Crítica: The Night Comes For Us

Han pasado ya casi diez años desde que The Mo Brothers (Kimo Stamboel / Timo Tjahjanto) dieran forma al barro de aquella demoledora “Macabre” (2009), cinta de terror indonesia que bebía directamente del movimiento que lo estaba petando en la vieja Europa por aquel entonces: el nouvelle horreur vague. De toda aquella serie de grandes títulos de terror extremo que nos regaló le france, los Mo supieron subirse al carro recogiendo buena parte de la esencia de aquellos, amén de otras influencias evidentes del cine americano tanto en la propia “Macabre” como en posteriores trabajos. Volverían a reencontrarse cinco años más tarde para rodar “Killers” (2014) reverso siniestro del thriller americano de escuela Fincheriana, aunque es un año antes cuando Tjahjanto codirige junto a Gareth Evans el brutal segmento de “V/H/S 2” titulado “Safe Haven” y es esto lo que realmente nos interesa, ya que Evans tenía ya en su haber una de las más impactantes cintas de acción y artes marciales que se hayan rodado hasta la fecha, evidentemente, hablamos de “The Raid” (2011).

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“The Night Comes For Us, es de largo, una de las cintas de acción y artes marciales más violenta que se haya rodado nunca”

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Y digo que nos interesa, porque supongo que de esa relación con Evans, surge de alguna manera el interés de Tjahjanto por rodar su propia “The Raid”, algo que haría hace un par de años con la notable “Headshot” (2016), cinta sin la frescura de la obra magna de Evans, pero que sin duda podía competir en espectacularidad con aquella. Ahora, de la mano del gigante Netflix, Tjahjanto regresa con “The Night Comes For Us”, evolución lógica de su anterior película si entendemos a esta excisión de los Mo Brothers como uno de los mayores exponentes actuales del cine de terror extremo manufacturado en el sudoeste asiático.

Tjahjanto se presentaba a esta edición del festival de Sitges con dos películas, la que nos ocupa, y “May the Devil Take You” (“Sebelum Iblis Menjemput”), recibida también con gran aceptación por parte del público. Títulos ambos, que dejan patente el gusto del cineasta por el reverso más extremo del género, por lo cual es fácil de entender, que lo primero que este preguntase a los responsables de Netflix fuera cuanta violencia podría contener la película. Por suerte para todos, estos respondieron que toda la que fuera necesaria. Y es que “The Night Comes For Us”, es de largo, una de las cintas de acción y artes marciales más violenta que se haya rodado nunca, dejando a las anteriores entregas de “The Raid” y a la propia “Headshot”, a la altura de inocentes propuestas para toda la familia, afirmación que puede dar una idea de lo absolutamente bárbaro que nos depara la nueva película de Tjahjanto, lo cual podrá verse por cierto, desde este próximo viernes 19 en la plataforma Netflix y pobre de aquel o aquella que se atreva a recorrer esta senda sin conocer a ciencia cierta hasta donde conduce.

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“En The Night Comes For Us, la trama es un mero conducto por el cual transportar los retorcidos excesos surgidos de la mente de su director”

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Para disfrutar de una película como esta, solo se necesita dos cosas. La primera, dejarse en casa los prejuicios de lo increíble, algo curiosamente, bastante habitual en un género, el de terror y sus muchas manifestaciones, increíble por definición. Pero ocurre, y desde luego, los que quieran aplicarlos a una cinta tan maravillosamente imposible que hace a cada fotograma, una oda a la exageración y a la hipérbole, mejor ni se acerquen a esto. La segunda, tener a mano un buen chubasquero para aguantar el chaparrón de sangre y vísceras que a uno se le viene encima.

