Crítica: Beyond Skyline

Hace unos días me pimplaba yo una botella de algo que era mitad vino mitad champagne y jajajaja, era rosa y jajajaja, échame una copita más y jajajaja, cuidado que tú no puedes beber alcohol y jajajaja, menuda mezcla esta ¿no?, jajajaja calla cateta que esto está hecho por el método champenoise, jajajaja ¿champenoise? Mucho ruido para mi jajajaja, ponme otra copa, jajajaja, ¿te has acabado toda la botella tú sola? jajajaja, menuda mezcla ¿no?, jajajaja, Alicia para ya de comer dulce,jajajaja “vaya vaya, aquí no hay playa” jajajaja, bingoooo, jajajaja…Por favor que alguien traiga una toalla que acabo de vomitar toda la cena de nochebuena y no me ha dado tiempo a llegar al baño, ayyyyy, no puedo ni levantarme, ayyyy, Ali, te dije que no mezclaras, no tienes conocimiento. Ayyyyyyyy ¡ putas mezclas! Y bueno cuervos, como podéis suponer esta es la sinopsis de una de mis cenas de navidad y podría ser perfectamente la sinopsis de “Beyond Skyline” si en vez de mezclar alienígenas, Thailandia, Frank Grillo, Iko Uwais y Mechas, se hubieran decantado por alguna mezcla alcohólica en una cena familiar.

“Beyond Skyline” es, hablando de verdades universales, uno de los despiporres del pasado 2017. Entendemos por despiporre la diversión desprejuiciada y así es, esta película es divertida de eso no cabe duda, pero es una de las mezclas más escandalosas que he visto en mucho tiempo. Es cierto de que partimos de una base llamada “Skyline” (The Brothers Strause) que es uno de los despropósitos del 2010, en parte debido a que se vendió un producto muy diferente al que se terminó mostrando y al guión que era un sindios importante. El problema es que “Skyline” se tomaba en serio a sí misma y no había por donde cogerla. Con una base como esta, “Skyline 2” o “Beyond the Skyline” necesitaba una reinvención o esto se iba a convertir en la crónica de una muerte anunciada y más, teniendo en cuenta que la segunda parte continuaba practicamente donde la primera terminaba.

De entrada, los hermanos Strause no han repetido en la dirección y nosotros que nos alegramos , pero (jojojojo, siempre hay un pero y eso es otra verdad universal) el elegido para enfrentarse a esta misión siete años después ha sido Liam O’Donell, que no os sonará de nada porque es debutante en esto de la dirección, pero que estuvo muy ligado al primer proyecto de “Skyline” porque era su productor y guionista y teniendo en cuenta que ya hemos recordado que el guión era desastroso, vamos para bingoooo. Ostras, qué pereza ¿no?, más que pereza yo hablaría de miedito incluso y de no ser por un pequeño detalle de esta película, os aseguro que no me habría acercado a ella por nada del mundo. Ese pequeño detalle tiene nombre propio y es Frank Grillo.

Es curioso lo de Frank Grillo porque considero que es un actor que no tiene carisma alguno, pero que tiene un carisma brutal, ¿cómo puede ser esta tontería que digo? La respuesta es que él es como un palo triste con un imán super potente que atrae de una forma sobrenatural. Ya nos presentaron en “Prison Break”, pero fue en “The Gates” (serie que me entretenía un montón) donde por fin nos conocimos en profundidad y desde entonces nos hemos seguido la pista. Este actor pegó el pelotazo en “Captain America: Civil War” y sobre todo en “The Purgue: Election” y desde entonces ya todos conocemos a Frank Grillo y todos la queremos. Él es ese policía eternamente perseguido por sus demonios y sus infinitos dramas que apenas gesticula pero que llena la pantalla. Pues Frank Grillo es el protagonista de “Beyond Skyline” lo que ya era un reclamo para mi, pero para rizar el rizo, ahí tenemos también a Iko Uwais (“The Raid”) en medio del casting. Expectativas ya infinitas y máxima curiosidad por conocer el papel del experto en artes marciales con los alienígenas.

