Crítica: El Cuerpo

Mucho secretismo ha habido alrededor de esta película, “El Cuerpo”, que ha inaugurado la 45 edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña-Sitges 2012. Sabíamos de su argumento, del tráiler, que desvela bien poco (es de agradecer) y su ficha técnica. Pero la cinta se preestrena en Sitges a diferencia de otras cintas de la programación que ya han pasado por un buen número de festivales.

Todo comienza con un “Y si desaparece un cadáver de la morgue”. Esa era la idea inicial de Oriol Paulo (guionista de “Los ojos de Julia”), quien debuta en la dirección y también se encarga del guión.

Un guardia de seguridad de la morgue huye despavorido. ¿Ha visto un fantasma o ha alguien llevándose un cuerpo? ¿Estamos ante un film fantástico o un thriller? No sabemos lo que vio el guardia porque es atropellado accidentalmente. En el depósito de cadáveres la policía descubre que la puerta de una de las neveras está abierta y el cadáver, el de Maika Villaverde (Belen Rueda), ha desaparecido. El inspector de policía encargado de la investigación cuenta con la colaboración del marido de la difunta, aunque no descarta la posibilidad de que esté relacionado con el asunto. Maika es una mujer de negocios con un carácter dominador que cree tenerlo siempre todo controlado, pero sus celos ante la posible infidelidad de su marido florero (mucho más joven que ella y al que le gasta bromas pesadas) deterioran a la pareja. Esto y la gran fortuna que amasaba la fiambre ponen en el punto de mira al personaje de Hugo Silva como principal sospechoso. Silva nos ofrece una actuación muy madura y solvente para lo que nos tiene acostumbrados. Y de nuevo debemos formular otra pregunta: ¿Es una conspiración o una historia de fantasmas? ¿Esta viva Maika y quiere castigar a su marido? o ¿El marido lo planeo todo para que no le hicieran la autopsia a su difunta y millonaria mujer? Estos interrogantes son el cuerpo del film, que conjuga el tiempo presente con una serie de flashbacks que construyen la relación desquiciada de la pareja protagonista. Se distinguen, por tanto, dos tiempos en la historia: el presente transcurre casi por completo en la morgue, recordando a “La Soga” o “Crimen Perfecto” de Hitchcock, durante una única noche, mientras que el pasado está lleno de lujo, como la mansión o el despacho del marido de Mayka. Y todo ello envuelto con un inteligente juego de giros en el que nada es lo que parece.

En esta película Belen Rueda aparece más como la que hace sufrir que la sufridora de “Los ojos de Julia” o “El Orfanato”. Pese a que en esta cinta sus minutos en pantalla se ven considerablemente reducidos, su actuación no baja el listón en comparación con sus anteriores films.

José Coronado, por su parte, nos ofrece otro tipo de policía (papel representado en multitud de ocasiones en cine y televisión) muy distinto al de “No habrá paz para los malvados” (2011, Enrique Urbizu). El inspector Peña se caracteriza de forma peculiar: pelo gris, flequillo pasado de moda y un aire profesional y alicaído.

Con Sergio Moure en la música y Oscar Faura en la dirección fotográfica, la productora Rodar y Rodar y Antena 3 Films nos ofrecen un interesante thriller protagonizado por José Coronado, Belén Rueda, Hugo Silva y Aura Garrido.

Tal vez el punto en contra del film sea la duración (107 minutos) para lo que es una historia que transcurre casi por completo en una morge. Hitchcock era magistral a la hora de plantearnos historias limitadas en un espacio reducido sin perder la atención. Algo que no consigue Paulo. Y también el repentino desenlace que sabe a poco después de las expectativas creadas entorno a la misteriosa desaparición del cadáver.

LO MEJOR: Las actuaciones del reparto, siendo sorprendente la de Hugo Silva, y todo el misterio que rodea en un principio la desaparición del cadáver.

LO MENOS BUENO: El repentino desenlace, que no termina por convencer.