domingo, 31 de marzo de 2019

Crítica: The Master Cleanse

Hace aproximadamente una semana, entraba un rayo de sol por la ventana y me entraron ganas de mirar bikinis por internet. Por suerte para mi bolsillo, ninguno de ellos me llamó la atención. Lo que sí lo hizo fue la cantidad de anuncios que me aparecían al lado de las modelos, intentando convencerme de que no hacía falta dieta para perder unos cuantos kilos. Delante de mi pantalla pasaron al menos cinco bebidas mágicas diferentes que prometían moldear el cuerpo a golpe de trago. Unas eran de sabores frutales y en otras solo se mencionaba el asombrosos poder quemagrasa de no sé qué ingrediente “natural”. Llamadme rara, pero si no me venden la sabrosidad de una bebida, siempre pienso que va a saber a culete y que la arcada está asegurada. El caso es que pensar en que unos simples batidos podían evitarme meses de dieta, era bastante tentador. El hecho de poder comer sin remordimientos esa maravillosa onza de chocolate negro con plátano que me estaba jamando en ese momento rondaba mi cabeza. Si podía comer lo que quisiera y solo era cuestión de beber un brebaje para tener el cuerpo de Eva Green, ¿cuál era el problema?


“Como idea, no me parece nada mal el punto de partida y el eje central de The Master Cleanse. Como ejecución es terriblemente anodina y repetitiva”


El problema, como estaréis pensando, es el vil engaño. La decepción cuando terminas el proceso detox y entiendes que lo único que has perdido es el tiempo y bastante dinero. Estas limpiezas no son buena apuesta, de la misma manera que tampoco lo es “The Master Cleanse”, película que ya pasó por la pasada edición de Sitges sin pena ni gloria. Poco ruido para el que debería haber tenido una película de este calibre. Haberme tragado esta película me ha llevado a la indignación y eso que iba con las expectativas bajitas. Esta indignación no se debe a la ofensa, que no cunda el pánico, mi indignación viene dada por la pérdida de tiempo. Soy de ese tipo de personas cargantes que intenta ser positivas las 24 horas al día, pero esta sensación de perder el tiempo involuntariamente es horrible.

Conste que soy una gran defensora del arte de no hacer nada. Creo que al menos una vez por semana nos merecemos el lujo de no hacer nada y disfrutar con ello. No es necesario sentirse siempre útil o activo para ser feliz. El contratiempo viene cuando no eres capaz de reconocer la parte positiva de haber pasado dos horas viendo algo tan sumamente inofensivo que es molesto. Esto ocurre con el debut en el formato largo de Bobby Miller, quien utiliza la ley del mínimo esfuerzo para sacar adelante su película. No haré un resumen de la trama porque creo que podría despertar un interés que no es de recibo, pero para poner en contexto, os diré que más o menos la idea es la de un retiro detox que ayuda a convertirse en mejor persona.


“The Master Cleanse se convierte en el hermano soso de Bad Milo! y aún corre peor suerte que esta”


Como idea, no me parece nada mal el punto de partida y el eje central de “The Master Cleanse”. Como ejecución es terriblemente anodina y repetitiva. Entiendo que una película como esta debería tener un punto de debate posterior en el que uno se cuestionara los métodos para avanzar en la autoexigencia o cuando directamente se ha tocado fondo. Lamentablemente no se consigue nada de esto, y si la intención era provocar una reacción, no se obtiene porque no se arriesga en ningún momento, no se incomoda, no se genera tensión y no se nos pone en la piel de los protagonistas. Solo nos hace pasar unos difíciles 121 minutos que se podrían haber resumido en 15 con mucho mejor resultado. El guión de “The Master Cleanse” es tan cuestionable que deja muy en entredicho la habilidad del director-guionista para salir del mundo de los cortos y afianzarse en el mundo del largometraje.

El método de seducción utilizado por ”The Master Cleanse” se fundamenta en el casting. Se apuesta por la curiosidad del espectador por ver a Johnny Galecki en un proyecto fantástico y comprobar si es capaz de sacarse de encima a Leonard Hofstadter. Me temo que tampoco sale bien parada la película en este aspecto porque Galecki no brilla. Nadie brilla en esta película, ni siquiera Angelica Houston, de hecho, creo que ninguno de ellos sabe muy bien qué hace allí y simplemente tiran adelante con sus frases, sin transmitir emoción, drama o generar el punto cómico que llegado a cierto punto debería haber adquirido la trama. “The Master Cleanse” se convierte en el hermano soso de “Bad Milo!” y aún corre peor suerte que esta, que os recuerdo que ya fue un fail de campeonato.


“la cara de tonta que se me quedó al entender que justo cuando la película empezaba, el director la daba por concluida”


La conclusión es que “The Master Cleanse” no despega en ningún momento y termina consiguiendo el efecto contrario a lo que pretende, pues llegado a determinado momento, el espectador interpreta con ternura lo que debería ser la señal que hiciera enrarecer la atmósfera. Tampoco esperéis sangre, buenos efectos o una buena banda sonora. Todo se queda en la simpleza. Y ojito al final, épico para la que suscribe por la cara de tonta que se me quedó al entender que justo cuando la película empezaba, el director la daba por concluida. ¡¡Corred, insensatos!! Y que Cronenberg nos pille confesados.

La semana que viene comienzo la dieta. Fuera los dulces, las grasas, los fritos, los precocinados y todo lo rico. Supongo que quitándome esta mala costumbre de disfrutar de la comida consiga llegar a tiempo a la operación bikini. Si no, un día a piña y a depurar se ha dicho. Que lo importante es estar bien guapos en la playa. Si estamos rellenos de mierda por dentro, pero por fuera somos guapos y esbeltos, tenemos ya medio verano hecho, el otro medio lo pasaremos mirando cómo el de al lado disfruta de un rico helado mientras a nosotros se nos va la vida salivando. ¿De verdad existe la gente que puede comer de todo y no engorda o es cierto que acuden a estos brebajes mágicos para depurar hasta quedarse secos? Si existís, os odio.


2 comentarios:

El Rector dijo...

Igual con los Sheldon Cooper y compañía de por medio, la cosa habría tenido algo de gracia... y solo, "algo". Lo he intentado, pero no hay manera por donde agarrar esta especie de sátira simplona con ecos a un Henenlotter políticamente correcto que nos propone el sr.Bobby Miller. Ni la presencia de rostros populares, ni la simpatía de algunos de sus efectos especiales, consiguen dotar de interés a una película que no solo es larguísima (lo cual no es un problema en sí), sino que se hace larguísima, lo cual ya es más peliagudo.

Aun no tengo muy claro si estamos ante una peli de terror, una comedia, un drama... pero da igual, es un fiasco en cualquiera de sus posibles vertientes. Un horror... y eso que en manos de un Cronenberg ochentero, la cosa podría haber sido muy seria. Pero claro, soñar es gratis.

Saludos.

Missterror dijo...

Rector- Ninguno tenemos claro qué es "The Master Cleanse". Terror no. Comedia no.Drama no...¿Peo qué pretendía el director? Si era una metáfora del resurgir emocional una vez que has tocado fondo, se lo ha montado muy mal. Si lo único que pretendía era sacar a los bichillos, podía haber dado forma a otro tipo de historia más enfocado en estos seres. Si lo único que quería era que en su curriculum se viera reflejado el nombre de Houston y Galceki, pues ya tiene el premio gordo, pero me temo que para lo que le va a servir...En fin, una pérdida de tiempo.

Querido, con Cronenberg cualquier cosa es mejor ;) Hasta un viaje en taxi.

Saludos.

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