Crítica: ATM

Tres compañeros de trabajo acaban atrapados en un cajero automático mientras son acosados por un psicópata…¿Pues no va a ser que me han vendido el cuento de Los tres cerditos y el lobo feroz como algo nuevo?, ¿Pero tan mal estamos por Hollywood que ahora les da por plagiar los cuentos infantiles de toda la vida?

Todo comenzó cuando un domingo por la noche, me dispuse a elegir una película que ver. Después de descartar unas cuantas candidatas, me decanté por “ATM”, ¿por qué? pues porque se veía de puta madre, porque recordaba que cuando hablé de ella en el blog no me pareció una mala propuesta, y sobretodo porque recordaba que su guionista era Chris Sparling, el mismo de “Buried” de Rodrigo Cortés, es decir, un hombre con buenas referencias que ya tenía experiencia en esto de encerrar a gente en lugares poco espaciosos.

No me voy a andar por las ramas, “ATM” es un thriller simplón y aburrido que lo único que ha sabido hacer es aprovechar el tirón de otras películas protagonizadas por un grupo de personas que se quedan atrapadas y son víctimas de algún homicida, véase por ejemplo cualquiera de la franquicia “Saw” o “La Trampa del Mal”. La película del debutante David Brooks acaba siendo como uno de esos chistes en el que se juntan un alemán, un francés y un español, sólo que aquí tenemos a dos tíos que son lo más cobarde que he visto jamás en una película, y a una tía que es más inútil que hacer girar el cuadrado en el tetris, así que viendo interactuar a semejantes personajes, poco me faltó para comenzar a sacar espuma por la boca y provocar un brote de rabia en el edificio.

En “ATM” (siglas de: “A Toston Movie”) todo falla, el guión es tan simple que me resulta difícil hablar de ella sin hacer spoilers, lo curioso es que si habéis visto el tráiler, ya habéis visto el 90% de la película, la cinta es predecible, y creo que a estas alturas de la vida, todos sabemos lo que ocurrirá con ese policía que, ignorando gritos y señales, se acerca al lugar para saber que pasa ¿no?, lo hemos visto miles de millones de veces. Es como si el guionista hubiera tenido bien claro, cómo quería comenzar la historia y como quería acabarla, pero hubiera ido improvisando el resto, echando mano del manual del cliché.

Las actuaciones tampoco es que destaquen, no pasan de normalitas, entre ellos tenemos a una insulsa Alice Eve, a la que veremos en breve junto a John Cusack en “The Raven” (esperemos que en una actuación un poco más espléndida). En general ninguno de los personajes consiguió despertarme ningún tipo de afecto, sus acciones son absolutamente irracionales por lo que resulta prácticamente imposible empatizar con ellos, el desenlace es tirando a mediocre, el malo y su anorak es lo más soso que he visto en lo que a “slashers” se refiere, y como resultado, lo que debería ser una situación tensa se termina convirtiendo en una situación ridícula, con un final que se veía venir de lejos, y que casi parecía hecho a modo parodia.

¿Lo más divertido de la película? Que por un momento pensé que me había transformado en una pitonisa, y cosa que decía, cosa que pasaba...pero rápidamente me di cuenta de que no era sólo cosa mía. Este tipo de películas de gente en apuros en un escenario real (teniendo en cuenta que los cajeros automáticos en medio de la nada existan), siempre tienen su gracia, básicamente porque cualquiera de nosotros puede verse en esa situación, y precisamente ése es el punto que consigue inquietar al espectador, es algo más psicológico que físico, pero “ATM” ni siquiera consiguió arrancarme una leve sonrisa. En realidad resulta inquietante que una película calificada de terror, porque me temo que eso es lo que pretende ser, termine pareciendo una burla de sí misma y de otras del género.

Si os apetece ver algo bueno, algo de terror, con gente encerrada en un pequeño habitáculo de cristal, mejor que paséis de “ATM” y veáis “La Cabina” de José Luis López Vázquez, una auténtica obra de arte del surrealismo celtibérico.

Lo mejor: Que por un momento creí adivinar el futuro.

Lo peor: El absurdo comportamiento y la cobardía que presentan los personajes. Lo ridículo de las situaciones. El poco dinero que se gastaron en el villano. Que se sabe lo que ocurrirá en todo momento. 100% cliché.