domingo, 21 de enero de 2018

Crítica: La Guerra del Planeta de los Simios

Matt Reeves es hoy, si hablamos en clave de fantástico, uno de los cineastas de nueva hornada más sólidos que puede ofrecernos Hollywood y un tipo, que ha sabido leer y adaptarse a cada momento concreto del negocio, sacando partido primero de la fiebre del found footage, de los remakes después y que ahora, parece que se subirá también al carro de los superhéroes dirigiendo la nueva película de Batman. Tras su espectacular debut con “Monstruoso” (“Cloverfield”, 2008), el cineasta no solo se atrevió con uno de los remakes más arriesgados de cuantos se hayan hecho en estos últimos años de vorágine: “Déjame Entrar” (“Let me In”, 2010), sino que también vivió para contarlo y para sorpresa de muchos, con nota. Hace tres años, se enrola en la nueva trilogía de la mítica saga de “El Planeta de los Simios” que fuera poco menos que cultura popular allá por finales de los sesenta, principios de los setenta y que a día de hoy, sigue sustentada por auténticas legiones de seguidores, cogiendo el testigo de Rupert Wyatt y su “El Origen del Planeta de los Simios” (“Rise of the Planet of the Apes”, 2011).

Reeves regresa tres años después para escribir un capítulo más en esta segunda edad de la franquicia de los simios. “La Guerra del Planeta de los Simios” (“War of the Planet of the Apes”, 2017) significa un nuevo paso evolutivo (al menos a medias) dentro de una saga construida fundamentalmente hasta la fecha (y me refiero específicamente a las nuevas entregas y obviando la cinta dirigida por Burton en 2001, que daría para otro debate propio) sobre dos elementos fundamentales, la emotividad y la espectacularidad. A estas alturas de la película, hablar del nivel técnico y artístico de estas nuevas películas de los simios, sería llover sobre mojado. Se sobreentiende, por más que uno no deje de asombrarse entrega tras entrega, con sus maravillosos efectos especiales que ponen en entredicho, las muchas pestes que solemos echar siempre los amantes del fantástico sobre los controvertidos efectos digitales.

No cabe duda, de que tanto “El Origen...” como “El Amanecer...”, han sabido sacar el máximo partido de toda esta potencia de fuego, obsequiando al espectador con sendos espectáculos donde la pirotecnia y los excesos visuales, nos recordaban el porqué la gente se sigue dejando los cuartos en esto de los blockbusters, por más que luego de cara a la galería, siempre los pongamos en entredicho. Pero ojo, que Revees ya ha demostrado que es un tipo que sabe de esto y que maneja muy bien los tiempos, por lo tanto, seguir exprimiendo la misma fórmula una tercera vez, podría traducirse en un peligroso ejercicio de funambulismo. Al menos, en lo que respecta a seguir cimentando el éxito sobre los cimientos del espectáculo puro y duro, ya que si en algo es continuísta esta nueva entrega, es en su mimo hacia el reverso más emotivo del relato y en su búsqueda ilimitada de ganarse al espectador por el corazón. Dicen que hacer llorar es muy fácil, que lo difícil es hacer reír y “La Guerra del Planeta de los Simios” consigue ambas cosas, si bien está claro que lo primero sigue siendo a día de hoy y dentro del marco de la franquicia, apostar a caballo ganador.

Una vez más, la simpleza del guion se disimula bajo un montón de tretas sentimentalistas que nos tienen distraídos gran parte del tiempo, mientras nuestra concepción de la saga original cambia radicalmente en proporción y de manera exponencial, entendiendo cada vez más al mono, y despreciando cada vez más al hombre. A día de hoy, algunos difrutaríamos viendo sufrir al bueno de Charlton Heston, y no por republicano (que también), sino por hombre. Esta es a mi juicio, una de las grandes aportaciones que ha hecho, más allá de sus varias horas de incuestionable entretenimiento, esta nueva tanda de películas a la franquicia en su conjunto.

La película, como digo, sigue jugando a buscar la lágrima fácil del espectador, tal y como hicieran las dos anteriores. A mi juicio, en exceso, pero no cabe duda de que la fórmula ha funcionado y ha funcionado muy bien. Pero, es cierto que esta nueva entrega se desmarca en parte de las dos anteriores en otros aspectos, lo cual, siempre es de agradecer para aquellos que no entendemos el blockbuster tan solo como un entretenimiento de usar y tirar. La nueva película de Reeves no inventa nada a nivel argumental, de hecho, diría que es la menos interesante de las tres en este sentido, pero si es cierto que en su primera mitad, aboga por una profundidad a nivel de personajes y de tratamiento de la trama, que no se había visto hasta la fecha, acercando la aventura a los terrenos del western de nueva cuña, ese cine introspectivo, críptico incluso que hemos podido ver en muchos títulos del denominado neo-western. Reeves homenajea a dicho género tanto en fondo como en forma y lo viste con una de las partituras más brutales que he escuchado últimamente (por supuesto la mejor de la nueva saga con diferencia), donde Michael Giacchino , otro de los pesos pesados del momento en lo suyo, firma uno de sus mejores trabajos. Absolutamente espectacular. Esta primera mitad de película, es lo mejor que ha visto la franquicia con permiso de la película de 1968, claro está. En ella, la historia, muy justita una vez más (como no podía ser de otra forma estando Mark Bomback de por medio), pasa a un tercer plano y todo el protagonismo es para los personajes y su relación no solo entre ellos, también con el escenario. Hablamos de una primera hora de metraje, salvando el necesario prólogo “vende entradas”, absolutamente hipnótico.

