Dicen que la primera impresión es siempre la más importante. La que queda. En este sentido, la nueva película de Ed Gass-Donnelly, director de aquella “El Último Exorcismo 2” (“The Last Exorcsim part 2”, 2013), secuela de la exitosa cinta de Daniel Stamm, que pasó con bastante más pena que gloria, no sería lo que se dice un buen ejemplo de primeras buenas impresiones. De hecho, una vez leída la sinopsis, hay que tener o bien mucho tiempo libre, o bien el culo como un comedero de patos, de meterse toda la mierda que por obra y gracia de la red, uno se introduce sin miramiento alguno entre nalga y nalga por aquello de ser “gratis”, para acercarse a una propuesta como “Lavender”, la cual parece llevar la trampa y el cartón ya desvelada en el enunciado de serie.
No hacen falta excesivas cábalas para descifrar que lo que tenemos entre manos es el enésimo telefilme familiar que tanto nos gusta destripar por aquí, siempre, por supuesto, muy a pesar de nuestras madres, únicas criaturas de la creación, capaces de disfrutarlas una y otra vez, como si siempre fuese la primera. Bendita sea la inocencia. Y benditos, o malditos, sean también los prejuicios si a estas alturas de la vida, uno lo arriesga todo al volátil arte de la suposición. Sería un error a medias, pues, no acercarse a una propuesta como “Lavender” por culpa de una mala primera impresión, con lo cual no quiero decir que lo que se esconde detrás de la nueva película de Donnelly no sea lo que parece ser, que lo es, pero no menos cierto es también que incluso, del mundo del telefilme, pueden repescarse algunas cosas interesantes que sirvan para justificar, hora y media de nuestro tiempo y paciencia.
“Lavender” no inventa nada nuevo. En realidad está a un suspiro de ser la típica película de sobremesa, pero, a su favor, juegan algunas sorprendentes e inesperadas bazas de última hora, que consiguen dotar a la obra de cierto halo de personalidad y por extensión, del mínimo de interés requerido para que nos dejemos atrapar por un pedazo de tiempo. Fragmento en el cual descubriremos, que incluso en un producto tan a priori poco dado a la sorpresa y la experimentación, hay espacio,cuando hay ganas, talento y algo de buen gusto, para ponerle un poquito de picante a la misma receta insípida de siempre.
No os voy a mentir, el principal activo del filme es su puesta en escena, cuidada hasta el último detalle y repleta de bonitos juegos de mano que juegan a rizar el rizo a cada secuencia, dotando a la cinta de una estética preciosista que roza en ocasiones el videoclip o incluso, el anuncio de compresas. Tonalidades cálidas, luminosos escenarios asépticos y un elegante uso generalizado de la luz, hacen de “Lavender” un ejercicio de estilo que puede recordar y mucho a obras como “Stoker” (Chan-wook Park, 2013), donde lo estético se convierte en si mismo, en una herramienta narrativa más. Todo esto apoyado también en una banda sonora que aquí tiene un gran peso específico y que demuestra el gran potencial del elemento sonoro cuando este se utiliza con sentido común y buen gusto, como es el caso, ayudando a generar fantásticas atmósferas de tono lúgubre, que al igual que el dulce y el salado, encajan y se complementan con las imágenes.
¿Qué hay debajo de toda esta parafernalia? Un telefilme, no nos engañemos. Pero al menos uno construido sobre un guion bastante más elaborado de lo habitual, pese a lo que puede parecer de entrada, donde todo parece de manual y uno, no tarda en disparar las primeras teorías sin en apariencia, excesivo margen de error. No es así. “Lavender” tiene algún que otro as en la manga y lo guarda celosamente hasta el momento idóneo. En esta ocasión, el giro final tiene bastante más gracia de la habitual, y lo de gracia habría que subrayarlo, pues a mi juicio, no deja de tener un punto incluso cómico, aunque entiendo que no premeditado, que me hace imposible no acordarme en cierta forma de aquella “Una Serie de catastróficas Desdichas” de Brad Silberling.
“Lavender” además, aguanta la prueba del algodón a toro pasado. Tras pasar la lupa por las posibles partes controvertidas en busca de costuras y taras, no hay nada. Todo está limpio y ordenado. Por lo que a nivel de guion, tampoco se le puede reprochar nada, sin perder nunca de vista la certeza de que estamos viendo lo que estamos viendo y, que posiblemente, nuestra madre lo esté disfrutando al lado. Lo cual, ya dice mucho sobre los nulos niveles de tensión y la total falta de nada que pueda herir sensibilidades de madre en pantalla. No hay terror en “Lavender”. Siendo generosos, podríamos hablar de thriller psicológico o drama sobrenatural, nunca de un filme de terror que pretenda perturbar al espectador. Quien busque emociones fuertes, mejor lo haga en otra parte. De la misma forma que su ritmo pausado y en muchas ocasiones contemplativo, sin duda desquiciará al espectador menos paciente o amante de este tipo de cocciones.
