Una vez más el cortometraje sirve de oportuna fuente de inspiración para germinar la semilla del largo y si hace cinco años Ben Howling y Yolanda Ramke plantaban “Cargo” (2013), hoy recogen el filme homónimo bajo la inestimable tutela del gigante Netflix y encomendando buena parte de la suerte de tan arriesgada empresa en dos activos fundamentales, por un lado su denominación de origen (la “marca” Australia suele ser habitualmente sinónimo de calidad) y por el otro, la presencia de uno de los actores de moda del momento, el británico Martin “Bilbo” Freeman para protagonizar el enésimo apocalipsis zombie, si bien es cierto que esta vez, alejándose un poco de los cánones aplicados al subgénero cuando lo entendemos en clave de masas y apostando por ese terror de corte más intimista donde los personajes están por encima de las propias situaciones que les tocan vivir.
Mucho se ha hablado de la conveniencia o no de esta nueva ola de cine de terror en la cual la vertiente dramática adquiere cada vez más galones y pese a la interesante colección de títulos que nos ha dejado ya esta nueva corriente de pensamiento o forma de entender el género, los recelos venidos desde los sectores más conservadores, siguen estando ahí, creciendo incluso en los casos más extremos a medida que siguen proliferando este tipo de filmes. Es “Cargo” (2018) pues, una mala noticia para todos ellos y al mismo tiempo, una buena para los que suelen disfrutar de ese terror poco esclavo de dogmas rancios y a día de hoy, me atrevería a decir que caducos, ya que los directores Ben Howling y Yolanda Ramke han apostado de forma descarada por el terror de nueva cuña para desarrollar su exitoso corto, alejándose de la acción y los excesos, para dar forma a una propuesta intimista y muy emotiva, aunque no exenta de crudeza y buenas dosis de tensión, que vendrían a ser los dos elementos fundamentales de cualquier evento zombie y que por desgracia, hoy, rara vez están presentes.
“Ben Howling y Yolanda Ramke han apostado de forma descarada por el terror de nueva cuña para desarrollar su exitoso corto”
Con todo ello, no nos engañemos, “Cargo” no es precisamente un adalid de la transgresión si entendemos por ello el aporte de ideas nuevas o desarrollos sorprendentes, de hecho, condensar grandes tragedias en diminutos ecosistemas no es nada nueva, ahí quedan cintas como “Here Alone” (Rod Blackhurst, 2016) o “It Stains the Sands Red” (Colin Minihan, 2016) como muestras fehacientes de ello, por poner dos ejemplos recientes. “Cargo” tiene bastante de ambos filmes aunque cargando todavía más el peso de la historia en la vertiente dramática, haciendo que buena parte del terror que emana de la propuesta le llegue al espectador vía personajes, y no tanto por las situaciones, buena parte de ellas, perfectamente reconocibles por el aficionado habitual al cine zombie. En este sentido, en clave de innovación, podríamos hablar de algunas pautas de conducta de los zombies (o infectados) que pese a lo curioso, terminan quedando en anécdota o en el mejor de los supuestos, a interpretación libre del espectador.
Sin el factor sorpresa, la apuesta de “Cargo” es clara y directa, apostarlo todo a la empatía que los personajes puedan generar en el espectador y ahí, hay que reconocerle los méritos tanto al tándem Howling and Ramke (quien también firma el libreto) como sobretodo a un Martin Freeman que en lo personal, podía presentarme algunas reticencias para el papel (y no por un tema de falta de talento, más bien por esos tics tan suyos que en otros géneros más festivos tan bien funcionan, pero que en una propuesta tan dura como “Cargo”, podían generar esas dudas) y que por el contrario, se gana al respetable desde el minuto uno, como ya hiciera en su momento en la descomunal trilogía de “El Hobbit”. Junto a él, su esposa Kay (Susie Porter) a quien ya vimos en otra cinta australiana como “Hounds of Love” (Ben Young, 2016) y la pequeña hija del matrimonio. A ellos, se sumarán una serie de personajes a los largo del viaje con variopintas intenciones, como es de suponer., y todos ellos estarán lo suficientemente bien dibujados como para ganarse bien el favor, bien el desprecio del espectador.
