La idea originaria de "Teeth" era francamente interesante y atrevida, llevar a la pantalla el mito de la vagina dentada era una apuesta bastante original, con permiso por supuesto, de la oriental "Killer Pussy". Desgraciadamente, "Teeth" poco tiene que ver con la cinta de Takao Nakano, donde lo explícito se convertía en algo cotidiano, dando forma a una excelente película de porno/gore realmente cautivadora, pues Mitchell Lichtenstein a optado por darle otro enfoque a la historia, plasmando una película mas cercana a la comedia adolescente que al cine de terror, dando como resultado un filme demasiado "light" y poco substancioso.
Pese a todo, el inicio es realmente prometedor, donde después de la divertida y esclarecedora escena inicial donde vemos a la pequeña Dawn "jugando" con su hermanastro, nos introducimos de pleno en la enfermiza mentalidad de las gentes del lugar (que aunque pueda parecer increíble, es algo totalmente normal en muchas zonas de estados unidos, posiblemente la sociedad mas hipócrita sobre la faz de la tierra), donde la joven Dawn, expone sus grotescas teorías sobre el sexo a un grupo de entregados niños que repiten sus palabras cual secta cristiana, esta es sin duda alguna la parte mas terrorífica del filme, y donde "Teeth" consigue ponerle a uno los pelos de punta, y que parece ser una clara invitación a el festival de sangre y humor corrosivo que se le presupone a un filme de estas características que desgraciadamente nunca llega.
El desarrollo es decepcionantemente repetitivo, donde veremos a la jovencita Dawn enfrascada en una sucesión de repetitivas secuencias "sexuales" de idéntico resultado, penes cortados, algún salpicón de sangre y una lamentable obviación de lo único que estamos deseando ver, que no es otra cosa que esa vagina con dientes, que no veremos en ningún momento, con lo que el filme pierde por completo ese presumible toque bizarro que debería tener.
Sabiendo ya que no estamos ante un filme gore, lo que nos queda entre manos es una comedia muy descafeinada, con un sentido del humor demasiado inocente y mas cercano a una serie para adolescentes que para un público ávido de emociones fuertes, desgranando los minutos de la película sin nada demasiado interesante que destacar, únicamente la buena actuación de su protagonista, Dawn, interpretada por la actriz Jess Weixler, que nos ofrece un trabajo bastante convincente, y a John Hensley, que da vida a su hermanastro Brad, conocido por su participación en la serie "Nip/tuck" y al que también hemos podido ver en el reciente "remake" de "Shutter", protagonizando ambos la única escena gamberra del filme.
En definitiva, toda la expectación que había despertado esta película se queda en nada después de su visionado, un trabajo excesivamente conservador que ni sorprende ni engancha en ningún momento y que tan solo consigue mantener el interés gracias al buen hacer de su protagonista.
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