Para bien o para mal (en mi caso suele ser para bien) el cine de Takashi Miike siempre posee el personal e inconfundible toque de este gamberro cineasta nipón. Su producción es enorme y aunque a veces es bastante irregular, casi siempre ofrece a su público lo que este espera, es decir, “ida de olla” y sorpresas estilo Miike. Lo último que había visto y disfrutado del amigo Takashi fueron esas incursiones en el cine clásico samurái tituladas: 13 Asesinos y Hara-kiri: Muerte de un Samurái (remake casi idéntico de la obra maestra de Misaki Kobayashi). A pesar de ser dos obras estupendas (sobre todo la primera de ellas) se alejaban bastante de las coordenas psicotrónicas y alucinadas del Miike más desbocado.
El año 2012, fue un año prolífico para el cineasta japonés, pues dirigió tres películas para la pantalla grande (entre las que se encuentra Lesson Of The Evil) y un episodio para la serie de televisión Q.P., que adaptaba un manga de Takahashi Hiroshi del que Miike ya había llevado a la pantalla grande las dos entregas de sus cuervos (Crows Zero y Crows II).
En Lesson Of The Evil, el bueno de Miike adapta personalmente una novela de Kishi Yusuke (hecho este un tanto singular porque no suele involucrarse en tareas de guión, tanto es así que desde el año 2007 con Sukiyaki Western Django que no se enfrentaba al folio en blanco). Se nos cuenta la historia del perfecto profesor Seiji Hasumi. Inteligente, guapo, simpático y agradable profesor de inglés de instituto, que se preocupa tanto a nivel académico como personal por sus alumnos, implicándose mucho más de lo que su sueldo le exigiría por solucionar los problemas que estos puedan tener. El instituto, posible metáfora de la sociedad japonesa, esconde bajo una falsa apariencia de normalidad y tranquilidad, una realidad turbadora repleta de miserias en forma de acoso escolar, vejaciones sexuales, redes clandestinas para copiar exámenes, vidas frustradas, etc. En este contexto, el verdadero Hasumi, un psicópata sanguinario y cruel aflorará para impartir una lección que nadie olvidará.
Este thriller brutal nos devuelve al Miike más despiadado, y nos remite a una de sus mejores obras, Audition, tanto por la estructura de la película (claramente dividida igual que aquella en dos partes) como por la planificación de algunas escenas. Y aunque contiene alguna bizarrada y suficientes momentos delirantes se aleja de los parámetros transitados por otras obras como Gozu o Visitor Q.
En su primera parte se nos narra de forma pausada (que no lenta, pues no paran de suceder cosas) las relaciones entre los diversos miembros del instituto, así como va desvelándose la verdadera personalidad que cada uno de ellos esconde bajo una máscara de cordialidad impuesta por las normas sociales. Poco a poco el profesor Hasumi (interpretado por Hideaki Ito, que ya trabajo con Miike en la mencionada Sukiyaki Westren Django) tendrá la necesidad de escapar del caparazón que se ha impuesto y dejar que la violencia que alberga en su interior se materialice. Es en una segunda parte, memorable, donde Miike vuelve con su arrolladora fuerza visual y nos regala 50 minutos de violencia gráfica y orgía de sangre que no olvidaremos (pese a la ausencia de vísceras y mutilaciones en primer plano). Hasumi se transforma en un ángel purificador que va dando caza a todos aquellos que se encuentra a su paso con una escopeta, que cada vez que dispara atruena cual yunque golpeado en nuestras cabezas (dejando a asesinos reales como Eric Harris y Dylan Klebold los perpetradores de la masacre de Columbine o al más reciente Anders Breivik, como meros aficionados). No sólo es eterna la cacería, sino que su espectacular realización nos sitúa como espectadores privilegiados en el epicentro de la fría y sádica matanza, pero sin la capacidad de intervenir para frenarla.
Porque no nos engañemos, lo que nos cuenta Miike es mucho más que su turbador thriller hipersangriento sobre asesinos en serie, con elementos de mitología escandinava, referencias visuales a la nueva carne de Cronenberg y con un reiterado uso (también como leit motiv argumental) de la canción “Die Moritat von Mackie Messer”compuesta a principio del siglo pasado por Bertolt Bercht y Kurt Weill para “La ópera de los tres centavos” (es alucinante cómo con semejantes cócteles este tipo es capaz de sacar a flote y de forma magistral sus propuestas). La cinta nos habla del mal en estado puro, nos escupe la terrible realidad de que el ser humano es el monstruo más depravado, salvaje y sanguinario que hay y lo que es más aterrador, que cualquiera puede ser ese monstruo. Porque no hay que olvidar que la gran treta del diablo es hacer creer a todos que no existe.
Es evidente que no es una película perfecta, no se atan todos los cabos de forma satisfactoria (de hecho algunas tramas se obvian, como la investigación policial), puede resultar algo confusa al inicio y desde luego deja mal sabor de boca pues al finalizar quieres saber mucho más, pero es un producto muy bien facturado, entretenido y con la suficiente mala hostia y humor negrísimo como para hacer pasar dos horas estupendas a los amantes de las experiencias (asiáticas) extremas (difícilmente una cinta como esta se podría rodar así en EE.UU.).
Así que aquellos que tengan la oportunidad de acercarse al próximo Festival de Sitges que no pierdan la ocasión para disfrutar de esta obra (en una sala cinematográfica debe ganar aún más enteros), la cual no defraudará a los seguidores de Miike y resultará un acercamiento interesante al personal universo de este prolífico y polémico director de aquellos que aún no lo conozcan.
Nota Final:
Moritat: “Tipo de canción medieval que trata sobre alguna matanza real o ficticia, cumplida o frustrada, sea narrando los hechos del verdugo o el escape de quien iba a ser víctima; puede que al final se refiera la captura del verdugo y su destino último”.