Destacar también un interesante reparto, encabezado sin duda a modo de reclamo, de la rubia y fotogénica Abbie Cornish (“Sucker Punch”, “Robocop”) en el papel protagonista de amnésica sufridora, a la cual acompañará otro habitual del género como es Justin Long (“Arrástrame al Infierno”, “After Life”, “Jeepers Creepers”, “Tusk”). Les acompaña Dermont Mulroney (“Insidious 3”, “The Rambler”, “Stoker”) para cerrar el capítulo de celebridades. Todos correctos y muy comedidos, muy acorde con el tono general del filme, que tan solo se desmelena lo justo cuando los postres llegan a la mesa.
“Lavender”, un telefilme para toda la familia bastante más atractivo de lo habitual gracias a una historia bastante cachonda y a una puesta en escena exquisita, que pese a todo, no deja de ser lo que es, es decir, una película cogida con pinzas dentro del género de terror, donde lo sobrenatural es tan solo una excusa para adentrarse en las miserias del ser humano y en este caso concreto, en el drama de una familia azotada por la desdicha. Si uno no busca emociones fuertes ni fustigarse en exceso por haber dado alguna que otra cabezadita a lo largo del visionado, puede ser una opción más que válida. Con el añadido, de que siempre podréis comentar la jugada después con vuestra madre.
Lo mejor: La estética y la banda sonora. Ambas deliciosas.
Lo peor: Algunos tópicos sobrenaturales de estar por casa y la sensación de que el cine de terror se ha perdido una muy interesante historia.
12 comentarios:
Pues sí que sí, Rector. "Lavender" es lo más próximo a un telefilme de calidad que se puede ver, y no puede negar esa condición, pero tiene cosas muy rescatables y todas ellas las has mencionado.
Sin duda es una película elegante que sabe sacar partido de pequeños detalles y convertirlos en escenarios bonitos en los que el tiempo y la imagen se paran para que nos recreemos como si estuviéramos mirando un cuadro.
Respecto al guión, es la típica historia que termina no siéndolo y de verdad que yo agradezco ese esfuerzo, aunque se acerque tanto al drama que se olvide de la tensión. Tiene aspectos metidos con calzador, pero aún siendo consciente, no dañan el resultado, que si bien no es notable, sí da para un bien.
Loa actores correctos y la banda sonora, como mencionas, destacable.
Y bueno, con todo esto, algo de lo que a priori yo huiría si no me hubieran quedado más bemoles que verla, termina siendo algo que recomiendo para un momento relajado.
Saludos
Missterror, a veces la escasez, a falta de títulos más interesantes, hace que nos acerquemos a películas que en otro momento, seguramente no lo haríamos. Veamos el lado positivo, que es sin duda haber descubierto una película bastante más interesante de lo que parecía a priori. Telefilme o no, al final esto se trata de intentar aportar siempre algo nuevo, ese mínimo de personalidad que nos permita no ver siempre la misma propuesta insípida, a la que por desgracia, muchos directores (o proyectos) están abonados.
Fabulosa puesta en escena, exquisito pulso narrativo y un giro final de lo más atípico, son razones más que suficientes para acercarse a este drama sobrenatural. Mil veces esto, que las mierdas impersonales y soporíferas que nos están haciendo sufrir últimamente, directores de supuesto renombre.
Saludos.
Ustedes escriben tan bien que se me hace falta de respeto comentar. Justo anoche vi esta peli y cohincido en todo lo que dicen. Gracias por la página. Paso todas las noches a leer sus críticas.
Barbara, todo lo contrario, es un placer y un honor para nosotros, leer comentarios como el tuyo. Muchas gracias a ti por seguirnos y nos encantará leer tus opiniones en el futuro. Veo que esta vez, estamos de acuerdo con "Lavender" :)
Saludos.
Acabo de ver la película y excelente,me gustó todos los personajes. 👍
Tanto enredo, que los regalos, que las hadas, que la hija habla con muertos. Cómo cresta subió ella a su tío a la casa y el esposo se queda ahí como si nada con la hija ,es normal amarrar a un tipo y dejarlo en una casa y estamos felices.
Y que tienen que ver las lavandas con las película?
Aurora, siento no poder serte de ayuda, pero sinceramente, no recuerdo absolutamente nada sobre la trama de esta película, mucho menos todos esos detalles que comentas. Me temo que lo único que me dejó poso fue su preciosista estética.
Saludos.
Me encanto la película tiene el toque de misterio y de "nada es lo que parece" de como la mente puede engañar nuestros propios ojos a pesar que dejo muchas incógnitas,por ejemplo:¿como la niña se aprendió la canción?o ¿porque hablaba del monstruo y de susy?si ni la mamá se acordaba de eso pero apesar de ello me engancho,muy buena critica la leí antes de ver la película para ver a que me atendía o si era buena o no
Anónimo, desde luego, es una película bastante más interesante de lo que aparenta. Todo aquel que se acerca a ella, encuentra una grata sorpresa. Yo el primero en su día. Y esas dudas que planteas, son las que prolongan la experiencia más allá de su visionado y te hacen darle vueltas al coco.
Me alegra que la disfrutaras.
Saludos.
ALERTA SPOILER.
Aurora, el título de la película: "Lavanda" hace referencia a la cancion que el pedófilo del tio le dice a la hermanita de Jane que escuche para distraerla mienttas la quiere tocar. Como Jane estaba debajo de la cama escucha la cancion y de grande la canta al quedarse sola en la casa. Era parte de sus recuerdos de ese escenario trágico.
Buena
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