Crítica: Nazis at the Center of the Earth

A veces cuando estoy en casa y tengo pensamientos destructivos abro la Biblia por la sección del Apocalipsis e intento averiguar las metáforas que ahí se ocultan. Hace unos años leí lo siguiente: “Y a todas las criaturas que hay en el cielo, sobre la tierra y debajo de la tierra, y a las que hay sobre el mar, y en todo aquellos bla bla bla” (Apocalipsis 5:13, antes de La Apertura de los Sellos). De ahí saqué cuatro conclusiones. Los del cielo: extraterrestres; los de la tierra: nosotros; los de debajo la tierra: intraterrestres y los de encima del agua: Atlantes (bueno aquí muy cogido con pinzas pero podría ser aceptable). Y no estoy solo en este pensamiento. Buscando por Internet he encontrado miles de referencias a esto, hasta toparme con un artículo super interesante que os dejo el link para quien quiera saber más información, de por ejemplo ¿Por qué el gobierno lo niega? ¿Quiénes son realmente los intraterrestres? ¿Por qué nadie sobrevuela los polos? ¿Existen realmente los polos? Darle aquí para saber estas respuestas.

Pero dejemos de hacer de Iker Jiménez y centrémonos en The Asylum. Otro fenómeno que da mucho que pensar.

Como aficionado al cine casposo que soy, nunca me dejan de sorprender. Si Hollywood saca “Transformers”, Asylum saca “Transmorphers”. Si existe un “Titanic” que ha costado millones de dólares, ellos por cuatro duros hacen su secuela. Incluso hay una versión de “American Pie” titulada “Milf”. Pero lo más jodido de todo es que tienen gracia, tienen esa chispa de cutrez que hace que una mierda de producto sea digno de ver e incluso elogiar. Aquí citaría dos claros ejemplos: “Zombie Apocalypse” y “Mega Piranha”.

Otro tema que siempre da cabida en el cine es el nazismo: “The Devil’s Rock”, “Dead Snow”, “Blood Creek”… y más si es en la vertiente del ocultismo.

Así que ya tenemos a la trinidad: Asylum, la Tierra Hueca y los Nazis.

Mengele, más conocido como El Ángel de la Muerte, huye después de la guerra a bordo de un avión con una extraña urna de metal.

Años más tarde un grupo de científicos se dan de bruces con un hueco en la Antártida que al inspeccionarlo les lleva al centro de la Tierra. Un nuevo mundo se ilumina en sus rostros. Por debajo del hielo se alzan montañas, una vegetación muy extensa y la prueba de que algo o alguien ha construido edificios. No tardan mucho en averiguar quienes son sus constructores: los nazis del III Reich.

¡El argumento es la ostia! Además sale Jake Busey, cada día se parece más a su padre, y Dominique Swain (“Lolita”, “Cara a cara”…) y como guionista tenemos a Paul Bales, escritor de libretos como la nueva revisión de “Moby Dick”, “100 Million BC”, “Legion of the Dead”… vaya que es toda una joyita casposa.

La película va avanzando rápido, quizá demasiado, ya que quieren explicar tantas cosas que al final no explican nada. El guión es de lo peorcito que he visto de Asylum; pero gente, es Asylum y siempre sorprenden. Y esta vez me han dejado con la boca abierta.

El Mengele, con ayuda exterior, va cambiando las pieles deterioradas de sus soldados por la de la gente que va descubriendo el lugar, para así no morir nunca. Solo un cambio de piel y toda la evolución humana solucionada. Increíble. Se pasan por el forro el deterioro del cerebro y con una breve explicación del cambio de piel se da por entendido que se vuelven inmortales. Y os estaréis preguntando: ¿Qué coño hace Mengele resucitado y resucitando a sus soldados si solo son cuatro gatos? ¿Acaso esta es su meta? ¿El descubrimiento de la inmortalidad? Pues no. Tiene otros planes. Y más grandes, casi tanto como sus arios cojoncillos.

A través de una complicada operación a una embarazada, o mejor dicho una succión de las células madre del feto que dura 0,5 segundos pretende resucitar ni más ni menos que a Hitler para así empezar el IV Reich sobre la faz de la Tierra.

Y damas y caballeros es ahí donde yo empecé a aplaudir y chillar. El nacimiento de Hitler es, ni mejor dicho, de PELÍCULA. Hay que verlo para creerlo. Y su posterior despegue con un ovni nazi hacía la superficie ya es lo máximo que uno espera de The Asylum. Y es que lo han vuelto a conseguir. Han vuelto a conseguir que disfrute como un enano... y además salen tetas... Oh! Tetas! Por cierto para los frikis como yo os recomiendo esta página: gatostetas.es. Quiero trabajar para esta productora. Una productora que con el mínimo esfuerzo y los mínimos recursos me lo hacen pasar más bien que con superproducciones que en 15 minutos tengo que quitarlas de aburrimiento (la última, ha sido: The Artist… sin comentarios).

Solo hecho en cara una cosa. Me dan igual los platós de cartón piedra, los cgi y el guión que no se sostiene por ningún lado. Esa cosa son los actores. Como he dicho nos encontramos con Jake Busey, bueno este tío siempre le he visto haciendo las mismas caras y los mismos gestos así que tiene un pase, pero Dominic Swain le tendrían que prohibir volver a actuar. Que mal lo hace, ni los secundarios, que son la reostia de malos lo hacen tan mal.

¿Por qué Asylum? Porque se pasan todas las reglas cinematográficas por donde les complace, hacen lo que quieren y además copian descaradamente otras obras y salen impunes. Esto ni mi querido Uwe Boll vamos.

¿Por qué no Asylum? Te lo tienes que tomar como si fueran amigos tuyos y han rodado su primera película. A veces aunque sea una mierda dices “ooooo que guay” y otras veces dices “¿Por qué no me llamasteis cabrones?”

El momento: El renacimiento de Hitler. Soberbio. Podría haber sido más bizarro: La violación de los soldados pochos a la chica que enseña las tetas. Faltan los gatitos!!

Los gags: Hay muchos y muy variados. Desde la bajada a las cuevas (rodada en un sitio donde no había un agujero), hasta las pistolas steampunk xungas de los nazis, los innecesarios objetos (¿una pelota de béisbol? ¿WTF?), situaciones y diálogos que se dan a lo largo de toda la película…