“Cargo no es precisamente un adalid de la transgresión si entendemos por ello el aporte de ideas nuevas o desarrollos sorprendentes”
“Cargo” hace gala de un guion “Rajoiano” que lejos de apostar por la incertidumbre, pone todas las cartas sobre la mesa desde los inicios de la partida. El destino de alguno de los protagonistas es cristalino y por lo tanto no radica ahí el gancho, más bien en esa aterradora certidumbre Mariana que tienen que vivir y que se traduce en algunas situaciones realmente espectaculares en términos de dureza y tristeza y es que si hay un término que define a la película es precisamente ese, “tristeza”, lo cual entiendo que puede que no sea aquello que todo el fan del terror querría que le susurrasen al oído para llevarlo a la cama o, ya sin metáforas, para venderle la película.
Volviendo a la denominación de origen de la cinta, es imposible pasar por alto la belleza de los paisajes, perfectamente retratados por una fotografía notable que deja al descubierto la soledad del infinito páramo que es el desierto Australiano. Esa sensación de suciedad tan característica del cine australiano está muy presente en “Cargo”, pero más allá de esto, que es algo que se le presupone, destacar el acercamiento (aunque sea vago) que el filme hace a la cultura aborigen, mostrándonos por momentos el apocalípsis desde la perspectiva de estos, en un ejercicio parecido al que proponían cintas como “The Dead” (Howard J. Ford/Jonathan Ford, 2010) y su secuela “The Dead 2: India” (2013), lo cual no deja de ser interesante dentro de un género históricamente tan “occidentalizado” como ha sido siempre el cine zombie.
“es imposible pasar por alto la belleza de los paisajes, perfectamente retratados por una fotografía notable que deja al descubierto la soledad del infinito páramo que es el desierto Australiano”
En esto del terror, muchos tenemos ya los huevos pelados de ver palmar al personal, pero a día de hoy, siguen existiendo ciertos tabús, incluso para los más pintados y meter en según que berenjenales a animales o a bebés, nos sigue haciendo apretar el ojete a riesgo de implosionar. Está claro que “Cargo” se aprovecha de esto y el hecho de que la pequeña hija de nuestro sufrido Hobbit se englobe en dicho colectivo de riesgo, no es algo baladí. Carta por tanto muy buen jugada y de la que la cinta sabe sacar partido en todo momento, en contraposición de aquellas secuencias que por reconocibles o por estiradas, pueden pecar de cierta intrascendencia y monotonía.
Tengo claro que “Cargo”es una película que no gustará a todo el mundo. Demasiadas connotaciones en su contra. Mucho drama, mucha lentitud, pocos zombies... características con las que no todo el mundo ha sabido lidiar en estos tiempos modernos, a lo que si le sumamos ese rechazo sistemático de otros tantos a todo lo que tiene que ver con Netflix, vaya usted a saber debido a que bizarros traumas de infancia, esta es una de esas películas susceptibles de terminar siendo apaleada en la plaza mayor del pueblo por los lugareños “intelectuales” de turno. Nada más lejos de la realidad cuando hablamos de un filme impecable a nivel técnico (como casi todo lo que hace Netflix), un aterrador cuento autóctono muy bien interpretado, muy intenso en emociones y de una macabra belleza fuera de toda duda. Junto con “El Juego de Gerald” (“Gerald´s Game”, Mike Flanagan, 2017) la mejor aportación de Netflix al género de terror hasta la fecha.
Lo mejor: Las muchas y continuas emociones que el filme transmite con un expresivo Martin Freeman como gran catalizador, los grandes escenarios naturales y la inclusión de la óptica aborigen...
Lo peor: … aunque se habría agradecido un mayor desarrollo de esta, al igual que de algunas características de la infección. En algunos pasajes se hace más patente que en otros el desgaste propio del paso del corto al largometraje, habitual peaje a pagar en este tipo de propuestas.
7 comentarios:
Lo cierto Rector es que leo tu crítica y coincido bastante con todo lo que expones, pero mi sensación final no fue tan positiva, yo tuve varios momentos en los que "Cargo" se me hacía pesada y me parecía que contaba todo el rato lo mismo. Entiendo que todo el peso se deje en manos del personaje principal y esa incómoda sensación de que no hay nada que hacer, que su futuro y sobre todo el de su hijita es tremendamente negro, pero creo que haber introducido alguna variable más en la ecuación no hubiera venido nada mal, porque los "percances" en el camino en forma de ser humano eran historias predecibles y muy justitas, desde mi punto de vista. Creo que se jugó poco con los síntomas de la infección (los momentos en los que los infectados buscaban como fuera la oscuridad me parecían tremendos y deberían haber sido muchísimo más explotados)También se jugó poco con el origen, que a estas alturas ya sabemos que no es necesario, pero qué quieres que te diga, siendo Australia y esa lucha por preservar ese ecosistema se prestaba a muchas teorías locas como que alguien introdujo comida saltándose la estricta seguridad en aduanas y que terminó siendo engullida por algunos canguros en alguna reserva natural y eso llevó a que enfermaran y con ellos, hasta la hierba se infectara al entrar en contacto con sus excrementos y la reserva resaltara ser letal y bla bla bla...En realidad todo esto no es necesario, pero algún flashback de Andy no hubiera estado mal.
