Crítica: La Matanza de Texas 3D

Vaya por delante que nunca me he considerado un gran fanático (modo eufemismo ON) de la saga de "La Matanza de Texas". Si es cierto que la película original de Hooper, sin contarse tampoco entre mis favoritas del género por varios y variopintos motivos, me parece una piedra angular gracias a la cual podemos entender a día de hoy, el subgénero del survival así como una de las cintas de terror más crudas y desgarradoras que se hayan filmado jamás. 

Tras un montón de horribles secuelas a modo de subproductos de serie B, en el año 2003, Marcus Nispel actualiza la franquicia con un más que digno remake de la película de 1974. El alemán, mete en la batidora parte de los elementos característicos de la obra de Hooper y añade a la mezcla todos los signos de identidad del survival del siglo XXI (seis años después haría lo propio con la franquicia de otra mítica saga, "Viernes 13"). El resultado, menos crudeza, menos suciedad, menos atmósfera por un lado, y lo que gusta a las nuevas generaciones de aficionados al terror, más sangre, más ritmo, más chicas guapas y algo de humor negro, por el otro. Incluso unos años más tarde, tendríamos la oportunidad de conocer los orígenes del horror con "La Matanza de Texas: El Origen", la mediocre precuela dirigida por Jonathan Liebesman. 

Bien. Olvidad todo lo ocurrido más allá de 1974. Pues lo que nos propone John Lussenhop es ni más ni menos que un relato absolutamente continuista respecto a la película de Hooper, gracias al cual conoceremos el porvenir de la familia Sawyer justo después de que Sally, escape de los dientes de acero de cara cuero. Esto, se nos ilustra con un acertadísimo prólogo que engancha el filme original con la película que nos ocupa. Y lo hace bien, muy bien. Yo, que suelo marearme lo que no está escrito cuando viajo en determinados vehículos, he de decir que apenas he notado un leve cosquilleo en el estomago con este sutil viaje temporal con el que Lussenhop nos adentra en su reimaginada Texas. Punto en el cual los más optimistas, pueden creer estar ante algo muy grande y de hecho, yo, que de optimista tengo más bien poco, debo reconocer mi principio de erección tras los iniciales quince minutos. 

Por desgracia, no estamos en 1974. Y todo aquello de la atmósfera, la suciedad y la crudeza, es algo limitado a los paladares más sibaritas. Ahora, en este recién estrenado 2013, lo que rige el destino del celuloide, es la ley de la oferta y la demanda. La gente quiere sangre fácil, jovencitos prefabricados para anuncio de colonia y alimentos de rápida ingesta y fácil digestión. Así que, ¿por qué diablos iba a salirse del guión esta "La Matanza de Texas 3d"? uuummmhhhh (de pensar), pues yo os lo voy a decir, porque a veces, salirse del guión, puede convertirse sin pretenderlo, en una genialidad. Y esta nueva entrega de las aventuras de cara cuero, tiene algo de eso, de genialidad. Pero ojo, solo algo. 

El caso es que digerido ya su prometedor inicio y aun con una sonrisa en los labios, uno se cae de la cama y se da de narices con la triste realidad del género en la actualidad. Porque de entrada, la película ofrece lo mismo de siempre. Una historia sin historia, cuatro chicos de anuncio y una furgoneta, en esta ocasión, destino a Texas. Si es cierto que esta vez, para escribir el guión, se han empleado 20 minutos en lugar de los 5 habituales, que se ha intentado disfrazar un poquito mejor a la mona para que no parezca la misma de siempre, pero vamos, pura fachada, pues el fondo es el mismo. El desarrollo, también... al menos de momento. Y esa, amigos míos, es a MI parecer, la gracia de la función. Y pongo en mayúsculas el "MI", porque soy consciente que, de la misma forma, habrá otras personas que no dejarán de hacer popitos líquidos con el sorprendente giro argumental que nos depara la película pasada la insípida calcomanía de las dos películas anteriores que es su tramo intermedio. 

Es en el tramo final, donde "La Matanza de Texas 3d", se justifica a si misma y se nos muestra como algo más que una mera excusa para acercar la motosierra al ojo del espectador en la sala de cine de turno. Nuevas reglas en la partida hacen acto de presencia y con ellas, una ídem mucho más interesante. Nuevos roles también que redefinen a otros ya harto caducados. Para mi, los últimos 20 minutos de metraje, son lo más interesante (aunque tan solo sean por inesperados) que ha dado la franquicia en los últimos cuasi cuarenta años. Repito que tengo muy claro que no todo el mundo verá con buenos ojos estas gotitas de frescura, los más puristas de la saga, igual no terminan de encajar bien ciertas actitudes de ciertos personajes, en concreto de uno de más de dos metros y una careta de piel humana cosida a la cara. 

"La Matanza de Texas 3d" ni es una gran película, ni ofrece nada realmente nuevo a lo ya visto en alguna de las muchas cintas predecesoras. Los que cojan como punto de partida las dos entregas anteriores y tan solo busquen más de lo mismo, no creo que puedan recriminarle nada. Un leatherface igual de brutal que siempre, las tres o cuatro secuencias gore de turno, chicas ligeritas de ropa y sinuosas curvas corriendo a la luz de luna y los mismos tópicos de siempre metiéndonos la mano en la entrepierna. ¿La gracia? pues esta para aquellos atrevidos u abiertos de mente, que estén dispuestos a dejar de lado los prejuicios y jugar al juego que propone el filme en su tramo final. 

Lo mejor: Sus primeros 15 minutos y sus últimos 20, por no decir, y a riesgo de sonar superficial, que Alexandra Daddario no solo lo hace muy bien, sino que también está muy bien. 

Lo peor: Que el resto de metraje, más allá de la desmembración puntual de turno, está construido sobre una fórmula tan vista, que deja su capacidad de entretener en serio entredicho.