Pero como dije, la evolución planteada por Reeves para esta tercera parte, se ha quedado a medias. Todo lo ganado en la primera mitad, se pierde en buena medida en una segunda que si bien en níngún momento se entrega en cuerpo y alma al espectáculo de sala comercial, si cae en los tópicos y clichés tan habituales en el cine de Hollywood, en este caso, “remakeando” para la ocasión una fórmula no precisamente nueva en esto del cine en la que podríamos cambiar a Cesar, nuestro sufridor simio favorito por el gran Robert Reford transportando pedruscos en el patio de la cárcel y poca cosa cambiaría. Para colmo le sumamos a un villano como menos, cuestionable, como es el interpretado por un Woody Harrelson al que cuesta tomarse en serio fuera de su zona de confort habitual y al que sin duda, el personaje de antagonista humano, le queda pelín grande.

Esta segunda mitad de filme si bien en ningún momento se hace aburrida, sí pierde toda la frescura inicial y nos transporta a terrenos tan transitados ya, que invitan al espectador a poner el piloto automático hasta el esperado final, que tampoco nos depara más sorpresas de la cuenta, por no decir ninguna. Por supuesto, dejar la puerta abierta a que la industria pueda seguir sacando tajada de una franquicia tan rentable como está siendo esta y en la que anticipo y dejadme hacer un poco de pitoniso, que no tendremos a Mat Reeves cerca de nuevo. El desenlace final, por supuesto, hace bueno aquello de “morir con las botas puestas”, siendo fiel, muy fiel, a la fórmula que ha convertido a esta nueva reimaginación del universo bélico entre simios y humanos, en uno de los negocios cinematográficos más rentables de los últimos años.

Lo mejor: Su primera mitad, todo un homenaje de Reeves al glorioso género del western, la espectacular banda sonora, una vez más, su impecable apartado visual y el personaje de Bad Ape "interpretado" por Steve Zahn, tan gracioso, adorable y entrañable que termina dando asco.

Lo peor: Una segunda mitad muy poco inspirada, un Woody Harrelson que no da la talla como villano en ningún momento y una vez más, su amplio repertorio de efectismos sentimentaloides.


8 comentarios:

Victor dijo...

Pues más o menos comparto tu visión sobre este film. Eso no quita para que estemos ante una de la mejores trilogías que recuerdo de las últimas décadas.
Un saludo

Missterror dijo...

Pues me hace ilusión ver "La guerra del planeta de los simios" por aquí con una crítica que le hace justicia, porque en su momento llegué a oír auténticas barbaridades que sigo sin comprender. Personalmente es mi secuela favorita y lo es precisamente por lo que comentas, porque en lo que realmente destaca no es en la parte más aplaudida desde el punto de vista blockbuster, como pueden ser las batallas, las huidas, o los momentos de enfrentamiento humano-simio, sino por la relación entre los únicos personajes que a mi me importan, que son los simios. Ese camino a ninguna parte entre Cesar, Maurice, Rocket y Luca es una maravilla y la entrada en escena de Nova y "Simio Malo" (el bad ape que tú llamas) es la guinda del pastel. por mi, como si no sale ni un humano en toda la película, no les necesitaba para nada. Yo estuve tan absorta con los impresionantes efectos digitales de los simios, los paisajes, la banda sonora y toda esa nostalgia que se podía masticar, que cada vez que salían Woody Harrelson y los americanos de pro haciendo el canelo, me cortaban todo el rollo.
Está claro que este tipo de películas están pensadas para que los buenos sean muy bueno y los malos muy malos, que no tengas que darle mucho al coco, pero es cierto que tocan la fibra sensible con una facilidad tremenda y te dejas llevar por completo a esos parajes nevados.
Simio malo tiene mi corazón para siempre. SPOILER (por si acaso), a partir de ahora supongo que la historia la veremos a través de los ojos de Nova, que será quien corte el bacalao. A ver si no terminamos odiándola a ella también...

ha sido leer lo de Robert Redford transportando piedras por el patio de la cárcel y ponérseme los pelos de punta inmediatamente. Qué buena "La última fortaleza", pero mejor aún "Brubaker" :)

Saludos.

El Rector dijo...

Víctor, para mi no al nivel de las grandes trilogías de nuestro tiempo, pero desde luego, muy cerquita del notable, lo cual no es moco de pavo, sobretodo viendo lo que pasó cunado Burton intentó hacer sonar la flauta.

