NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE UNO DE LOS TÍTULOS INJUSTAMENTE EN LA SOMBRA DE UN ILUSTRE DEL TERROR CLÁSICO COMO TOD BROWNING
A la hora de abordar la historia del cine fantástico, Tod Browning se configura como una figura de ineludible relevancia. Sin embargo, frecuentemente su obra es reducida al extraordinario impacto que dos de sus películas tuvieron para el canon de cine de género: por un lado, a “Drácula” (1931) se le concede, a menudo, la consideración de ser una de las películas más relevantes del universo de los monstruos clásicos. Por otro lado, el impacto que “Freaks” (1932) tuvo en los circuitos críticos y su revalorización posterior se ha constituido como un ejemplo de las dinámicas culturales que operan en la clásica dicotomía cine de género/cine de autor (o alta y baja cultura) y el estatus que el cine de género más subversivo ha ostentado en los circuitos cinematográficos, unas dinámicas que afectaron de lleno a la carrera del director.
“constituye un ejemplo significativo de los intereses temáticos y estilísticos que recorren la figura de Tod Browning”
En este contexto, “Muñecos infernales” (1936) cae a menudo en un injusto olvido cuando se habla de la figura de Tod Browning: su penúltima película no tuvo el impacto de “Freaks” ni cosechó las excelsas críticas de “Drácula”, pero sí constituye un ejemplo significativo de los intereses temáticos y estilísticos que recorren la figura de Tod Browning. Merece la pena, por tanto, una revisión de una película a menudo omitida cuando se habla del director.
La película cuenta la historia de Paul Lavond (Lionel Barrymore), un hombre de negocios que acaba en la cárcel tras ser víctima de un complot tramado por sus socios y dos banqueros. Cuando consigue escapar, Paul acaba en casa de una pareja de científicos, Toto y Malita (Frank Lawton y Rafaela Ottiano, respectivamente), que trabajan en un curioso experimento: empequeñecer organismos vivos para salvar al planeta de la futura sobrepoblación y la escasez de recursos. Cuando comienzan a probar con seres humanos, Paul verá una oportunidad para usar el experimento a su favor y ejecutar su venganza.
“quizá no sea su obra más brillante. Nunca recuperado del tratamiento que crítica y público otorgaron a Freaks, Browning exploró sus temas habituales”
Basada en la novela Burn, Witch, Burn (Abraham Merritt, 1932), “Muñecos Infernales” fue la última aproximación del director al terror/ciencia ficción, y quizá no sea su obra más brillante. Nunca recuperado del tratamiento que crítica y público otorgaron a “Freaks”, Browning exploró sus temas habituales (la adaptación de la estructura de los cuentos de hadas al universo adulto, la ambigüedad moral de personajes condenados a habitar los márgenes de la sociedad, la contraposición entre la apariencia física y el interior de los personajes, etc) desde un enfoque más cercano a la ciencia ficción donde fundamentalmente destacan los efectos visuales (más de veinte años separan “Muñecos infernales” de la película de Jack Arnold “El increíble hombre menguante” (1957), y el avance de los efectos visuales es casi imperceptible).
Una inclinación más evidente por el melodrama que en sus dos películas de género anteriores (especialmente palpable en el cierre de la película, en el que las convenciones genéricas del melodrama se hacen más evidentes en forma de diálogo entre padre e hija) y tres escenas concretas que sorprenden por mantenerse en buena forma en lo que a la construcción de la tensión se refiere: teniendo en cuenta que la película resulta a ratos ingenua y empalagosa (especialmente vista hoy en día y teniendo en cuenta la naturaleza transgresora de “Freaks”), tanto la escena del robo de las joyas, las escenas finales del personaje de Malita y las últimas escenas de los socios de Lavond, pueden ser fácilmente consideradas entre dos de los mejores momentos de la filmografía del director, donde se advierte el buen hacer del cineasta.
“el personaje interpretado por Ottiano, con esa fisicidad de referencias a los días de oro del cine mudo, la convierten en un personaje atemporal y difícil de olvidar”
Del mismo modo, la película se apoya en dos interpretaciones excelentes: por un lado, la brillantez de Barrymore consigue que su personaje vestido de mujer no caiga en el ridículo más espantoso. Por otro lado, el personaje interpretado por Ottiano, con esa fisicidad de referencias a los días de oro del cine mudo, la convierten en un personaje atemporal y difícil de olvidar (la hipótesis de que sea uno de los primeros personajes femeninos asociados a la figura del mad scientist no es para nada desdeñable), constituyéndose, ambos personajes, como uno de los elementos más destacables de la película.
De esta manera, y a pesar de alejarse de la brillantez de las obras anteriormente mencionadas (y de otras como “The Unknown” (1946), en mi opinión su mejor película), “Muñecos Infernales” contiene grandes momentos reivindicables de la filmografía de Browning, donde aún se aprecia tanto su interés por el género de terror como su capacidad para construir un universo propio plagado de creatividad.
4 comentarios:
Un clásico sin duda, hace poco la volví a ver y me volvió a sorprender, además los efectos especiales son estupendos y adelantados a su tiempo. Gracias Nellie Vance por recordarnos este tipo de joyas.
Hola Nellie! Sin dudas The Unknown es su mejor película!! Ahora bien, si tuviera que elegir otras dos de Browning, me llevo Muñecos infernales y Freaks, con el permiso del Drácula mas relevante de la historia del cine.
Un placer chicos! gracias por leer :)
Alonzo! yo me llevo antes Drácula que esta, la verdad, pero lo de Freaks no te lo discuto ;)
Acabo de ver “THE UNKNOWN”, creía que la tenía vista pero estaba equivocado. Una desgarradora historia de amor, me ha gustado mucho.
Publicar un comentario
¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.