guionista, versado en el manejo de los efectos especiales, el maquillaje, diseño de producción, y modelos a escala, fanático de las ideas más delirantes y la sangre vertida a raudales. Para algunos el Tom Savini japonés.


“una ola de violencia y extremismo biológico, que increíblemente tiene coherencia, pese a lo absurdo de sus secuencias de combate”


Antecedentes. En el 2005 Yûdai Yamaguchi y Jun'ichi Yamamoto estrenaban “Meatball Machine” (aquí también participó Nishimura con los efectos especiales), el cual fue un remake de la película homónima de Yamamoto de 1999. Teniendo eso en cuenta, “Kodoku: Mîtobôru mashin” traducida como “Meatball Machine Kodoku”, al igual que sus predecesoras, es un filme que (si conoces “Tokyo Gore Police” sobrado decirlo) amalgama el cyberpunk de “Tetsuo, el hombre de hierro” (1989) con el gore más brutal, desafiando cualquier argumento biológico que la ciencia pudiese refutarle; y en esta ocasión, más que un remake o una secuela, Nishimura nos entrega un reboot, que en mi opinión, supera a las dos primeras películas (y al no estar relacionadas puedes no verlas). Como es de esperar, un disparate chorreante de sangre y despojos humanos, entreverados de metal y cables, pero, aunque lo dudes, con una coherencia (si es que se puede llamar así) poco vista en este tipo de películas, el diseño de los personajes es más profundo de lo que se esperaría, y el final, por absurdo que sea, goza de sentido (dentro de su excéntrica realidad).

Te cuento de que va. La película no sólo narra una invasión extraterrestre, sino también una historia romántica, y en resumen (ya me entenderás), es la materia prima de un infocomercial. Teniendo como punto de partida la vida de un cobrador de deudas que ronda los 50 años, solitario y presa de los abusos y humillaciones del mundo. Su familia, su jefe, incluso la joven por la cual se siente atraído, parecen aprovecharse de él; como si no fuera suficiente, es diagnosticado con cáncer. Agotado, inculpado, robado y sin esperanzas, su vida sufre un cambio cuando, para desconcierto de la población, una especie de domo de cristal cubre el área y un grupo de necroborgs toma el control, incrustándose en el cerebro de las personas, pequeños alienígena que gobiernan cada cuerpo como si de una máquina de guerra se tratara, transformándoles en entidades de carne y acero, con el único objetivo de combatir entre ellos a muerte y eliminar a la mayor cantidad de humanos no dominados. ¿Es el fin de la humanidad o una segunda oportunidad para nuestro protagonista? Quizá lo segundo, ya que ha logrado sobrevivir al ataque gracias al cáncer que le invade, y junto a un comando especialista en artes marciales, lucharán por la tierra.


“a la sangre falsa se añade sangre digital (reduciendo un poco la calidad del Serie B), pero se deja apreciar muy bien gracias a la edición y a las coreografías”


Para quienes ya conocemos el cine de Nishimura, en esta ocasión adopta un enfoque diferente, más dosificado, ya que emplea los primeros 25 minutos en el desarrollo de sus personajes, sin derramamiento alguno de sangre. Tiempo que también emplea en parodiar algunas tendencias de la sociedad contemporánea, no sólo japonesa, como los cultos religiosos, la relación entre jefe y empleados o lo sencillo que es difamar a alguien (y creerlo, finalmente es tan fácil asumir lo peor de alguien). Establecido ello, da inicio la invasión, a su paso, una ola de violencia y extremismo biológico, que increíblemente tiene coherencia, pese a lo absurdo de sus secuencias de combate y a la calidad del cine Serie B.

Así tenemos de pronto a un monstruo disparando balas de sus enormes pechos, cabezas decapitadas y usadas casi como chacos, gritos de agonía entre una lluvia de sangre y jirones de carne, niños destazados, o un acosador de mujeres con ruedas incorporadas corriendo a toda velocidad por las calles mientras ríe como un loco. Tal vez, en algún punto estas secuencias parecen que se estiran de más, pero... al menos a mí no me incomodo ni dejó de divertirme.


“si bien creo que su visionado es obligatorio para aquellos que disfruten del cine japonés más bizarro, también podría serlo para el cinefilo no tan acostumbrado”


En cuanto a su factura técnica, a la sangre falsa se añade sangre digital (reduciendo un poco la calidad del Serie B), pero se deja apreciar muy bien gracias a la edición y a las coreografías, con todo y lo complicado que debe ser dotarle algo de agilidad a sus aparatosos híbridos humano-aliens. Sobre la actuación, en este tipo de películas es lo menos importante, no obstante, Yôji Tanaka como el personaje principal, lo hace bien dentro de lo que cabe, su personaje logra expresar angustia y deseo. El resto, cumple con lo suyo, desde la caricatura de Jackie Chan a la inocente mujer en peligro mostrando los senos, pasando por el líder religioso que ve en cada feligrés un cheque. De manera anécdotica, para quienes gustan de estas películas, posiblemente les agrade ver el cameo de Eihi Shiina (la recordarás de películas como “Vampire Girl vs. Frankenstein Girl”, “Tokyo Gore Police” y “Audition” de Takashi Miike), aquí, el agente clave que orquestará esta matanza.

Lo interesante... espero no equivocarme, es que, si bien creo que su visionado es obligatorio para aquellos que disfruten del cine japonés más bizarro, también podría serlo para el cinefilo no tan acostumbrado y que desee tener un primer acercamiento; podría ser esta película ideal para él, ya comentaba, es la más “accesible” de este tipo... según yo. Y obviamente, si este tipo de ejercicios delirantes y “sin sentido” no son lo tuyo, ni te acerques.


2 comentarios:

Oscurifer dijo...

No la he visto pero definitivamente quiero tener esta película en formato físico, acabo de leer la crítica y enseguida me he metido en amazon para comprarla pero ... no ha podido ser, no existe ninguna versión con español, únicamente se puede conseguir en inglés y alemán, que rabia !!!

Andrea Catástrofe dijo...

Tienes razón :/
En mi caso, la vi con subtítulos en inglés.

Hace años, hace más de 10 años... :P Me pasaba lo mismo y me frustraba tanto que terminé aprendiendo inglés; y es que si es un problema, hoy día la mayoría están subtituladas al español, pero siguen habiendo unas cuantas que no o tardan los siglos en subtitularse.

¡Ni hablar!

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