Crítica: Here Alone

Aquí sola, enfrente del ordenador y en absoluto silencio, me cuestiono algo que realmente sé pero sobre lo que pienso una y otra vez y me vuelvo más silenciosa y temo esperar que no llegue nada, que el silencio se haga cada vez más insoportable y pienso en que no habría peor dolor que aquel que acompaña al que se acostumbra a la soledad. Aquí sola, tengo miedo porque no me acostumbro a mi única presencia, porque para mi no hay nada más triste que abrir la puerta de tu casa, de tu fortaleza y que sólo te reciba ese silencio oscuro que ahora tengo encima. Aquí sola, me redimo y escribo sobre la soledad y los remordimientos y sobre la dificultad de entender lo que nadie puede explicar.

Hablar de drama siempre implica hablar de terror, esto es innegable y absolutamente obvio. ¿Por qué entonces el consumidor de género es tan duro a veces con las propuestas en las que la balanza se inclina más hacia el drama? Esto es indivisible, como el dolor y el placer para los cenobitas. Disfrutemos por tanto con esta parte tan íntima del terror, entendamos el contexto y seamos capaces de fusionarnos con las sensaciones tan amargas que el drama dentro del género provocan. ¿Acaso no hay un drama brutal en "Eden Lake"?, ¿Acaso no es terrorífica la situación que vive la protagonista de "Shelley"? Es inevitable, queridos amigos, el drama y el terror tienen la misma madre y el que no sepa valorarlo, pierde una variedad de matices importante dentro de este género.

Entenderéis que este párrafo es necesario porque en "Here Alone" predomina la parte dramática y eso puede echar para atrás a más de uno, pero es importante recalcar que sin duda es una película de género y eso no se pierde de vista ni un solo instante. "Here Alone" es un cuento que no apetece leer en alto, un cuento de soledad y cargas, de infecciones sin infectados, de decisiones y sospechas, pero sobre todo del desgarro que implica la falta de esperanza. El futuro no debe existir en un mundo donde todo está perdido, sólo los que pierden a medias son los que siguen caminando en un mundo donde ni siquiera hay un camino. Los que lo han perdido todo se tienen que quedar quietos y solos.

Las plagas que asolan las ciudades, los virus de inmediato contagio que anulan las capacidades de raciocinio humano, las infecciones que devoran por dentro, entiendo que son parte fundamental del cine de terror. El grafismo en estas historias es determinante, la movilidad de los infectados y lo amenazante de estos rápidos movimientos es lo que atrae a un vasto número de espectadores en busca de adrenalina, espectadores a los que quizá una propuesta tan intimista como "Here Alone" no guste, pero si somos capaces de pararnos y escarbar un poco más en este subgénero, si llegamos al corazón y lo arrancamos, seguro que vamos a hacer que ya no haya movimiento, pero ¿cuántas veces se ve un corazón tan de cerca? "Here Alone" va dirigido a este tipo de espectador curioso, al que le gusta acercarse y observarlo todo.

En la sinopsis de "Here Alone" ya se deja ver el patrón sobre el que se confecciona el traje con el que se visten los personajes , en una película donde los personajes lo son todo, donde los diálogos tienen tanto peso como los silencios y los gritos. Las puntadas tienen que ser muy fuertes para que en propuestas así, que requiere de mucha pausa y una lentitud a veces farragosa, los personajes tengan el suficiente carisma que les haga aguantar el envite de un espectador que espera que en una película sobre infectados, haya un dinamismo constante. Sí, estamos ante una película sobre infectados, sin infectados como he dicho antes y esto, amigos, no le resta ni un ápice de tensión, de hecho "Here Alone" te tiene en guardia constantemente.

No cabe duda de que en este tipo de películas, el hecho de estar ubicadas en un mundo infectado donde se ha acabado la vida tal y como se conoce, no deja de ser algo circunstancial que tiene el valor que tiene. Está claro que todo el peso en un film así se deja a la humanidad que aún resiste, a su bondad y a su maldad, al juego de la incertidumbre que hemos heredado de este subgénero de cine en cuanto a los comportamientos humanos y desde luego, así es cómo la tensión que se pueda generar es algo absolutamente básico.

