martes, 6 de diciembre de 2016

Crítica: Scare Campaign

No hay nada como un buen susto. Esconderte en el hueco de la escalera mientras tu novia baja pensando en las musarañas para emerger cual resorte diabólico, gruñir el panfleto de serie B de turno previo estudio y contemplar su aterrado rostro con el consiguiente grito de pavor, puede ser una experiencia de lo más satisfactoria para el usuario siempre y cuando la broma no termine con un femenino guantazo, o con el susodicho durmiendo en el sofá, en los casos más flagrantes de carencia de sentido del humor de la potencial víctima. Pese a los riesgos, no cabe duda de que esto de asustar al prójimo suele ser de lo más divertido y solo hace falta pasarse por Youtube y ver el éxito que tienen tonterías como “Scary Pranks”, todo un filón para los que gustan de perder el tiempo consumiendo vídeos en Youtube como si no hubiera un mañana.

“Scare Campaign” es la nueva película de los australianos Cameron Cairnes y Collin Cairnes, segundo hijo de la pareja tras la cachonda “100 Bloody Acres” (2012). En ella, desarrollan la idea de “Scary Pranks” a gran escala introduciendo elementos de actualidad como el éxito de los reality shows y todo lo que se aglomera detrás de este, la lucha por las audiencias o la dudosa moralidad y falta de ética de sus contenidos. Un mundo de tiburones voraces hambrientos de share donde todo vale si de ganarse al espectador se trata. Pero estamos en plena era de internet y como no podía ser de otra forma, las audiencias también son moneda de cambio en la red y también mueven a millones de potenciales espectadores a diario vendiendo todo aquello que queremos ver, al instante y a la carta. Los Cairnes se centran en el reverso más tenebroso de internet, la denominada “deep web”, para rescatar una temática recurrente dentro del género, el vídeo snuff.

Con todos estos ingredientes, el tándem australiano da forma a esta divertida e inteligente comedia negra de terror, o película de terror con tintes cómicos (véase según criterio, pues la etiqueta de “comedia” viene muy condicionada por el ADN propio de cada espectador) donde a modo de autoparodia, se ríe de los tópicos del terror (tal y como ya hiciera la fabulosa “Cabin in the Woods”, con la cual comparte también esa fina linea que delimita el terror de la comedia) al tiempo que deja caer su particular y ácida crítica al mundo del entretenimiento televisivo en un guión plagado de giros argumentales que no tienen tanto la intención de sorprender al espectador, como la de enfatizar en su naturaleza autoparódica en un fresco y simpático ejercicio de metacine que irá desembocando en algo mucho más macabro y turbador a medida que la picarona matrioska se vaya quitando prendas.

“Scare Campaign” destaca por su inteligente libreto. En una época donde los aficionados al terror tenemos que sufrir a diario los tópicos del género, es todo un balsámico soplo de aire fresco encontrarse con una propuesta como esta donde se sitúa al espectador al otro lado del espejo, haciendo de la trampa y el cartón una herramienta narrativa y mudando la piel de éste de víctima a verdugo en una película que te hace cómplice desde el divertido prólogo y no te empuja a la vía hasta que la cosa se pone realmente fea. Sí, es cierto, los giros se ven venir a leguas de distancia y el factor sorpresa en esta ocasión, está cogido con pinzas, algo que a priori podría parecer una losa demasiado pesada con la que cargar tratándose de una película que supuestamente basa todo o gran parte de su potencial en dichos giros, pero nada más lejos de la realidad, al menos, en lo que respecta a los dos primeros de ellos, que no dejan de contar con la certeza asumida y premeditada de que el espectador los tiene bajo control, por mucho que a los más despistados, les pueda coger con la guardia baja, lo cual no dejará de ser una doble satisfacción.

Más dudoso sería el tema si hablamos del giro final, el cual si parece que viene algo más liberado de guasa y con alguna pretensión más que la de hacer la broma y es que éste también peca de la misma inocencia que los dos anteriores, lo que nos deja un desenlace algo descafeinado, más allá de que los responsables hayan optado por jugar la carta de la ambigüedad y dejar el resultado final en manos del propio espectador en uno de los tan habituales y muchas veces controvertidos, finales abiertos.

Si le buscamos las cosquillas a la película, no se puede negar que las encontraremos. Lo haremos en el nivel de algunas interpretaciones que no terminan de resultar todo lo convincentes que debieran, en especial en la figura de uno de los personajes protagonistas, el director del programa, Marcus (Ian Meadows), a quien parece que la constante evolución del filme se le queda algo grande y no consigue encontrar en ningún momento el tempo adecuado para transmitir las sensaciones que pide cada uno de distintos estadios. Esto se nota especialmente sangrante en el tramo final de la película, terminando por perjudicar unos últimos metros de carrera que ya de por sí, andaban justitos de tensión, bastante lejos de acercarse a las sensaciones naturales que deberían producir a tenor del tono y por más que no se escatime en violencia, donde algunas muertes brutales brillan con luz propia gracias a unos fantásticos efectos especiales o que la actriz protagonista, Meegan Warner, ponga sobre la mesa toda la pasión de la que carece su compañero de reparto, lo cierto es que “Scare Campaign” no consigue cerrarse con la contundencia necesaria como para hablar de un producto redondo.