Vamos a meternos en harina, que para eso hemos venido, así que mangas remangadas y a amasar. “Beyond Skylne” es ciencia ficción extrema donde todo vale. Los alienígenas siguen apresando humanos para diferentes fines y Frank Grillo no va a ser menos, la luz azul es demasiado brillante para apartar los ojos y esta es la clase de curiosidad que mató al gato, quien mira, sube disparado a la nave. Grillo, que como sabemos es el eterno sufridor, intentará salvar a su hijo abducido y junto con una conductora de metro, procurarán sobrevivir dentro de la nave como puedan. Esta primera mitad de película tiene su gracia pese a que los movimientos de cámara son desmesurados, los efectos digitales un espanto que no es propio de este siglo y las actuaciones justitas, pero oye, que está Frank Grillo y él es nuestra luz azul de la que no podemos apartar la mirada.

En esta primera parte reconocemos partes de la “Skyline” original y por inverosímiles que sean, nos las creemos y nos metemos de lleno en la trama. Es un survival extraterrestre vertiginoso en el que el guionista no entiende nada y nosotros menos, pero es lo que toca, dinamismo sin control y sin demasiada explicación. Cierto que cada vez que el CGI hace aparición, y son demasiadas las veces, un pollito muere en alguna parte y termina sus días convertido en nugget, pero estamos ya muy metidos en la peli a esas alturas como para andar con miramientos. Como película de acción aprueba con creces, como ciencia ficción pues es mala con avaricia, de esas malas que algunos dirían que es tan mala que se hace entrañable, pero que traducido al lenguaje cinematográfico es que simplemente mala. Pero oye tú querido cuervo, que es cierto que engancha y tiene una ambientación que mola bastante y eso me hace plantearme si es tan mala o no…Bueno, claramente es mala.

En la segunda parte, Liam O’Donell, utiliza el método del champenoise y todo se mezcla de una forma marciana y de repente, hago chas, aparezco a tu lado y estamos en Thailandia con Iko Uwais y Yayan Ruhian dando hostias como panes con sus habituales coreografías que tanto admiramos, metidos en una subtrama de narcotráfico que no pinta nada pero que se mezcla con los alienígenas, con Frank Grillo sufriendo, una niña, y la conductora de metro que en menos de un día ha mutado en guerrillera y superviviente experta y en ese momento sí que no entiendes nada porque esta mezcla no es champagne con vino, esto es agua y aceite y te quedas estupefacto ante lo que va pasando en pantalla: Batallas de mechas, Frank Grillo que se mimetiza con el enemigo, la niña que crece sin control, patadas por allí y por allá de los chicos de “The Raid” y esto ya se ha ido de madre hace más de tres cuartos de hora, pero ahí estás frente a la pantalla, pasándolo pipa y buscando la mirada cómplice de tu compañero de visionado en la que ambos estáis de acuerdo, la película es muy mala y nadie entiende cómo ha desembocado la trama en lo que está aconteciendo en pantalla, pero Frank Grillo es el jefe.

Y esto es “Beyond Skyline”, una película cuya mayor baza es que no se toma en serio a sí misma, un despiporre en el que la cámara no para ni un segundo, un guión no sabe por donde la da el aire, unos actores que andan como pollo sin cabeza, unos efectos especiales que son del mercadillo de Trobajo, un montaje hecho por consumidores de drogas alucinógenas y una banda sonora que tiene momentos en los que aturde hasta la migraña, pero incluso con todo este mochilón a la espalda, no eres capaz de apartar la mirada de la pantalla y es una película que definitivamente volverías a ver y que es la elección perfecta para una tarde-noche con amigos, pizza y cerveza, y qué queréis que os diga ¿hay mejor plan que ese?