Crítica: La Matanza de Texas 4: Next Generation

Hoy se me ha venido a la cabeza de cómo sería una tesis titulada “Manual de cómo cargarse una saga”. Seguro que tendríamos para meses y meses escribiendo y estudiando todas las sagas de terror de todos los tiempos y rellenando folios, folios y más folios. Pero como es mi manual lo haría de una sola frase: vean “La Matanza de Texas: La Nueva Generación”. Vale no es la única película que se carga una franquicia solo por pensarse que al poner el título la convertirá en la ostia, pero es que en esta peli, no solo se cargan una franquicia entera, si no que además, se cargan un icono del cine terrorífico. Me refiero a Leatherface.

Pero antes de meterme con este personaje primero tendríamos que ver si aceptaríamos tal afirmación como plausible, y que mejor manera de rellenar, no folios enteros, sino un par de ellos. Para empezar tenemos dos preguntas a contestar. Y como soy yo el que escribo y tengo que terminar con la crítica, me las tendré que contestar yo mismo, ya que si tengo que esperar que alguien me conteste antes de seguir con la crítica, o me voy a un plano astral donde los humanos tenemos telepatía y todos los gilipollas vuelan haciendo que los vampiros dominen el mundo a causa de que taparían el sol, los gilipollas, no los vampiros o me espero sentado delante del ordenador con un cubo para las necesidades y que me mantengan así toda la vida hasta que alguna inteligencia artificial domine el mundo y tenga tiempo para contestar a mis preguntas. Oye eso que me mantengan toda la vida suena bastante bien… a ver voy a preguntar a mi señora…

Vale, por la cara que ha puesto las contestaré yo mismo.

La primera es: ¿Cómo película es buena? Sí, lo es. Es puro frikismo elevado al cubo sobretodo por unos quince minutos finales taaaaaan sumamente, diría que, espontáneos que no sabes como coño cogértelos y creerme si os digo, que la mejor manera es con humor... si no queréis coger el DVD, el Pen o donde quiere que esté grabada y quemarla, comerla y cagarla para luego volver a prenderle fuego.

Los dos protagonistas más conocidos lo hacen de puta madre, incluso la sosaina de la Renée Zellgewer como víctima triunfante es creíble, y Matthew McConaughey está que se sale (que se le va hacer, desde el “Imperio del Fuego” que adoro a este tío) como loco de remate.

Pero no son los únicos protagonistas de la película. Y ya que se trata de la Matanza de Texas hay dos bandos: la Familia y las víctimas.

Las víctimas es lo de menos ya que es lo que esperamos. Jóvenes que en su noche de graduación se pierden por una carretera por ser embestidos por un coche de otro jovenzuelo para posteriori ser el plato preferido de la Familia. ¿De dónde sale ese coche y que pinta el jovenzuelo en la trama? Nada. He aquí el primer atisbo de mediocridad de la cinta aunque sirve de anexo para presentar al cabecilla de la Familia, en este caso el McConaughey. Un chiflado con una pierna ortopédica que funciona con mandos a distancia. Impresionante.

Una vez conocemos a las víctimas vamos a por sus verdugos. Ya tenemos al cabecilla, así que falta su novia, una chica que parece “normal” al principio pero ya se sabe que quien sigue un loco…

También tenemos a su hermano, un tipo que solo hace que recitar frases de gente famosa; el famosillo abuelote sentado en su silla sin decir ni mu y por último Leatherface, y es ahí donde surge la segunda pregunta...

¿Respeta algo de la saga esta cuarta parte?

La respuesta es no.

Si no fuera por el título ni sabrías que pertenece a esta saga, ya que la culpa en parte la tiene el papel que le han dado al “cara de cuero”. Aquí ya no contornea sus grasas empuñando una motosierra como hiciera en la segunda parte, aquí solo va chillando y cargándose todo a su paso con la motosierra –nota: no invitarle nunca a cenar si quieres conservar tu mobiliario inclusive chimeneas de piedra-. Vale, esto sí es marca de la casa. Pero sale poco y no se le da protagonismo; llevándose todo este el McConaughey. Y otra cosa que para los seguidores de este mastodonte seguro que no les hará gracia. Leatherface es travelo. Sí, lo habéis oído bien. En esta cuarta parte me lo han transformado en un tipo grandote que se pone la piel de las mujeres.

Como he dicho, todo el peso maléfico recae sobre un alocado McConaughey que le han querido dar incluso una explicación: y es que pertenece a un grupo tipo Illuminati. Ya sabéis ese grupo que lo controlan todo. Es ahí donde entran los últimos quince minutos finales y más preguntas, aunque esta vez no tienen respuesta. Ni me interesa que alguien me las responda y que creo que es una manera muy compacta, ida de olla, mala, extravagante y sin sentido de cómo terminar un buena peli convirtiéndola en una comedia negra –a veces mi humor es un poco raruno, pero os juro que me pase quince minutos riéndome como un poseso por lo que mis ojos veían- muy mala.

¿A qué viene encontrarse una caravana con dos viejetes aportando nada a la película?

¿A qué viene el tipo con los aros en el estómago?

¿Por qué este tipo contrata los servicios de la familia para que la gente sienta el horror y luego me lleva a la superviviente al hospital?

¿A quién se le ocurrió la escena de la avioneta?

¡Yo así también quiero ser guionista, diantre!

Con “La Matanza de Texas: La Nueva Generación”, se me ha ocurrido una cosa bien rara. Si la segunda parte os decía que la primera vez que la vi me pareció una joya y ahora me parece una abominación, en ésta me pasa totalmente lo contrario. A ver, no es ninguna joya, pero si te la tomas bien, si ya te da igual Leatherface y las motosierras y quieres divertirte de lo lindo con una marcianada, sin duda la disfrutarás tanto como lo he hecho yo. Y es que al darle al STOP lo he hecho con una gran sonrisa. Y ya era hora!!! Por cierto no podía terminar sin mencionar la pelea de la Renée con el Matthew con los mandos a distancia de la pata de él. Esto sí sería para una antología de cuentos bizarros.

Y como diría cara de cuero: argggggh arrrrrrgghhhhh arrrgghhhhh uuuuuuu!!!