Crítica: Una Pandilla Alucinante

Si “Una pandilla alucinante” (The Monster Squad, 1987) se hubiera estrenado en esta época tal vez los monstruos con los que nuestros jóvenes protagonistas se enfrentarían serían Jason, Freddy Krueger, Michael Myers, Caracuero y Ghostface. Fue la década de los ochenta, es la época de las pandillas de adolescentes protagonistas de cintas para toda la familia, cuyo máximo representante son “The Goonies” (1985) de Richard Donner. Fred Dekker (“El terror llama a su puerta”, 1986) a la dirección y en el guión junto a Shane Black realiza una de las cintas de aventuras fantásticas adolescentes más míticas.

Los habitantes de una pequeña y pacífica ciudad se ven alterados por la llegada de un extraño personaje y por sus no menos extraños acompañantes, quienes están decididos a encontrar, sea como sea, un amuleto que controla el equilibrio entre el bien y el mal. Cada cien años las fuerzas del mal desafían a las del bien, y éste es el año...

El mal lo representa toda la evolución ofrecida por el cine de terror de la Universal que aglomera desde “Drácula” (1931), de Tod Browning a dúo con Frankenstein hasta la presencia de la Momia, el Hombre Lobo y el monstruo de la laguna negra. También podemos ver fugazmente a tres vampiras. Todo un ejército liderado por el Nosferatu en busca del amuleto que décadas antes perdió en su castillo a manos del Dr. Abraham Van Helsing. El realizador muestra su amor por los clásicos y amante de los cómics confeso como “The Tomb of Dracula” consigue agrupar por vez primera en una película los monstruos clásicos más importantes, aunque en el fondo los personajes los dote de una pobre caracterización espiritual; y eso los hace planos. Tal vez, quien se salve sea el Hombre Lobo y Frankenstein. En el caso del segundo, Dekker se toma la libertad de cambiar la escena de la niña de las flores y el monstruo al borde del lago de “El doctor Frankenstein” (1931). Aquí la niña no es lanzada al agua por la inocente criatura, sino que se convierte en la inseparable amiga del monstruo.

El bien es la Pandilla del Monstruo, como se hacen llamar, por ser fieles –especialmente su líder- seguidores de las películas y los cómics de terror clásico, cuya base es una casa de madera sostenida en un árbol. Encantadora y heterogénea cuadrilla de chavales que deberán luchar por conseguir el amuleto antes que los monstruos. Influenciado por la banda de los gonnies, en el grupo encontramos al líder, al niño gordo tontorrón, al bocazas, al chico rebelde guaperas (mayor que los demás), a la hermana pequeña del líder metomentodo y a la algo superficial hermana mayor del bocazas falsamente virgen. Además, se les une el llamado Ogro Alemán, un vecino anciano alemán y algo extraño que termina siendo el componente que falta en la pandilla. Este personaje es muy importante para la historia porque puede leer el pergamino escrito en su lengua nativa y a través de éste el realizador hace alusión al nazismo. El anciano había sido víctima de fanatismo nazi, un monstruo muy real, y por tanto no le cuesta creer a los chavales cuando le reclutan para acabar con unos monstruos muy ficticios. La puerta a otra dimensión que acabará con los monstruos se abre con la ayuda de un pergamino en alemán en un ceremonial cuyas frases en él escritas deberán ser pronunciadas por una virgen.

La confrontación entre adolescentes y monstruos se contrasta con otra confrontación permanente entre el mundo de los adultos (padres y profesores) y el de los adolescentes; antagonismo entre realidad y fantasía, pero no excluyente con la incorporación del viejo llamado el Ogro Alemán como ayudante de la pandilla. Este personaje es el nexo entre ambos mundos y es a partir de él cuando los monstruos empiezan a hacerse visibles para los adultos, antes incrédulos frente a la existencia de este tipo de criaturas. Otro personaje que se une al grupo es Frankenstein. Sorprendentemente el monstruo desobedece a su amo, el conde Drácula, quien le ordena matar a los niños y nos ofrece una imagen inocente de este ser. También es verdad que en el film de Whale el monstruo era igualmente amigable aunque su inocencia condujera en esta cinta a la tragedia.

La necesidad que sea una virgen (símbolo de pureza e inocencia) quien realice el ritual que desterrará a los monstruos nos hace reflexionar sobre la idea del abandono de la infancia para dar paso a la edad adulta en la que no tienen cabida los monstruos de la fantasía, aunque si por desgracia otros monstruos más reales (los nazis, por ejemplo).

Las influencias son muchas y siempre desde el respeto, la ternura y la nostalgia crónica que la hacen, junto a la gran factura técnica, una película de culto. A parte de los monstruos clásicos de la Universal y una pandilla de niños parecida a los gonnies, ya en el inicio de la película, cuando Val Helsing –en el pasado- asalta ballesta en mano el castillo del conde vampiro, montado sobre escarpados riscos, para abrir un agujero que aspira a las criaturas que habitan la fortaleza, se nos presenta un ambiente propio de muchas películas de la Hammer. La escena de los cadáveres surgiendo de debajo del suelo del castillo, cuando una virgen lee el pergamino junto a Val Helsing, nos evoca al clímax de la escena de la piscina en “Poltergeist: fenómenos extraños” (1982). De hecho, la sombra de la filmografía de Spielberg, por otra parte, está muy presente. Lo vemos en el retrato de Dekker de la unión familiar ante la adversidad que realiza en este film.

En la película también apreciamos detalles curiosos como el coche funerario que conduce Drácula, un vehículo típico de “La familia Monster” (1964). Por otro lado, la reunión de los monstruos salidos de la nada y comandados por Drácula nos recuerda a esos dúos de algunas películas de la Universal Studios. La diferencia es que aquí no luchan entre ellos sino que se unen con un fin común.

No se explica porque se reúnen pero el espectador puede intuir que Drácula los ha citado para que les ayude a rescatar el amuleto. Frankenstein duerme en un ataúd que transporta Drácula. El hombre lobo es un hombre que pide a la policía que lo encierren porque descubre que es un monstruo. La momia escapa de un museo. Y el monstruo del pantano despierta de las profundidades.

Otro guiño nostálgico del director lo encontramos al final de la película cuando aparecen jeeps y tanques del ejército de forma oportuna pero siempre inútil llegada, como nos tenía acostumbrados el cine americano de ciencia ficción de los años cincuenta.

Las referencias dan pie a la complicidad con el espectador que se consigue desde el primer fotograma. Comedia, aventuras y terror. Entretenimiento a la altura de “Gremlins” o “Exploradores”. “The Monster Squad” combina adolescentes y monstruos con carisma en la simpleza de la propuesta, sin pretensiones alguna, y siempre ofreciendo entretenimiento en estado puro, fiel ejemplo de una brillante época, única y maravillosa que nunca volverá, por lo menos en su espíritu.

LO MEJOR: Entretenimiento eterno para toda la familia con elementos perfectamente sincronizados (buen guión, excelente ambiente, comedia juvenil, terror amable) con respeto y nostalgia que reúne por vez primera alguno de los míticos monstruos clásicos en una misma película.

LO MENOS BUENO: Casi todos los monstruos son bastante planos, así como algún otro personaje.