Missterror, los blockbusters o películas que se exhiben en salas de cine (y hablo del género fantástico) suelen ser criticadas por sistema, por eso hay que tomarse siempre según que opiniones con suma cautela. Esta nueva trilogía simio, si por algo se ha caracterizado es por su escasa capacidad por salirse del tiesto (para lo bueno y para lo malo), así que esa difícil salir decepcionado a poco que te vaya el royo.

Para mi, la mejor de las tres.

Saludos.

P.D: Si adoro el western moderno, ni te cuento sobre el cine carcelario... "Brubaker" es canela fina y la lista de grandes películas de cárceles, es también obscena... aunque complicado superar a la última ;)

Spupydo dijo...

Peliculon y la mejor de la trilogia(cosa dificil de lograr ya que las 2 primeras fueron geniales)sin dudas. Un broche de oro a una de las mejores sagas de ciencia ficcion reciente que sabe mezclar con maestria puro espectaculo, sentimientos y personajes que importan de manera natural y sin que ninguna cosa opaque a la otra. Una de las mejores trilogias de la historia.

Donnie dijo...

La verdad es que no esperaba gran cosa de esta película y he de reconocer que me encantó. Tal y como dice El Rector, la primera mitad de la película con ese tono a lo wester de toda la vida es simplemente soberbio si a eso le sumas la grandisima banda sonora ya, la película de Reeves ya nos ha ganado a muchos.

Es cierto que la segunda de la película no está a la altura de la primera, creo que al final todo resulta un tanto forzado y precipitado para llevar a la historia donde se quiere y justificar que está cinta va antes de la saga original. Con todo la disfruté enormemente y creo que esta trilogia era lo que la cinta de Franklin J. Schaffner merecía (Y eso que a mi la segunda parte no me convence demasiado) y no el bodrio que perpetró Tim Burton hace ya unos años..

Un Saludo!

Donnie

El Rector dijo...

Spupydo, quizás lo de una de las mejores trilogías de la historia, se me queda algo grande, pero desde luego y ya con tres películas a sus espaldas, el resultado global de esta nueva saga moderna, ha sido mucho mejor de los esperado y en lo personal, que tampoco daba mucho por ella, una gratísima sorpresa.

Donnie, imposible resistirse a ese spaguetti-simio que nos regala Reeves en la primera mitad. Demasiado grande como para tenerle en cuenta una segunda mitad un tanto descafeinada que bueno, afea un poco el resultado final, pero nada que no se pueda perdonar, por más que los tópicos y Woody Harrelson pongan de su parte.

Saludos.

P.D: Y eso que Burton contó con un activo que ni Rupert Wyatt ni Mat Reeves soñaron: Tim Roth. Y ni con esas le dio.

Gustavo dijo...

Hola a tod@s.

Coincido con el análisis del Rector. La película comienza con un gran nivel y va decayendo hasta llegar al final. Por ese motivo la considero la peor de la saga. Los efectos especiales son muy buenos pero el argumento decae tanto que no logra mantener mi atención. El final era muy anunciado y por ese motivo los últimos tramos de la película se me hicieron eternos cosa que no me pasó con las anteriores. En cuanto a la de Burton es muy de su estilo por lo que a aquellos a los que les agrade su forma de filmar la disfrutaran más allá de tratarse del planeta de los simios.
En síntesis me pasó lo mismo que con la trilogía de Nolan sobre "Batman". Siendo tan buenas las dos primeras su conclusión en la tercer entrega me dejó sabor a poco.
Saludos.

El Rector dijo...

Felix, coincidimos a medias pues, pues para mi, es la mejor de las tres, jeje. Pero si es cierto que las dos películas anteriores van claramente de menos a más, mientras que en esta última, la tendencia es justamente la contraria, lo cual puede contribuir a que uno tenga esa sensación. Yo mismo la terminé con sensaciones enfrentadas y en caliente no lo tenía tan claro. Una vez reposada si me posiciono en verla como la mejor de las tres entregas, ya que en ninguna de las anteriores he visto momentos tan notables como los que nos depara la primera mitad de "la Guerra...".

Yo soy muy fan del cine del Burton de los noventa y entendida como algo fuera del universo de la saga de los simios, no te digo que no de para un rato entretenido, pero si te metes en una franquicia como esta, por muy Burton que seas, tienes que respetar ciertas esencias con respecto a la obra original y no creo que su película lo consiguiera en ningún momento. Yo en lo personal, salí MUY decepcionado en su día de la sala de cine y posteriores revisionados, no han ayudado precisamente ha hacerme cambiar de opinión.

El "problema" de "Dark Knight Rises", es que las dos anteriores son dos obras maestras de semejante grandeza, que hacer sonar la flauta una tercera vez, era misión imposible, incluso para Nolan. No obstante, me parece una gran película, estando como bien comentas, un peldaño por debajo de las anteriores.

Saludos.

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