En “The Night Comes For Us”, la trama es un mero conducto por el cual transportar los retorcidos excesos surgidos de la mente de su director (quien también se encarga de escribir el libreto) y como tal, hay que entenderlo. Por lo tanto, achacarle algo en este sentido, más aun siendo conocedor de los habituales clichés recurrentes que contienen este tipo de producciones asiáticas, sería poco menos que una soberana gilipollez. Esto no quiere decir que no veamos las limitaciones de la película en este aspecto y que estemos ante el enésimo relato de redención versado sobre los valores de una sociedad tan tradicional y fiel a estos como es la asiática. El honor, la amistad, la familia, la culpa. Conceptos todos ellos muy presentes en la cinta y que aquí parecen más ideados que nunca para una viñeta de cómic que para cualquier tipo de reflexión profunda.

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“si cintas como The Raid o Headshot eran Iko Uwais y trescientos asiáticos más, en esta ocasión hay bastantes más personajes con nombre y apellido por crash dummy cuadrado”

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A la postre, la ligereza del guion y la trama, termina siendo una herramienta fundamental para entender el resultado final de la película, a todas luces inconcebible de haberse apostado por una historia más densa u otro tipo de resortes narrativos, tal y como por ejemplo hizo el propio Evans en la secuela de “The Raid”, donde el peaje a pagar por su mayor profundidad, era perder una parte importante del dinamismo de la cinta original. Esto, por supuesto tiene sus “peros”, ya que si bien la historia en su global, no necesita de mucho más, algunos personajes si acusan esta falta de trazo, quedando algo desdibujados dentro del conjunto y sobretodo, en comparación al gran peso que tienen sus performances a lo largo del filme.

Tjahjanto vuelve a contar como ya hiciera en su anterior película con Iko Uwais, el actor fetiche de Evans que poco a poco parece que empieza a colarse en la industria americana tras su cameo en “Star Wars VI: El Amanecer de la Fuerza” y su participación en la gamberra “Beyond Skyline”), pero en esta ocasión, en un rol diferente ya que “The Night Comes For Us” es una propuesta mucho más coral en este sentido y es que si cintas como “The Raid” o “Headshot” eran Iko Uwais y trescientos asiáticos más, en esta ocasión hay bastantes más personajes con nombre y apellido por crash dummy cuadrado, con un Joe Taslim (“The Raid”), por cierto, que termina engullendo a la pequeña gran estrella marcial a base de carisma, hostias como panes y de unas capacidades interpretativas de las cuales el de Yakarta carece.

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“La película es una colección de momentos memorables tan variados e impactantes, que uno puede terminar perdiendo incluso la perspectiva de la magnitud de aquello que está viendo”

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Destacar una sola escena sería imposible. La película es una colección de momentos memorables tan variados e impactantes, que uno puede terminar perdiendo incluso la perspectiva de la magnitud de aquello que está viendo. Es como si en el “Old Boy” de Chan-wook Park, hubiesen diez secuencias tan míticas como la de la pelea con el martillo, a uno le costaría procesarlas todas, por ello, otra de las muchas virtudes de la película es lo muy revisionable que es, no ya solo por gusto, también por necesidad de absorber cual esponja sedienta de sangre la gran cantidad de detalles que nos depara cada una de las innumerables, frenéticas y eternas secuencias de una acción, que va mucho más allá de su propia definición, adentrándose constantemente en terrenos tan extremos que le otorgan sin ningún tipo de duda al filme, la etiqueta de “cine gore”.

Y si los efectos especiales y las coreografías son absolutamente brutales, mención aparte merece la acojonante banda sonora, culpable en gran medida de la espectacularidad de muchas de las carnicerías y tiroteos, dando forma a un todo audiovisual que esta vez sí, hacen de “The Night Comes For Us” una película tan genuina y personal como lo fuera en su día “The Raid”. Un salvaje ejercicio de acción y violencia perfectamente orquestado para una película que desde ya, marca un nuevo hito dentro del cine de acción y que de paso, ensalza la figura de Timo Tjahjanto a la de actual máximo exponente (algunos hablarían incluso de deidad) del cine extremo, ya venga de Asia o de cualquier otro jodido rincón del planeta.

Lo mejor: Los niveles de violencia se salen de cualquier medida conocida hasta la fecha.

Lo peor: La falta de dibujo de algunos personajes, en especial, los femeninos.