Tiene un altísimo componente de drama y está claro que busca la lágrima fácil del espectador y que se dirige a un público mucho más amplio de lo que yo creí en un principio. Esto no le quita los méritos tampoco, pues está bien dirigida e interpretada (y eso que yo también era recelosa en este aspecto).
Yo no la puedo destacar como haces tú, pese a que se deja ver sin problemas. Quizá el problema es mío, por las expectativas que tenía con esta producción y porque ya estoy saturada de este género, pese a que me haya enganchado a "Fear The Walking Dead" cosa mala (muy por encima de las últimas temporadas de "The Walking dead", por cierto).
Saludos.
Missterror, no cabe duda de que todos esos añadidos que comentas, hubieran sido muy interesantes de estudiar y quizás si hubieran aportado ese punto de variedad que puede que le falta a la historia, pero entiendo que la idea aquí era centrarse en exclusiva en la situación familiar y en la relación entre los pocos personajes del relato. No descartemos futuras entregas en las cuales se de luz a muchas de las interesantes incógnitas que el filme nos deja, como el peculiar comportamiento de los zombies cuando les entre el "síndrome avestruz" :)
Entiendo que es una película lenta y que a veces puede pecar de repetitiva, entiendo también por tanto que haya quien como tú, haya encontrado en ella una experiencia tediosa en algunos pasajes. Donde ya no estoy tan de acuerdo contigo es en el hecho de que esta esté dirigida a un público amplio, más bien opino todo lo contrario, "Cargo" me parece una cinta bastante restrictiva y no te hablo ya solo del gran público, también dentro del propio círculo de los aficionados al terror, por todos esos elementos que hemos comentado que no suelen ser gusto de todos los paladares.
A nivel técnico estamos de acuerdo, en este aspecto poco se le puede reprochar y es que en este sentido, las producciones de Netflix suelen ser toda una garantía.
Saludos.
P.D: Lo de "Fear the walking Dead" ha sido una de las mayores sorpresas que me he llevado en tiempo. A día de hoy, muy superior en todos los aspectos a lo que viene ofreciendo la serie madre al menos, en las últimas cuatro temporadas.
Hay
Lástima de peli. La histerica la hace infumable. Algo más interesante es Puertas abiertas. De todas maneras se agradece pelis nuevas.
Jesús, no se a quien te refieres con "la histérica". Lo que sí se, es que la simple comparación entre "Cargo" y ese telefilme descafeinado que fue "Puertas Abiertas", debería estar penada, al menos, con sanción administrativa :)
Saludos.
Me faltaron zombies, los pocos están muy bien caracterizados y lo movimientos son geniales. Si introduce una especie de baba viscosa y asquerosa que da el pego, comportamientos atípicos de los no vivos, como el ya comentado efecto avestruz. También efectos normales del comportamiento muerto viviente como la predilección por la sangre y el lento caminar. Fallos en alguna escena como cuando la niña aborigen da de comer a su padre zombie, y al ratito aparece el mismo, con un bozal de madera, que despista bastante a no ser que tenga la habilidad de colocárselo el mismo, como esa dentadura de plástico, protector de boxeo que se coloca el prota antes de su transformación. Aunque demasiado ñoña en el aspecto emocional y con un toque a la vida es bella australiano apocalíptico, puedo decir sin tapujos que me ha entretenido y gustado. Por lo tanto si que entra dentro de los nuevos títulos que sin perder la esencia zombie, infectado, intenta contar algo diferente. Similar titulo europeo los Hambrientos, aunque esta última es desperdiciada por los pésimos actores.
Anónimo, pues en general, de acuerdo en todo lo que comentas. En lo negativo, eso sí, yo no pondría ese exceso de ñoñería que comentas, pues entiendo que la gran carga dramática, es esencial y precisamente, lo que la hace "diferente", a otras películas similares.
A mi juicio, bastante superior a "Les Affamés", que como bien apuntas, tenía un nivel de interpretaciones bastante justito, todo lo contrario que "Cargo", que en este aspecto luce.
Saludos.
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