Pese al pequeño traspiés final, hablamos de una película muy entretenida, plagada de simpáticos detalles que consigue arrancar la sonrisa del espectador en base al reconocimiento por parte de este de muchos de los automatismos habituales del género de terror en lugar de apostar por los gags tontos de turno. Un título muy trabajado a nivel de guión y muy solvente en lo que respecta a las cotas de sangre y violencia que, sin duda, da para hora y media de entretenimiento y para colarse en el selecto grupo de comedias de terror que consiguen ir un pasito más allá de la habitual estupidez.

Lo mejor: La frescura de la idea y la gracia con la que ésta se desarrolla, apoyada en un minucioso montaje.

Lo peor: Algunas interpretaciones no están a la altura y el desenlace final, que entre pitos y flautas se queda bastante lejos del impacto deseado.


3 comentarios:

Missterror dijo...

Rector- Coincido a grandes rasgos contigo, pero a mi me pareció una película del montón.
Como acierto, el dar por sentado que el espectador conoce las trampas y jugar con ese conocimiento para intentar llevarlo un nivel más allá.
Como fallo, como mencionas, en este tipo de propuestas, o los intérpretes se dejan la piel (algo que sí hace Meegan Warner), o parece un producto más amateur de lo que realmente es, y Ian Meadows interpretando a Marcus estaba a medio gas, por decirlo suavemente. En este meta horror, se corre el riesgo de pasar la frontera que separa lo entretenido de lo bochornoso muy facilmente, y si bien es cierto que en "Scare Campaign" nos quedamos en lo entretenido, los "Freaks" tienen momentos chungos en este aspecto.
Para mi lo realmente bueno de esta película es que, sin pretenderlo, te hace pensar que en la era de los youtubbers, donde críos cobran miles de euros al mes por hacer el gilipollas delante de la cámara porque hay millones de personas ávidas de más gilipolleces, cualquier día se da un paso más y nos acercamos a toda la locura que se plantea en esta película.

"Scare Campaign" es una película entretenida, sin más. No me esperaba nada de ella y supongo que eso también jugó a mi favor, aunque el final...MAL!

Saludos

PD- Eso de asustar a tu novia escondido en el hueco de la escalera es algo peligroso, ¿no crees? Cualquier día tenéis títeres...

The Bloody Princess dijo...

Yo la verdad es que coincido mas con MissTerror que contigo Rector. La idea de la que parte Scare Campaign era interesante, con bromas que se escapan un poco de madre sólo para subir audiencias y ganar followers, pero su desarrolo me resultó insípido. Salvo la protagonista, Meegan Warner, todos los demás actores los hacen faltal, no me resultaron nada creíbles y me daba igual lo que les pasase. Los giros, como tu indicas, son bastante previsibles y echan a perder una trama que podía haber dado mucho más de sí.

A pesar de que la película no me entusiasmó mucho, se deja ver, pero el final es horroroso, muy precipitado y nada impactante. Te quedas con la sensación de que le falta algo. Para mi es mucho mejor su opera prima, 100 Body Acres, una bizarrada muy divertida y mucho mas satisfactoria que ésta.

Un placer leeerte como siempre Rector, aunque esta vez no estemos de acuerdo :)

El Rector dijo...

Missterror, pues si coincidimos a grandes rasgos y a ti te ha parecido del montón, la cosa va ya de listones personales y parece ser que esta vez, el mío esta algo más bajo, puede que por las nulas expectativas que tenía o por el hecho de que le doy gran valor al intento por hacer algo diferente, aunque al final el resultado se quede un poco a medias, como es el caso.

Coincido bastante con lo que comentas, tanto lo bueno como lo malo, solo que yo el bochorno aquí no lo veo por ninguna parte y es justamente algo que he tenido muy en cuenta a la hora de valorar, pues la película en ningún momento cae en la estupidez que solemos ver en este tipo de propuestas que mezclan terror y comedia. Los freaks enmascarados me gustaron, ese royo de Iowa que se gastan luce muy bien, si es cierto que a la postre terminan estando algo desaprovechados, más allá de un par o tres de asesinatos vistosos.

P.D: Uno puede encontrar los títeres en el lugar más insospechado, no hace falta esconderse en el hueco de la escalera... y ya sabemos como terminan los titiriteros en este país de pandereta, jeje.

The Bloody Princess, hereje!!! Entiendo que la apatía del reparto, tiene mucho que ver con la falta de tensión de la película y esto se nota sobretodo en el tramo final, el supuestamente serio. Pero la trama a mi me parece muy lograda, los giros son previsibles de forma premeditada (o esa es la impresión que a mi me da), a excepción del último que entiendo que sí que busca la sorpresa del espectador para crear ese impacto final que desde luego y ahí coincidimos todos, no consigue ni por asomo.

"100 Bloody Acres" también me gustó bastante, más divertida que esta, pero a mi juicio bastante menos sofisticada.

Un placer que nos leas, a ver si coincidimos más en la próxima.

Saludos.

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