13 comentarios:
gracias por el análisis. Estoy impaciente por verla esta misma noche. me encanta la obra de takeshi miike, salu2
Auuuuuuuuuuuu!!!!Con qué ganazas de verla me he quedado tras leerte Max!!!
Pese a ser "Visitor Q" mi película favorita de Miike, y decir que esta se aleja bastante de aquel viaje alucinógeno con el visitante, ha sido leer esas intrigas destructivas de instituto divididas en dos partes, y me viene a la mente mi adorara "Confessions" , que seguramente esté en las antípodas de esta, pero que hacen que la curiosidad por ver esta lección del demonio, sea máxima.
Espero verla lo antes posible y comentar con conocimiento de causa :)
Por cierto, excelente la crítica (no podía ser de otra manera)
saludos!!!
valla puta mierda de critica .HIJODEKRON
Desde esa locura llamada Dead or Alive y su inesperado,fumado e inolvidable(para bien o para mal)final que este señor se gano mis respetos asi que ni bien tenga oportunidad vere esta pelicula.Tambien vi 13 Asesinos y me gusto aunque me la esperaba un poco mejor.
La segunda y tercer Dead or Alive estuvieron bien,en especial el tambien fumado final de la tercera,pero como la primera ninguna.
A ver si me animo a verla esta tarde, me has ganado con la crítica! :) ¡Ese director me puede! (Cosa que también ayuda xD)
pues se a lucido con critica jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.HIJODEKRON-
Jon Snow, Missterror y Mr Stardust, gracias por vuestras palabras y sólo deseo no decepcionaros con las expectativas que os haya podido infundir. Espero vuestros comentarios.
Missterror esta cinta no es Confessions (ni en lo visual ni en lo argumental), aunque la vas a disfrutar también mucho.
Spupydo, no esperes una ida de olla tipo el final de la primera parte de Dead Or Alive, aunque sí alberga las suficientes bizarradas y momentos Miike como para no decepcionarte (estoy seguro).
Saludos!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me han entrado muchas ganas de verla pero no sé si esperarme a Sitges; en pantalla grande me llama mucho más!!!
Excelente crítica, sr. Cady.
TWG si tienes oportunidad de verla (y disfrutarla) en Sitges,no lo dudes. La segunda y brutal hora de esta pelicula debe ganar muchos enteros en pantalla grande (me das envidia sana).
Saludos y gracias por el comentario.
Intentaré ir a verla, pero depende del horario en que la pongan. No creo que tenga vacaciones esa semana, si la ponen en fin de semana, me acerco seguro!!!
Vista y de entrada ya te digo que me ha gustado mucho.
Está claro que las películas niponas hay que verlas con otros ojos, con los de la exageración y la densidad, si no es complicado perderse por los largos pasillos de Miike.
La historia es la que es, tú bien la describes en tu crítica, no es nada del otro mundo, lo que realmente vale (al menos para mi) es la puesta en escena, es lo maravilloso de ciertas imágenes, cómo se juega constantemente con la canción, cómo se resuelve la lección del mal. Para mi se justifica la pausa narrativa inicial para poder contraponerla con la noche en la escuela y que la carnicería sea aún mas cruel.
En "Lesson of the evil" se ve a un Miike menos bizarro, pero que no pierde su toque.
Como dices tú, sin ser la octava maravilla, una película muy recomendable. Sin ir mas lejos, a mi dame esta y quítame "Audition" sin ir mas lejos...
saludos
Yo que queréis que os diga, para mi, del montón. La primera mitad me parece un muermo de cuidado y no tiene nada que ver con la lentitud del cine nipón, pues he disfrutado de cintas mucho más lentas y densas que esta, el problema que yo le veo es que para contar una historia tan simple como la que aquí nos propone Miike, no hace falta tanto rodeo y tanto dibujar subtramas (tópicas y recurrentes dentro de la cultura nipona, por cierto).
Para mi, toda esa densidad, es un intento de hacer parecer a Lesson of the Evil lo que no es. Sin ir más lejos, el demonizado Uwe Boll, logró en Rampage lo mismo o más de lo que aquí consigue Miike con una hora menos de metraje. Una película tan o más brutal que esta y al tiempo, mucho más entretenida.
Lo de explayarse con la narrativa, para las historias que realmente lo necesiten, no es el caso.
Eso si, las secuencias de acción, muy vistosas.
Saludos.
Cogiendo la novela de Yusuke Kishi y escribiendo el guión él mismo, cosa que no hace en muchas ocasiones, Miike nos deleita con una especie de “psycho-thriller” de suspense y toneladas de violencia con su sello inconfundible.
La pega es el giro que siempre acaban dando las películas del realizador. Mientras la primera parte se mueve en el oscuro y tenebroso suspense, casi en el terror psicológico, con inevitables referencias a Fincher o Lynch, donde somos testigos de la increíble actuación de Hideaki Ito como el profesor Hasumi y un desarrollo apabullante de su pasado, la segunda (los últimos 49 minutos) parece estar concebida por Robert Rodríguez, donde del suspense pasamos a un “slasher” lleno de un ácido humor negro, muy esperpéntico, disparatado y de caricatura, con ese profesor haciendo de justiciero, agarrando una escopeta y sentenciando a sus alumnos a la vieja usanza.
Esa mezcla de géneros hace de “La Lección del Mal” un film bastante irregular, pero igualmente entretenido y disfrutable en la extensísima filmografía del realizador japonés.
Quizá no es de lo mejor que haya hecho últimamente Miike, pero sus 129 minutos se me pasaron bastante rápido, sobre todo (paradójicamente) la primera parte del film.
Hideaki Ito es hipnótico, dios mío. Que pedazo de actor.
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