En "Here Alone" se deshace el mundo y los personajes se ven en el infierno, un infierno en forma de acampada cerca de un lago y una rutina necesaria para obligarse a seguir respirando. Así es como Ann, nuestra gran protagonista, vive sola, sin ayuda y en medio de un bosque del que no quiere ni puede alejarse. Las circunstancias de este infierno hacen que los otros dos personajes que componen este relato, Olivia y Chris, se crucen en este camino y entablen una relación de necesidad en la que cada uno tiene que aportar aquello de lo que el otro carece. Esta es la historia, ni más ni menos, pero la tensión de la que antes hablaba está presente de una forma constante y lo está de una forma brillante, porque puede parecer que en la película no pasa nada, pero realmente es tan sugerente, invita tanto a la imaginación sin piedad del espectador, que se vuelve una delicia tortuosa.

"Here alone" no deja de ser una historia de supervivencia pura y dura y las similitudes con otro relato descarnado como es "The Survivalist" (Stephen Fingleton) son más que evidentes. Ambas tienen como centro de sus desvelos a tres personajes y la acción viene determinada por sus decisiones y sus recelos. Ambas películas escriben la misma historia pero con distinta tinta y mientras en una la vida es una necesidad, en la otra es un castigo. Cambiamos una supervivencia a toda costa, por otra que es algo más amable, pese a todo el drama que esconde y aquí la bondad y la maldad es básica porque mientras uno de estos dos relatos se construye sobre la empatía, el otro lo hace sobre las necesidades más primarias. "Here Alone" se aloja en el corazón y "The Survivalist" en cada uno de los nervios que se esconden bajo la carne.

Por supuesto en propuestas como estas, la labor actoral es absolutamente determinante para lograr la conexión con el espectador, pues estamos ante una película lenta que requiere de un ejercicio de contemplación. Si alguien busca un mundo de infectados, que se vaya a otra parte, aquí lo que importan son los humanos sanos. Y los tres humanos que se instalan al otro lado de la pantalla, no pueden estar mejor escogidos. El trabajo de Lucy Walters como Ann, Adam David Thompson como Chris y Gina Piersanti como Olivia es totalmente incuestionable y alcanzan el objetivo de Rod Blackhurst, el director de esta canción de vida y muerte, que no es otro que hacernos sentir hasta las gotas de rocío en la hierba y el olor del lodo en la cara cuando la cosa se pone fea.

Otro de los requisitos para que la cosa funcione es tener una buena banda sonora y una mejor fotografía. Ambas cumplen también con muy buena nota y son los complementos perfectos para hacer que esta película tan minimalista se haga grande. Y en estos parajes donde son tan importantes los acentos como los silencios, a veces un solo acorde de instrumento de cuerda marca un punto de inflexión absoluto. "Here Alone" encierra varios de estos puntos donde hay un antes y un después. En la parte menos amable, tengo que citar la tibieza de la que en ocasiones hace gala esta película, que entiendo que el propósito es crear la calma sin necesidad de tormenta porque hemos quedado en que la tormenta tiene que residir en nuestra cabeza, pero hay invitaciones tan claras a momentos que deberían haber sido más desgarrados que desde mi punto de vista, ha sido un error no aprovecharlos porque no creo que la sensación final hubiera diferido mucho.

Aquí, sola no hay día en que mis ojos no se llenen de agua, bien para limpiarse, bien para limpiarme y entiendo en que el día en que esto deje de ocurrir, buscaré un lugar en el que quedarme vacía, arriesgándome a que la decisión más importante que tenga que tomar en mi vida, sea errónea. No dejéis que los prejuicios de tener que enfrentaros a un absoluto drama que esconde una historia de terror sea el que os haga tomar esa decisión equivocada.